El costo de los combustibles y alimentos es lo que más ha golpeado el bolsillo de los guatemaltecos en el primer semestre del año, lo que, a juicio de los analistas, está asociado a la tendencia inflacionaria a nivel global y el gobierno central o la Junta Monetaria (JM) tienen poco margen de maniobra para frenar el fenómeno.
De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística (INE), a junio, la inflación interanual de la división de transporte se ubicó en 11.5%, mientras que alimentos registró 10.65%. Estos incrementos se deben principalmente al aumento que se ha visto en los últimos seis meses en los precios de los productos de consumo básico.
Registros de la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (MEM) dan cuenta de que, de junio de 2021 al mismo mes de 2022, el galón de gasolina superior encareció en promedio Q10.78. El galón de gasolina regular subió Q10.48, mientras que el de diésel Q13.13, en el mismo lapso.
Y según el monitoreo de precios a mayoristas en la Terminal Zona 4 que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), entre los productos que registraron alzas en junio, en relación con el mismo mes del año pasado, destacan el maíz blanco (Q69.43 más por quintal); frijol negro (Q91.36); la caja de tomate mediano (Q55.94); y el quintal de papa cuyo precio se duplicó en un año (Q194.58).
Otros comestibles que encarecieron son el pollo importado en piezas, que subió Q25.15 la caja entre junio de 2021 y junio de 2022; la caja de huevos subió Q32.14 y la de aceite para cocina, Q48.66.
Factores globales
Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) indicó que a nivel global se registra un período de alzas sostenidas en precios. “La razón principal del aumento en los productos alimenticios y el petróleo radica en la rápida expansión que tuvo el consumo a nivel global a partir del punto más bajo de la pandemia”, enfatizó.
Y el aumento de la demanda se debe a políticas expansivas de gasto público en todos los países del mundo y a los excesos de liquidez permitidos por los bancos centrales. Adicionalmente, persisten los problemas en las cadenas de suministros de mercaderías y materias primas.
Pedro Prado, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), coincidió con Maúl y agregó que a esto se suman los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, que presionan el mercado, especialmente en el ámbito de las importaciones.
Enrique Lacs, director ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB), confirmó que los efectos de la pandemia, el cambio climático y el retraso o interrupción de los flujos comerciales mundiales de alimentos básicos e insumos, han conllevado fuertes alzas en algunos alimentos y generan una alerta de inseguridad alimentaria.
Aunque el problema puede ser transitorio y en parte, los ajustes se deben al ritmo de los ciclos agrícolas, el impacto se observa en los precios, explicó.
Los alimentos estratégicos de Guatemala son maíz blanco, frijol, huevos, arroz, papa, lácteos, aceite, azúcar y carne de pollo, entre otros, ya que componen la dieta básica en todos los estratos sociales y económicos del país.
Medidas
De acuerdo con Maúl, la mayoría de los pronósticos apuntan a que el pico inflacionario se alcanzará en este tercer trimestre del año y se esperaría que en el 2023 las tasas de inflación sean menores. “Dadas a las medidas de control que impulsan los países, sobre todo en lo relacionado con el aumento de las tasas de interés, es muy probable que el mundo entre en período de contracción económica mediano o severo y eso hará que los precios también bajen”, argumentó.
Para el analista del Cien, es poco lo que se puede hacer desde el gobierno central y la JM para frenar la escalada de precios, “porque al final, los principales factores detrás de la inflación se generan a nivel global. En todo caso, lo que corresponde hacer domésticamente desde el lado fiscal, es evitar un gasto excesivo que genere presiones en los precios locales y minimizar los factores que encarezcan la producción nacional, como los problemas en la infraestructura”.
Prado, por su parte, opinó que ha sido acertada la decisión del gobierno de subsidiar los combustibles y el gas propano como medida para paliar el alza de precios. Sin embargo, subrayó que debe habar claridad con que se trata de medidas temporales, para no desgastar la capacidad financiera del Estado.
Y Lacs consideró que la coyuntura ha hecho resurgir la necesidad de reflexionar sobre la seguridad alimentaria y más específicamente, en cuanto a los alimentos estratégicos. Para ello propone fortalecer las capacidades de abastecimiento local de alimentos, con el fin de mitigar los problemas de las cadenas internacionales de distribución.
Contingentes de importación
El Ministerio de Economía (Mineco) dio a conocer que del 1 de enero al 8 de julio de este año, ha ampliado contingentes de importación para que varios productos ingresen al país con cero por ciento de arancel.
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Al momento, hay 40 contingentes autorizados con similar número de productos vía Cafta-DR (Tratado de Libre Comercio C.A. y R. Dominicana con Estados Unidos). Adicionalmente, se han autorizado 3 contingentes, por desabasto, de granos básicos como maíz blanco y amarillo, y arroz con cáscara, que pueden traerse desde cualquier país.
- Maíz amarillo: pasó de 150 mil toneladas a 455 mil (se ha usado el 2%).
- El maíz blanco se amplió hasta 110 mil toneladas (se ha usado 43%).
- Arroz con cáscara, 65 mil toneladas (se ha usado 14%).
- Maíz amarillo por contingente de desabasto, 150 mil toneladas con México (sin usar a la fecha) y 23 mil toneladas con Belice (se ha usado 2.7%).
- Con la región Cafta-DR se abrieron 26 mil 800 toneladas (usado 66%) para maíz blanco y 96 mil 200 toneladas (usado 75%) de arroz con cáscara.
Índice de precios de los alimentos de la FAO
A nivel mundial, se observa una tendencia hacia la baja, pero sigue siendo volátil. El índice se situó en junio 2022 en un promedio de 154.2 puntos, 29 puntos (23.1%) por encima de su valor de hace un año.
En cuanto a los cereales, el índice registró en junio un promedio de 166.3 puntos, 7.2 puntos (4.1%) menos que en mayo, pero aún 36 puntos (27.6%) por encima de su valor de junio de 2021.
Los aceites vegetales, registraron en junio en un promedio de 211.8 puntos, lo que supone una disminución intermensual de 17.4 puntos (7.6%), como resultado de la baja en los precios de los aceites de palma, girasol, soya y colza.
Sin embargo, no todos los productos de la canasta familiar bajaron de precio, pues la carne y la leche registran aumentos.
La leche tuvo en junio un promedio de 149.8 puntos, 5.9 puntos (4.1%) más que en mayo y 29.9 puntos (24.9%) por encima de su valor de junio de 2021. Y la carne se situó en junio en un promedio de 124.7 puntos, 2.1 puntos (1.7%) más que en mayo, constituyendo un récord, al superar en 14 puntos (12.7%) su valor de junio de 2021.
