¿Qué evolución han tenido las Fintech en la región?
El segmento Fintech ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años en todo el mundo y obviamente, en Mastercard Latinoamérica se ha venido desarrollado y evolucionando esta tendencia. Lo que en principio eran pequeños proyectos, en algunos casos ya son Fintech que están en todo el mundo y son multinacionales; inclusive, con un peso específico mayor al de ciertos bancos tradicionales.
Creemos que es un segmento que recién está comenzando en el caso de Centroamérica y República Dominicana, pero también ha crecido de manera exponencial en la región, no solo para los clientes finales sino también ayudando a comercios pequeños a desarrollarse por medio de la aceptación de pagos electrónicos y el manejo de muchas transacciones.
¿Cuál ha sido el crecimiento de las Fintech en Centroamérica y en Guatemala?
Hace pocas semanas, el reporte de Misión Lunar, un evento especializado en analizar cuántas Fintech existen en los diferentes mercados, nos informó que hay 272 Fintech actualmente en Centroamérica y República Dominicana de las cuales, alrededor de un 50% se especializa en pagos; el 20% en préstamos; otro 20% en software financieros y casi un 10% en criptomonedas. Esto es un crecimiento del 25% respecto al año anterior, números que no vemos en muchas industrias.
En el caso de Guatemala, el incremento ha sido también muy relevante con casi un 14%, pues en el 2021 había 44 registradas y llegamos a las 50 en el 2022. De ellas, 27 se especializan en pagos; 13 en créditos; seis en software financieros; tres criptomonedas y hay una que se está desarrollando en el segmento de seguros.
¿Qué desafíos hay para el desarrollo y uso de estas herramientas?
Uno de los grandes retos que tenemos en toda la región de Centroamérica y República Dominicana, y en Guatemala específicamente, es la inclusión financiera. Muchas Fintech tienen como objetivo principal acercar los medios de pago digitales a las personas que todavía no están incluidas financieramente o no están bancarizadas; y creo que ese segmento todavía tiene muchísimo para seguir explorando.
¿Qué tanta demanda tienen estas empresas, en Guatemala y en Centroamérica, por parte de personas individuales y negocios?
Tanto Guatemala como los países de la región se han acelerado mucho digitalmente en los últimos años. Los pagos sin contacto que años atrás ocupaban un pequeño porcentaje de las transacciones en este país han crecido exponencialmente, inclusive hasta permitir la llegada de billeteras digitales como Apple Pay, Fitbit Pay y Garmin Pay. Eso ha permitido que la población se empiece a acostumbrar a utilizar pagos sin contacto y digitales, lo cual provoca que permee la Fintech mucho mejor.
¿Ya se está llegando al momento de madurez de este segmento financiero?
Todavía no, pues aún hay mucho por crecer y se necesita el desarrollo de regulaciones en todos los países de la región para permitir que las Fintech puedan tener un modelo de negocio sostenible.
¿Qué labor queda pendiente?
Tenemos diferentes aspectos. Primero hay un tema de madurez de la empresa, un pilar que todavía requiere más trabajo. Para eso, desde Mastercard hemos desarrollado varias iniciativas que dan soporte a la Fintech como Fintech Express, con la que Mastercard le da recursos focalizados que le permiten acelerarse y sumar experiencia incluso de otros mercados, para traerlos a Guatemala.
Hay otro programa llamado Engage, donde presentamos a otros proveedores certificados de Mastercard para que la Fintech puedan trabajar con empresas de primer nivel y otros proyectos como Start Path o Developers. Pero el concepto es que Mastercard ayuda a las Fintech a madurar y a desarrollarse, tanto en su modelo de negocio, como de compañía. Emprender no es algo sencillo, es todo un desafío, no hay nada mejor que tener a alguien que tiene esa experiencia global y que comparte valores.
El segundo es un tema regulatorio, de un ambiente que permita desarrollarse a la Fintech. Los distintos países han manejado diferentes regulaciones, pero vemos una oportunidad en toda Centroamérica y República Dominicana, donde los reguladores pueden permitir lo que llamamos una “base en pareja” para que las Fintech puedan competir y desarrollarse con un modelo sostenible en el futuro.
El tercer punto es el segmento de negocio a donde apuntan las Fintech. En el caso de Guatemala, con la oportunidad que hay de inclusión financiera, hay un segmento que no está atendido y en donde las Fintech pueden encontrar una oportunidad de escalar su negocio.
¿Cómo el uso de una Fintech puede ayudar a un pequeño negocio para su crecimiento en ventas?
Las Fintech son el negocio per se. Hay Fintech que no existían y ahora cuentan con millones de dólares de facturación. En el caso de cobros digitales en los comercios que aceptan tarjetas, el 25% o 30% de los gastos de consumo personal se realizan con tarjetas. Obviamente, aceptar un medio de pago mundialmente conocido y sobre todo en el caso en Guatemala, del turismo entrante, ayuda a los negocios, los desarrolla, los digitaliza y también los ordena.
¿Cómo ven a futuro el desarrollo de las Fintech tanto en oferta como en demanda?
Mientras el modelo de negocio siga siendo escalable, todavía hay mucho para ver en este segmento. Es la nueva revolución en el mundo de medios de pago por un tema de velocidad, de llegada al mercado, por tecnología y concepción. Todavía hay muchísimo para ver y seguramente de aquí a un año, que Entre Jaguares haya tenido más Fintech asociadas al programa, veremos casos de más éxito de lo que estamos viendo ahora.