En el 2020 alcanzó su mayor nivel con 96.1%, derivado de las asignaciones que también aportaron un incremento a su techo presupuestario con Q6 mil millones asignados para el pago del Bono Familia, creado para compensar, durante tres meses, la pérdida de ingresos de las familias más afectadas por las medidas implementadas para contener los efectos de la pandemia del covid-19.
No obstante, en el 2021 se observa que el techo presupuestario y la ejecución vuelven a su tendencia previo a la pandemia y para el 2022 se espera alcanzar un techo sugerido de Q1,306.6 millones, el cual representa un incremento de Q176.4 millones respecto al vigente de 2021 (Q1,130.2 millones).
En relación con la composición de los programas que integran el Mides, más del 56% son Programas Sociales. Sin embargo, la tendencia muestra que los servicios de infraestructura han llegado a alcanzar el 30.4% del total del presupuesto de la entidad. Para el 2020, la atención de desastres naturales y calamidades públicas representó el 89.7% del total de la cartera.
Según los datos que presentaron las autoridades del Ejecutivo para el presupuesto público del 2022, el mayor incremento dentro de los programas sociales se estaría dando en las Transferencias monetarias condicionadas en salud y educación, pasando de Q344.2 millones vigentes en 2021 a Q418.3 millones en 2022, es decir un incremento de 21.5%.
Asimismo, el programa de Prevención de la delincuencia en adolescentes y jóvenes pasaría de Q33.2 millones en 2021 a Q55.3 millones en 2022 (66.5% de incremento), mientras que el de Apoyo para el consumo adecuado de alimentos pasa de Q157 millones en 2021 a Q179.3 millones para 2022 (14.2% de aumento).
En cuanto al financiamiento que recibe el Mides, en buena medida sus fondos provienen de los recursos del tesoro, que incluyen los ingresos corrientes –que en mayor proporción se componen de ingresos tributarios– y de los recursos con afectación específica, siendo este el caso del IVA-Paz, que en ambos casos, en su totalidad sufragan el gasto de los programas sociales.
En los últimos años se ha observado un incremento del financiamiento por crédito interno y externo (préstamos), los que además de financiar la atención por calamidades públicas (covid-19), también se han destinado al financiamiento de obras de infraestructura, que en el caso del proyecto de presupuesto para 2022 suman Q293 millones, es decir más de la mitad del programa de Dotaciones y Servicios de Infraestructura para el Desarrollo Social.
Fuente: Elaboración con datos de Sicoin (Minfin) y Proyecto de Presupuesto 2022. *Presupuesto vigente a octubre.
Al analizar por objeto de gasto, se muestra que buena parte del presupuesto se destina a las Transferencias corrientes, las cuales corresponden a las transferencias a personas individuales (o bien conocidas como TMC). Sin embargo, otra buena proporción del presupuesto se utiliza para la compra de bienes y suministros y a la propiedad, planta, equipo e intangibles, en el que, por ejemplo, se incluyen las construcciones por contrato y maquinaria/equipo para las obras de infraestructura.
Finalmente, cabe destacar que a pesar de los incrementos en los techos presupuestarios para 2022, las metas físicas dentro de los programas sociales no presentan aumentos significativos.
Tal es el caso de las becas que se entregan a adolescentes y jóvenes, las que apenas aumentan en 948 respecto a las 11 mil 90 propuestas para 2021. Esta meta no es suficiente en un país donde la matrícula de la educación diversificada es la más baja de todo el sistema educativo.
Asimismo, en el presupuesto de 2022, las Transferencias monetarias condicionadas entregadas a familias con niñas y adolescentes de 10 a 14 años, para la finalización del ciclo escolar, han sido suprimidas tanto en la asignación financiera como en la meta física: las entregadas a niñas y adolescentes embarazadas o madres de 14 o menos años de edad, víctimas de violencia sexual judicializadas que cumplen con sus controles de salud, se recorta en 44 adolescentes menos atendidas, situación que atenta contra la restitución de derechos de decenas de niñas y adolescentes que lastimosamente presentan o fueron víctimas de un embarazo forzado.
Las recomendaciones
El Mides tiene de cara al 2022, un rol importante para atender los efectos del covid-19 que continúan afectando la economía y el bienestar de la población y que los congresistas, previo a la aprobación del presupuesto, debían tomar en cuenta. En primer lugar, el Mides debería resguardar a toda la población que se ubica por debajo de los umbrales de pobreza y pobreza extrema y a aquella que, ante los efectos económicos y sociales que atrajo la crisis, vive con el riesgo de sumarse a este grupo en el que ya se encuentran 8.4 millones de personas. Sin embargo, la asignación de recursos para el 2022 en este ministerio no contempla más acciones relacionadas con la calamidad pública.
En segundo término, los mecanismos de apoyo de los programas sociales, deberían ser más eficientes, logrando incrementar no sólo los recursos, sino las metas físicas que se pretende alcanzar: es inaceptable que las metas reduzcan la atención de personas, especialmente si son niñas, niños y adolescentes.
Y el Estado debería replantear las acciones que pueden llegar a proporcionar un efecto real en la prevención y reducción de la pobreza, como sería el caso de una Renta Básica Universal (RBU), lo que debería ser objeto de discusión y análisis, dentro de los esfuerzos por una protección social más efectiva, que cumpla con sus dos dividendos: aumentar el bienestar social y fomentar el crecimiento económico y el empleo en todo el país.
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El autor es economista investigador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). carlos.gossmann@icefi.org