Luis Armando Menéndez, jefe del departamento de Registros de Insumos Agrícolas del Maga, explicó que los procedimientos para registrar productos nuevos o de importación pueden durar entre seis meses y un año, dependiendo si es experimental, comercial o endoso.
Menéndez aseguró que los productos autorizados pasan de los cuatro mil y los mismos pudieran sobrepasar ese número.
“El titular puede endosar el registro de algún ingrediente activo y autorizar otra compañía que lo utilice por un tiempo determinado. De los cuatro mil puedo tener 12 más, son el mismo solo que con diferentes empresas”, afirmó Menéndez.
En relación con el proceso de fiscalización, el funcionario comentó que en el programa son 13 personas para inspeccionar al menos tres mil agroservicios.
“Los supervisores verifican la condición legal, si están registrados, hacen auditorías, si encuentran producto reenvasado deben levantar un acta y decomisarlo, se imponen multas entre Q25 mil y Q50 mil, dependiendo la gravedad de la falta”, afirmó el profesional.
Aplicación inexacta
Laureano Figueroa, exdecano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), comentó que en el país se comercializan productos autorizados y no autorizados para ciertos cultivos y aunque estén registrados son utilizados de manera equivocada.
“La propia industria de agroquímicos los promueven irresponsablemente y el agricultor lo usa si le soluciona el problema, no le interesa si está registrado o no. Incluso sucede en el productor que tiene más de un cultivo, si ve que es eficiente para el control de plaga del cultivo A y tienen una plaga similar en el B o parecida también los usan”, resaltó.
Figueroa agregó que las consecuencias del mal manejo del agroquímico son problemas de residuos, que pueden causar rechazos en productos de exportación y si es producto de consumo local ponen en riesgo la salud del consumidor.
Julio Ruano, director ejecutivo de Agrequima, refirió que existe la percepción que se utilizan productos prohibidos y lo atribuyó a una confusión sobre el uso en cultivos que difieren incluso de otros continentes como el banano o el café.
“Estamos ubicados en una zona tropical donde hay muchas plagas. Hay productos que en países europeos no se utilizan, pero no significa que sean prohibidos”, destacó.
Ruano remarcó que el uso de los productos pasa por un análisis de riesgo, que dice cómo utilizarlos, aplicarlos con las dosis correctas y los períodos de carencia sugeridos, no debería causar ningún daño al ambiente. “Eso no exime que alguien haga mal uso”, argumentó.
Menéndez, del Maga, enfatizó que el agroquímico puede estar registrado, pero si no está aprobado para el cultivo las consecuencias pueden ser graves.