Por ejemplo, cuando veo una imagen de una pequeña empresa muy bien trabajada, pienso si tendrá protegida su marca; en otros casos, veo riesgos cuando no emite facturas.
Aunque cada empresa tiene sus propias características y cada emprendedor le imprime su personalidad hay aspectos comunes en todos, y en los aspectos legales es importante observar lo siguiente:
Buscar asesoría: el primer paso es encontrar un abogado de confianza, cuya orientación facilite los pasos siguientes y permitir al emprendedor dedicarse a hacer realidad su negocio. En este punto previo, el emprendedor plantea su idea del negocio y el asesor explica las implicaciones legales, las obligaciones básicas e identifican juntos si el negocio requiere algún tipo de autorización especial.
Crear una sociedad: es la mejor opción para manejar un negocio, porque facilita mantener separada la actividad comercial de la personal. Un abogado debe elaborar la escritura de constitución para que las bases de funcionamiento de la sociedad sean adecuadas a las necesidades concretas del negocio y no representen inconvenientes en el futuro.
Contratos con clientes y proveedores: no todos los negocios tienen las mismas necesidades; incluso, es posible que algún tipo de negocios ni siquiera requiera de contratos comerciales con clientes y proveedores, y en algunos casos esto sí será imprescindible para el éxito del emprendimiento. Así, para una empresa dedicada a la construcción es altamente recomendable establecer contratos escritos con sus clientes, pero ello no se necesita en un restaurante.
Relaciones laborales: al contar con un equipo de trabajo, el emprendedor debe estar consciente de que se convierte en patrono y que eso tiene implicaciones legales concretas. En algunos casos, he visto personas que optan por replicar las prácticas de contratación y de manejo del personal que conocieron en otros lugares o en anteriores trabajos.
Proteger la propiedad intelectual: en principio, el emprendedor debe asegurarse que no exista riesgo de afectar la propiedad intelectual de terceros, por similitudes que luego puedan generar conflictos. Luego, se debe trabajar en identificar los elementos del negocio que pueden ser protegidos como las marcas y el nombre comercial.
Estos son algunos aspectos básicos que el emprendedor y cualquier empresario debe tomar en cuenta, y por ello el primer consejo es buscar un asesor de confianza que le acompañe desde el principio.
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El autor es abogado y notario; y es socio, fundador y director de la firma Del Cid Montenegro
