Así lo afirma Eny Bautista, gerente comercial senior de Operadora Portuaria Centroamericana (OPC) de Cortés Honduras, al realizar un balance del comportamiento de la carga en la región en 2022, y su relación con el comercio exterior en Centroamérica, indicando que algunas de las industrias más beneficiadas serían la automotriz, textil, farmacéutica y energías renovables.
En cuanto al movimiento de carga registrado en 2022 en los puertos regionales, indicó que al comparar las cifras del tercer trimestre de 2021 versus 2022, que presenta el Sistema de Información Estadístico Marítimo Portuario de Centroamérica (Siempca) y recoge la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (Cocatram), hubo un comportamiento similar.
“La carga movilizada a través de los puertos centroamericanos presentó una variación de 1.11% pasando de 136.6 millones de toneladas métricas en los primeros tres trimestres del 2021 a 138.2 millones para el mismo periodo en el 2022.
En cuanto a los movimientos de contenedores en TEUs (20´) para el mismo periodo, se refleja una leve disminución de 0.19% en 2022, equivalente a 9.83 millones de TEUs.
Sobre el movimiento de carga marítima en la región para este año, expuso que según las previsiones, la economía centroamericana continuará creciendo y por ende, el movimiento de carga marítima. Esta teoría se basa en las oportunidades que han surgido luego de la pandemia para el nearshoring, que consiste en la transferencia de las operaciones de las empresas a países cercanos a sus compradores.
“Los cálculos del BID detallan que las oportunidades potenciales que este incremento de exportaciones por nearshoring podría traer millones de dólares a Centroamérica y las cifras por país son las siguientes: Costa Rica, US$1 mil 44.8 millones; Guatemala, US$785.7 millones; Honduras, US$1 mil 242.8 millones; Nicaragua, US$568.5 millones; Panamá, US$802 millones; El Salvador, US$1 mil 49.9 millones”.
A su juicio, si bien todo esto puede representar una gran ganancia para la región, es necesario atender otras realidades por las que también atraviesa el mundo, como la inflación resultante del incremento en la demanda de bienes (tras la disminución en la oferta de productos durante la pandemia), así como el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha generado escasez de varios productos primarios.
“Además, si a esto le sumamos la reducción de contratos de maquilas en Centroamérica; el incremento en las tasas de interés de Estados Unidos, que puede representar un fuerte impacto a la región; la guerra comercial de Estados Unidos con China; y la incertidumbre política que se vive a nivel mundial, entre otros, estamos ante una realidad muy incierta”, finalizó.