Dos de los avances más recientes consisten en la fabricación de productos nutricionales con descartes del camarón, como harinas para usos en industrias y la producción de insectos para aprovechar sus proteínas para alimento de los camarones.
Se trata de proyectos encadenados para el aprovechamiento de desechos que impulsa la firma Acuamaya, dirigida por Gabriel Biguria, como parte de las acciones para operar como una empresa de economía 360º en la que se van reduciendo los residuos y se aprovechan de nuevo en otros procesos de producción. Aunque ahora se impulsa como empresa junto a científicos de varias entidades, la idea es marcar esa ruta para el sector.
Producción de insectos para proteínas
Biguria, quien forma parte del sector de acuicultura y pesca de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) y es vicepresidente de esa entidad, expuso que ya se están produciendo insectos en el sector para generar proteínas que se usarán en los alimentos destinados a los camarones.
En la actualidad las dos principales fuentes proteínicas son la soya y la anchoveta que son peces pequeños que provienen de Perú, las que en el futuro ya no van a ser sustentables porque cada vez se demandan más y en el caso de la soya, se requiere de mayore áreas de cultivo.
Por lo tanto, la tendencia es buscar proteínas alternativas sustentables, como la producción de insectos, lo que se logra en granjas verticales en pequeños espacios, con muy poco uso de energía, de agua y con bajas emisiones de CO2.
El proyecto es parte de la empresa Insect Protein Innovations (Inprotin), que fue lanzada en 2020 por un equipo de emprendedores guatemaltecos, en busca de soluciones para alimentación. Esta se enfoca en el desarrollo de productos sostenibles a base de insectos para la nutrición animal, vegetal y humana.
Al momento, se ha generado la primera colonia de insectos tras un trabajo de año y medio, de manera que ya se prepara una mayor escala que incluye pruebas con alimentos para los camarones.
El tipo de insecto que se usa para esta producción es el tenebrio molitor, también conocido como gusano de harina o mealworm, indicó. Se trata de una especie con un alto contenido proteico, de fibra y ácidos grasos, según publicaciones en páginas especializadas.
Las investigaciones incluyen el monitoreo de las condiciones de la colonia, temperatura, humedad, tipo de alimento que se le da.
Aprovechamiento de desechos y descartes
Respecto al aprovechamiento de cabezas y cáscaras de camarón, Biguria indicó que por el momento, el plan piloto es a baja escala, pero se prevé que en un año se empezará a distribuir por mayor.
Este se trabaja con científicos de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) y consiste en el aprovechamiento de dichas partes del camarón para fabricar productos nutricionales que van desde harinas, hasta polímeros. Por ejemplo, se puede obtener quitosano, que se usa en las industrias farmacéutica y médica, así como para el crecimiento de las plantas.
Se les considera polímeros naturales que se obtienen a partir de la quitina, una sustancia que se encuentra en el exoesqueleto de los crustáceos (gambas, cangrejos, langostino y camarones).
Por último, entre otras innovaciones del sector se incluyen la presentación y modalidad de preparación, como el segmento de conveniencia con productos listos para cocinar y para comer. Una de las empresas, Nova Guatemala, está importando camarón gambón argentino, un camarón de pesca profunda del mar que se está transformando en el país y se vende con diferentes salsas. Con el camarón de Guatemala denominado vannamei también producen presentaciones con una mantequilla especial y salsas. Otras incluyen empanizados, con ajo, en bruschettas y otras opciones.
Datos del sector:
- El sector tiene alrededor de 150 productores de camarón. La mayoría son pequeñas y medianas empresas.
- En el 2021 se exportaron US$134 millones de pescado, camarón y atún, de los cuales, US$78 millones correspondieron al crustáceo.
- Para el 2022 se prevé llegar a US$150 millones de exportación.
- El rendimiento actual de producción de camarón es de 50 mil a 70 mil libras por hectárea, con tres ciclos de producción entre 90 y 120 días al año.