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Tipo de cambio: Por qué muchas monedas ganan valor mientras el quetzal no se mueve frente al dólar

Desde hace un mes, varias monedas de la región registran un proceso de depreciación, mientras que el Quetzal se mantiene estable respecto al dólar, un fenómeno que explican los expertos.

Depreciación del euro en Guatemala

El euro muestra una depreciación del 16% según las autoridades monetarias de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Durante las últimas semanas, se observa un alza leve del tipo de cambio en varias monedas latinoamericanas respecto al dólar estadounidense. Por ejemplo, en Costa Rica, la depreciación en términos interanuales fue del 10% en junio; en México, 2.7%; en Argentina, 34%; en Colombia, 14.1%; y en Chile, 24%.

Pero en Guatemala, la relación del quetzal con el dólar se mantiene en alrededor de Q7.75 por US$1, lo que, a juicio de Sergio Recinos, presidente de la banca central y de la Junta Monetaria (JM), es parte de la estabilidad macroeconómica del país, que evita un mayor encarecimiento de las importaciones.

Entonces, lo que está ocurriendo en algunos países es consecuencia de la incertidumbre derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania, la inflación en Estados Unidos (9.1% en junio) y las alzas de interés líder en Estados Unidos, lo que ha propiciado que algunos capitales estén buscando refugio especialmente en ese país, en busca de mayores rendimientos.

Ello también está ocurriendo en Europa, donde los bancos centrales de la zona euro no han reaccionado con celeridad ante la inflación, por lo que también existen flujos de capital de ese continente hacia el país norteamericano.

Es más, el euro es una de las monedas que en muy corto tiempo entró también en un proceso de depreciación, que ya va en 16%, alcanzando recientemente la paridad con el dólar, y es una variación que no se había observado en 20 años. Eso significa que la moneda única europea se ha depreciado y el dólar se ha apreciado.

Guatemala solo tiene tanto comercio con Europa por el equivalente a un 6% del total, pero en todo caso, los productos procedentes de ese continente resultarán más baratos y por otro lado, se necesitarán menos quetzales para pagar las importaciones acordadas en esa moneda.

¿Qué sucede en el país?

Al preguntarle a Recinos si en Guatemala podría haber algún movimiento del tipo de cambio en el corto plazo, como está ocurriendo en los países latinoamericanos mencionados, respondió que donde se han presentado depreciaciones relativamente grandes se genera más incertidumbre y hay un efecto inmediato en la inflación.

“Pero nosotros no vemos en Guatemala posibilidades de ese comportamiento, pues tenemos una economía todavía muy resistente con una previsión de crecimiento de 4%, lo que sigue siendo vigoroso y superior al de antes de la pandemia”, afirmó.

Y mencionó que se están observando exportaciones muy dinámicas (24% de crecimiento a mayo) e importaciones con un incremento de 35%; remesas familiares con 25% a junio; aparte de que los indicadores monetarios crecen a más del 15%, “por lo que, en general y dentro del actual contexto, Guatemala mantiene una economía sana y fuerte y no se ven posibilidades de un movimiento cambiario brusco”.

En ese sentido, recalcó que la reacción de la JM en cuanto a la tasa líder (aumento de 0.5%) pretende no solo frenar las presiones inflacionarias internas, sino también equipararse a la Reserva Federal de los EE. UU., pues “no es conveniente que exista una amplia brecha en cuanto a las tasas de interés, aunque la economía, y hay que decirlo, no está tan integrada financieramente con el resto del mundo, como lo puede estar México”.

Sobre algunos movimientos que se han observado en el tipo de cambio, incluso en semanas recientes, Recinos explicó que hay una apreciación interanual respecto al dólar de 0.2%, que es mínima, a pesar de todo el episodio de la pandemia, cuando solo “se disparó” en tres días de marzo del 2020, -cuando iniciaron las medidas restrictivas- aunque el Banguat participó en el mercado y todo volvió a su nivel normal.

“La banca central mantiene dos mecanismos de intervención: regla de participación y mecanismo de acumulación; y se trata de que el tipo de cambio no tenga mayor volatilidad, no generar incertidumbre y que los agentes económicos puedan hacer sus cálculos sin la afectación de posibles riesgos cambiarios.

Panorama a fin de año

El presidente de la JM expuso que, de aquí a fin de año, la tasación del tipo de cambio será estacional, como ocurre siempre: En el primer semestre tiende a haber un poco de apreciación porque ingresan muchas divisas por exportaciones. Pero en el segundo, las divisas por ventas al exterior se reducen y empieza con mayor dinamismo la demanda de dólares por las importaciones, lo que se comienza a ver en agosto.

En todo caso, se podría esperar una pequeña tendencia a que se deprecie un poco, pero no hay ningún fundamento que haga prever un cambio brusco. “El Banguat posee un nivel de reservas monetarias internacionales importantes que de alguna manera fortalecen al sector externo, así como los instrumentos necesarios para evitar ese exceso de volatilidad, pero repito, el mensaje para los agentes económicos es que estén tranquilos, pues no hay posibilidad fuerte hacia la apreciación ni a la depreciación, aparte de las fluctuaciones normales”, concluyó.

“Hay algunos efectos”

No obstante, de acuerdo con Amador Carballido, director general de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), hay efectos de abaratamiento y encarecimiento (dependiendo de los productos) por la situación que se está viviendo en Europa en términos de comercio exterior, aunque el intercambio con ese continente es poco.

“Adquirir bienes y servicios de Europa se volvió barato, así que para los importadores hay un efecto positivo. Ahora, como exportador, se juega inverso, pues los euros que se reciben por las exportaciones son menos. Pero también depende de los contratos, ya que muchos de los exportadores los cierran en dólares”.

A su juicio, lo más con en las empresas exportadoras guatemaltecas, es que el mayor volumen se despacha a Estados Unidos, y un porcentaje menor a Europa, y al negociar sus precios lo tratan de hacer en dólares. Por otro lado, si se trata de un exportador neto para Europa, con contratos en euros, ahí se presenta una desventaja “y no hay para dónde”.

Sobre la inestabilidad cambiaria que se observa en muchos países, Carballido afirmó que la situación actual impacta a todo el mundo y eso afecta las proyecciones de esquemas de rentabilidad. “¿Me hago de más inventario ahora que el euro esta débil? Me puedo abastecer porque en los próximos seis meses, el euro regresaría a sus niveles; pero si cuento con un inventario muy alto, me enfrento a que tal vez no pueda comercializar con velocidad y voy a tener grandes flujos de dinero en bodega”, analizó.

Entonces, comentó que siempre que hay inestabilidad, el empresario tiene dificultades para proyectar y eso implica decisiones de inventarios, márgenes de utilidad que se hacen difíciles de controlar “y se sufre para bien o para mal. En los negocios se necesitan certeza y reglas, lo mejor que se pueda”, en, ya que con una proyección que no sea fiable, se corre el riesgo de perder dinero o negocios”.

Llamado a la cautela

A pesar de que el presidente de la banca central emite un mensaje de tranquilidad, el director de Agexport indicó que se debe tener cautela, independiente del giro del negocio, porque no hay una forma de saber cuánto puede durar la crisis.

“En este momento, las cifras de empleo en EE. UU., están positivas, se sigue creando trabajo y por lo tanto, el consumidor sigue comprando. ¿Pero cuándo va a durar eso? En todo caso, no vamos a terminar mal el año porque e Centroamérica, el efecto inflacionario todavía no es tan fuerte porque gran parte de ella es importada y no son factores internos los que la aceleran”, aseguró.

Pero el panorama es que Europa puede entrar en una crisis más pronto, por las variables observadas y la posibilidad de que EE. UU., entre a una recesión, “por lo que se debe ser cauto con el mercado europeo y buscar otros mercados que no tengan señales de posible contracción”, finalizó Carballido.

ESCRITO POR:
Urias Gamarro
Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.