Emprendedores
El premio de Entre Jaguares va más allá del millón de quetzales
Con gran expectativa y emociones a flor de piel, la tercera temporada de Entre Jaguares ha comenzado, trayendo consigo nuevas oportunidades para los emprendedores guatemaltecos.
Este reality show, que ofrece la posibilidad de ganar un millón de quetzales en publicidad, ha demostrado ser mucho más que una competencia, convirtiéndose en una plataforma para el crecimiento personal y profesional de sus participantes. Uno de esos ejemplos es la historia de Juan José Estrada, conocido como El Shukero, un emprendedor que, a pesar de haber sido eliminado en el primer episodio, encontró en la experiencia una transformación inesperada.
Durante su participación, Estrada enfrentó duras críticas por parte del exigente jurado, conformado por expertos del mundo empresarial. Sin embargo, lejos de desanimarse, decidió tomar cada palabra como un impulso para mejorar. Las observaciones de los jueces lo llevaron a replantear su estrategia de negocio y a ver más allá del catering en el que estaba inmerso.
La historia de El Shukero no terminó con su eliminación del programa. A través del apoyo recibido por el Banco Industrial y la red de contactos que construyó durante su breve paso por Entre Jaguares, logró inaugurar su primer restaurante en la icónica zona 1 de la Ciudad de Guatemala. Esta apertura no solo marcó un antes y un después en su carrera, sino que también representó el fruto de su perseverancia y su capacidad para adaptarse y evolucionar ante los retos.
"Entre Jaguares me abrió los ojos y me hizo ver que el premio no está únicamente en el millón de quetzales en publicidad", comenta emocionado El Shukero. “Me di cuenta de que las críticas, aunque difíciles de escuchar, fueron lo que me motivó a plantearme objetivos más grandes. Aprendí a escuchar y a ver las oportunidades que antes no consideraba”, expresó Estrada.
Hoy, El Shukero es un ejemplo viviente de que el verdadero éxito no se mide únicamente en premios tangibles, sino en la capacidad de reinventarse, de escuchar y de tomar riesgos. Su restaurante es el símbolo de su resiliencia, un lugar donde cada platillo cuenta una historia de esfuerzo, superación y sueños cumplidos.
La tercera temporada de Entre Jaguares promete más historias como la de El Shukero, demostrando que este programa no solo busca un ganador, sino que impulsa a todos los emprendedores a encontrar su verdadero potencial, aun cuando el camino parezca más difícil de lo que imaginaban.
Artículo escrito por Lucía Aresti Muralles, Especial para Prensa Libre.