En el 2016, los emojis se ven por todos lados, todo el tiempo. Y la “carita con lágrimas de alegría” es, por cierto, una carita feliz amarilla con una amplia sonrisa y lágrimas brotando por sus ojos.
Taco Bell lo sabe. Las autoridades que supervisan los emojis aprobaron uno de un taco el año pasado, después de que la empresa hiciera todo un año campaña para tener uno operando. Al final recompensaron a sus usuarios en Twitter con regalos de fotos, GIFs y otros juguetes virtuales gratuitos para celebrar.
¿De qué se trata todo esto? He aquí una mirada al pasado, el presente y el futuro rosáceo de los emojis:
¿De dónde salieron?
Aunque ahora existe una definición estricta de emojis como imágenes creadas mediante codificación computarizada estandarizada que funciona para todas las plataformas, tienen muchos primos populares que se hacen llamar “etiquetas”, que son imágenes sin la parte trasera torcida. Y los kimojis, el invento de Kim Kardashian, no son técnicamente emojis, por ejemplo, al menos en los ojos de los puristas.
De acuerdo al conocimiento tecnológico popular, la gran explosión de los emojis tiene a su abuelo en Japón, llamado Shigetaka Kurita. Él se inspiró en las revistas de manga y el kanji (los símbolos y caracteres utilizados en la escritura del idioma japonés) en la década de 1990 cuando, junto a otras personas, trabajaba para desarrollar lo que se considera la primera plataforma móvil generalizada y pensó en algunos caracteres rudimentarios. Ellos pensaron en esto toda una década antes de que Apple desarrollara una serie de emojis para los primeros iPhones.
Los emojis pueden ser muy divertidos o tu peor pesadilla. Algo es seguro: no existe la amenaza de que se conviertan en un “lenguaje” por sí mismos. Aunque todo el mundo, desde Coca-Cola hasta Kitten Bowl, ha usado pequeñas pictografías para despertar interés, los emojis existen principalmente para darle matiz a las palabras que la gente común escribe, representando tonos de voz, expresiones faciales y gestos físicos (incluso hay un emoji con el dedo medio extendido que se agregó recientemente).
“Las palabras no están muertas. ¡Viva el emoji! Y ¡viva la palabra”, bromeó Gretchen McCulloch, una lingüista de Toronto que al igual que otros en su campo estudia los emojis y otros aspectos del lenguaje en internet.
Los emojis han sido comparados con los jeroglíficos, pero McCulloch no está de acuerdo. Ese antiguo lenguaje pictográfico incluía símbolos con un significado literal, pero otros representaban sonidos.
Los entusiastas han jugado a contar historias sin palabras con sus amados emojis y a traducir letras de canciones a imágenes, “pero no se pueden unir como letras para crear una palabra pronunciable”, dijo McCulloch.
¿Qué opina Davis del rápido ascenso de los emojis?
“Ha sido una sorpresa. No sabíamos lo populares que iban a ser”, dijo. Por ahora, Unicode ha lanzado 1.624 emojis, con más opciones cuando se toman en cuenta modificadores como el tono de la piel. El subcomité de emojis recibe cerca de 100 nuevas propuestas por año. No todos avanzan en el proceso de votación.
“No codificamos emojis para películas, o personajes, o para deidades. Tampoco haremos un Donald Trump”, dijo Davis.
El género, dice, está entre los limitantes de los emojis. Hay demanda para una corredora femenina, y esto se someterá a voto en mayo, ya que los críticos han cuestionado la división masculino/femenino. El consorcio ha tratado de encontrar una manera de modificar más fácil y rápidamente los emojis en cuanto a su género, color de cabello y otros rasgos, dijo Davis.
“En lo personal, espero con ansias un emoji que se tape la cara de vergüenza”, bromeó Davis.
Emoji, lo ama o lo odia
Elle Brown, de 9 años, es una “niña emprendedora” de Plant City, Florida. Hace joyería con temática de emojis y llaveros que vende en la escuela y en la iglesia, mientras que su mamá los vende en su escritorio en una compañía aseguradora.
“Mi emoji favorito es el de 'popó' y el de dinero”, dijo Elle.
Gente de todas las edades le compra a su mamá, Zee Brown. “Es como vender galletas de las Scouts (niñas exploradoras)”, dijo. Aunque la mercadotecnia se ha apoderado de los emojis, el especialista en marcas Kevin Winslow, en Boise, Idaho, tenía sus dudas sobre adoptarlos.
“Me parecía que eran bobos, no me parecía que fuera algo que usaría un adulto”, dijo. “Ahora son una necesidad en las campañas de redes sociales. A veces ayudan a evitar el signo de exclamación, que tampoco me gusta”.
Vivian Rosenthal es fundadora y directora de Snaps, una plataforma que lanza teclados con imágenes de marcas, incluyendo campañas de mercadotecnia destinadas a apoyar causas sociales como el apoyo para refugiados.
Con casi la mitad de las publicaciones en Instagram con al menos un emoji y con más de 270 mil millones de mensajes de texto enviados al día en aparatos móviles, hoy más que nunca las marcas tratan de sacar provecho a los emojis, dijo Rosenthal.
“La gente quiere expresar más y más emoción. El lenguaje del futuro está basado en lo visual, es muy universal y democrático”.
Rosenthal estimó que cerca de 6 mil millones de emojis y etiquetas se envían cada día en aparatos y servicios.
Los emojis y los jóvenes
Claramente los emojis son la adoración de las generaciones jóvenes. Otros grupos también participan, pero Tayfun Karadeniz señala que la edad no es lo único.
Karadeniz es fundador y director de EmojiXpress, una aplicación creada por desarrolladores independientes para iOS que les da a los usuarios cada emoji disponible en Unicode Standard. También es un nuevo integrante con derecho a voto de Unicode Consortium.
De los cerca de 50 millones de descargas de su aplicación en los últimos tres años, el 80% de los usuarios son mujeres. ¿Lo hacen solo por diversión? ¿Se ha generado una dependencia de los emojis?
“No creo que nuestra sociedad entraría en crisis si no los tuviéramos, pero también podríamos preguntarnos si necesitamos el arte o los programas de televisión”, opinó Karadeniz.
Akash Nigam, de 23 años, es cofundador y codirector ejecutivo de Blend, una aplicación de mensajes en grupo enfocada en los jóvenes. Cree que el uso de los emojis entre esos grupos es más común.
“Son parte integral de su vida diaria”, dijo. “Es como el remate en un discurso. Quien usa los emojis más originales junto a un texto inteligente tiene más reconocimiento. Todo el mundo busca en sus teclados emojis que no han sido usados. Quiero decir, sí, uno puede pintar un cuadro o escribir un ensayo, pero no se siente igual”.