Desde noviembre del 2021 y durante todo el 2022, se registró un crecimiento mensual del crédito bancario en porcentajes de dos dígitos, destacando el hecho de que en septiembre y octubre del año pasado, el crecimiento mensual fue de los más altos con 17.8% y 19.2% respectivamente, aunque se desaceleró a 16.1% y 15.8% en noviembre y diciembre, según el último boletín económico de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa).
No obstante, la cantidad de créditos al cierre del año fue de 3 millones 793 mil 569, para un aumento de 11.86% respecto al 2021 (3 millones 391 mil 276), cifra que a su vez, fue mayor en 6.77% al cierre del 2020, cuando la cifra ascendió a 3 millones 176 mil 145 préstamos.
Estos totales son congruentes con el aumento de los saldos de la cartera, que el año anterior cerró en Q270 mil 80.8 millones y un incremento de 16.2% respecto al 2021, cuando el total fue de Q232 mil 413.5 millones y representó un alza de 13.1% en comparación con el 2020 (Q 205 mil 482.3 millones).
Otro elemento importante es el destino o agrupación económica al que se destinan los recursos y en la fecha indicada, el segmento de crédito empresarial mayor siguió siendo el más grande con un saldo de Q143 mil151.4 millones, con un crecimiento de 13.2%.
Le siguen los préstamos al consumo que llegaron a Q88 mil 9.3 millones, con un aumento de 25.1%. Dentro del mismo se incluye el consumo con tarjetas de crédito, que registraron un crecimiento de 38.88%, pasando de Q15 mil 997.2 millones en el 2021 a Q22 mil 217.1 millones en el 2022, según la clasificación de la Superintendencia de Bancos (SIB) en su reporte de evolución de la cartera de créditos.
En el caso del grupo empresarial menor, el saldo bajó 10.1%, llegando a Q14 mil 94.8, pero el microcrédito subió 56.1%, a Q8 mil 702.9 millones; mientras que el crédito hipotecario para vivienda también creció, en este caso 11.4%, a Q16 mil 122.3 millones.
Varios factores influyen
A criterio de José Alejandro Arévalo, académico y exsuperintendente de Bancos, el crecimiento del crédito en general durante el 2022 fue positivo, en el contexto de la recuperación económica del país y el financiamiento que ha requerido el sector productivo; pero por otro lado, la contratación de más crédito para consumo es un tema inquietante, debido al crecimiento de la inflación del 2022 que se situó en 9.24%.
“Ahora hay expectativas acerca del comportamiento que pueda reflejarse en el 2023, influido por diversas aristas, como los constantes aumentos de la tasa de interés líder, decisión que podría trasladarse al costo de los créditos, la posibilidad de pérdida de dinamismo del crecimiento económico y por tratarse de un año electoral”, expuso.
Y analizó que cuando se compara el comportamiento de la inflación del año pasado con el rango de estimación de cierre planteado por el Banco de Guatemala (Banguat), de 3% a 5%, casi se duplicó ese indicador respecto del rango superior, y triplicó el rango mínimo, señaló.
Por lo tanto, enumeró tres factores que pueden influir en el comportamiento de los créditos, entre estos:
- El incremento generalizado de los precios, que representa también un aumento de los productos de consumo y por consiguiente una mayor demanda de crédito, por medio del uso de tarjeta de crédito.
- Relacionado con este, el segundo factor, es que las personas podrían estar aumentando su endeudamiento por medio de estas tarjetas para mantener su mismo nivel de vida, a pesar de que los precios de productos de primera necesidad están subiendo.
- El tercer factor que influye es la recuperación económica, que genera mayor movimiento comercial y las actividades que se habían visto reprimidas por la pandemia empezaron a repuntar y han generado mayor confianza.
Para el 2023
A consideración de Arévalo, del analista de Fundesa Fernando Spross y de Ricardo Rodríguez experto de Cabi, el crédito al sector privado seguirá creciendo, pero su dinamismo podría desacelerar respecto al 2022.
Una de las razones es que para este año se prevé una desaceleración del crecimiento económico. La meta para el año se estableció en un rango de 2.5% a 4.5% con un valor central de 3.5%; y la meta de inflación se mantiene en 4% más/menos 1%.
Otro aspecto que podría influir es el impacto del aumento de la tasa líder, que de abril del 2022 a enero del 2023, la Junta Monetaria (JM) ha aumentado seis veces y pasó de 1.75% a 4.25%, lo que el momento, no ha impactado en las tasas activas promedio, según los entrevistados. Es más, “en los últimos cinco años se ha observado una fuerte tendencia de largo plazo a bajar las tasas” pero se prevé que esa tendencia cambie, explicó Rodríguez durante la conferencia Agro Perspectivas 2023.
A su juicio, eso explica que el aumento de los créditos en alrededor de 20% en los últimos meses del 2022 y en alrededor del 16% al cierre de ese año. Sin embargo, comentó que “la expectativa es que eventualmente las tasas de interés vayan alcanzando ese movimiento al alza o a revertir la tendencia de baja, porque la política monetaria que determina la JM y el banco central para el caso de Guatemala ha tenido movimientos bastantes bruscos”.
Entonces, el aumento de la tasa líder va a incidir en que se contraiga el consumo, pero también las actividades económicas, expone Arévalo, y probablemente los créditos más afectados (con desaceleración o baja de saldos) serán los relacionados con el crédito inmobiliario y para vivienda.
“Es importante recordar que nuestro país tuvo una rápida recuperación luego de la pandemia, y en parte se debió a que nunca se cerraron las carteras de crédito. En ese sentido, se ha contado con mucha liquidez en el sistema bancario y esto tiene que ver con que las tasas de interés han permanecido bajas por varios años, lo que se ve reflejado en la demanda de créditos en general”, añadió Spross.
El analista de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), considera que el alza en la tasa líder no debería afectar significativamente la demanda de créditos este año, aunque coincide con los otros analistas en que podría desacelerar el ritmo de crecimiento.
Por otro lado, asegura que los créditos empresariales mayores van a continuar creciendo, dado que son la principal fuente de financiamiento de la actividad económica privada, y que el país cada vez presenta más condiciones para atraer inversiones nacionales y extranjeras. Coincide con Arévalo en que podrían disminuir los créditos al consumo y en los créditos hipotecarios para vivienda, pero lo atribuye a que se prevé una leve disminución en la actividad económica de la construcción según estimaciones del producto interno bruto (PIB) del Banguat para 2023.