El primero y más importante es saber dónde estamos gastando el dinero. La mayoría lo que hace es tener un presupuesto mental, eso quiere decir que más o menos sabe cuáles son los gastos grandes y/o importantes. El problema es que a veces se generan ahorros y a veces no, lo que dificulta muchísimo llegar a la meta de ahorro deseada.
Para lograr un buen control de gastos, mi primer tip es no pagar en efectivo, ya que es la manera más rápida de olvidar qué, cuánto y dónde se pagó. La recomendación es pagar con tarjetas de débito y/o crédito para luego revisar la banca en línea o los estados de cuenta para ver exactamente dónde están consumiendo sus ingresos.
No es necesario revisar los gastos a diario, semanal o mensualmente, pero si debe hacerse de vez en cuando, sin embargo, entre más seguido lo hagamos es porque tenemos un mayor compromiso con nuestra meta y sin duda alguna alcanzarán mucho más fácil su objetivo de ahorro.
El segundo punto es agrupar los gastos. Ver en banca en línea gran cantidad de transacciones o examinar un estado de cuenta con 3, 4 o más páginas puede ser abrumador. Así que es bueno empezar a analizar los gastos en grupos.
El tip es no tener muchos grupos para poder ver de forma rápida cuando uno de ellos generó un mayor gasto mensual en el período. Los grupos usuales son: Alquiler o Préstamo de la Casa; Préstamos (bancarios y tarjetas); Supermercado (lo esencial, no bebidas alcohólicas, por ejemplo); Comidas (desayuno, almuerzos o cenas si se suele comer fuera de casa por trabajo); Gastos del hogar (electricidad, agua, internet, gas); Diversión (Restaurantes, bares, cine, u otras actividades); y Otros Gastos (lo que no corresponde a los grupos anteriores).
Cuando use realiza este ejercicio, ya no está haciendo un presupuesto mental, y luego de la primera vez, ya se dimensiona cuáles son gastos importantes o necesarios y cuánto representan en nuestro presupuesto.
También se identifican los gastos innecesarios y entonces se pueden tomar decisiones sobre sacrificar ciertos gustos, a cambio de llegar a una meta de ahorro.
El tercer punto es identificar “gastos hormiga” o consumos pequeños que al parecer no repercuten en el presupuesto, pero que en realidad pueden afectar mucho. Por ejemplo, una taza de café con un postre diario en horas laborales o una caja de cigarrillos cada 2 o 3 días. ¿Cuánto es el total en un presupuesto mensual? El tip en estos casos es asignar una cifra mensual a estos consumos y verdaderamente controlarlo, para ver la diferencia.
Por último, recomendaría un ahorro anticipado. Para esto es necesario tener dos cuentas bancarias, una para llevar control de nuestro presupuesto y otra para depositar nuestros ahorros. El ahorro anticipado consiste en que, al momento de recibir nuestros ingresos o salario, definir cuánto podemos ahorrar y trasladarlo de una vez a la cuenta de ahorro. En el presupuesto hay que monitorearla para asegurarnos de no gastar más de lo necesario.
Recuerden que el mejor ahorro es el que se puede utilizar para inversión: capital semilla para un nuevo negocio o inclusive como enganchar una casa y ¿por qué no?, para ese viaje soñado.
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Roberto Ramírez es vicepresidente y senior manager de Valoración, Modelización y Economía de la firma EY.