La cantidad más elevada es 300 veces superior al máximo de 0.1 microgramos establecido para el agua potable (no hay un límite para la cerveza), pero los expertos coinciden en señalar que harían falta cantidades ingentes de cerveza al día para alcanzar un nivel de riesgo.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro muy empleado a nivel mundial para la protección de cultivos.
Alemania es el mayor fabricante de cerveza del mundo y el segundo en consumo per cápita de esta bebida alcohólica.
“Para alcanzar una cantidad sensible para la salud habría que beber 1 mil litros de cerveza (al día). Aún no he visto a nadie en Baviera que se beba 1 mil litros de cerveza. Y si se los bebe, la muerte llega no por los pesticidas, sino por otras razones”, aseguró el ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt.
El Instituto Federal de Valoración de Riesgos (BfR) aseguró hoy que la situación no supone un peligro para los consumidores y que incluso la cantidad más alta encontrada es tan baja que requeriría la tasa de consumo citada por el ministro.
El Instituto Medioambiental de Múnich, por su parte, enfatizó no tanto las cantidades detectadas, como el hecho de que este herbicida, que se sospecha que puede ser cancerígeno, llegue hasta los consumidores.
“A un producto que probablemente sea cancerígeno no se le ha perdido nada ni en la cerveza ni en nuestro cuerpo”, afirmó Sophia Guttenberger, experta del centro que ha elaborado el estudio.
El Instituto Medioambiental de Múnich exigió además a los productores que expliquen “cómo ha podido llegar el glifosato a la cerveza” y que se aseguren que sus bebidas no contienen este herbicida en el futuro.
Los fabricantes, por su parte, cargaron hoy contra el estudio, acusándolo de “absurdo e insostenible”, en un comunicado de la Federación de los Cerveceros Alemanes (DBB) en el que defendieron sus sistemas de control y los de la administración pública, así como la exigencia de la ley de la pureza alemana.
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De la cebada
Además, un portavoz de la Asociación de Agricultores Alemanes (DBV) recalcó que el país tiene la ley de herbicidas “más estricta del mundo”.
En su opinión, el glifosato podría provenir de la cebada importada para producir la cerveza (porque se descarta casi por completo que esté presente en el resto de ingredientes), algo que afectaría principalmente a Francia, Dinamarca y el Reino Unido.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro muy empleado a nivel mundial para la protección de cultivos.
Alemania es el mayor fabricante de cerveza del mundo y el segundo en consumo per cápita de esta bebida alcohólica.