En contraposición, el gasto de consumo privado, que abarca el gasto final de los hogares y de las instituciones no lucrativas, registró un menor ritmo de crecimiento (desaceleración), al igual que las inversiones, mientras que las importaciones de bienes y servicios registraron un menor crecimiento derivado de los altos costos y los problemas de logística internacional.
Según el Banguat, en el período mencionado, el gasto de consumo privado creció 3.9% (8.7% en el mismo trimestre de 2021), como resultado de la mayor compra de bienes y servicios por parte de los hogares, que se explica principalmente por el incremento del ingreso de divisas por remesas familiares y por el comportamiento favorable del crédito al consumo.
Mientras que el gasto de consumo final del Gobierno registró una variación de 8.7%, contra 3.8% en el tercer trimestre de 2021, asociado a gastos en mantenimiento y reparación de bienes nacionales; combustibles y lubricantes; servicios no personales; primas y gastos de seguros y fianzas; útiles deportivos y recreativos; energía eléctrica, entre otros.
La formación bruta de capital fijo (valor de los activos adquiridos) creció 2.2%, una cifra muy inferior al 20.9% en julio-septiembre del año previo, aunque ayudó el aumento observado en la construcción de edificaciones residenciales y otros. También hubo una caída en el volumen importado de bienes de capital, particularmente los destinados a la agricultura y el transporte.
De igual forma, el Banguat reportó que las importaciones de bienes y servicios, en términos reales, crecieron 4.7% en el tercer trimestre de 2022 (27% en el mismo trimestre de 2021), principalmente por el aumento en la demanda de bienes de consumo, de servicios de transporte de pasajeros por vía aérea, de carga por vía acuática y de servicios asociados al turismo y viajes.
Desaceleración normal
“En términos generales, la economía guatemalteca se ha estado desacelerando respecto al año pasado. Desde el lado del gasto, significa que ha habido un crecimiento más moderado en todas las erogaciones. Guatemala es un país impulsado en gran medida por el consumo, por lo que es normal que este sea fuerte, pero a un menor ritmo”, opinó Ricardo Rodríguez, analista del Central American Business Intelligence (CA-BI).
Por su parte, el economista y director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, Paul Boteo, consideró oportuno analizar las cifras del Banguat frente a lo registrado en 2019, ya que tanto 2020 como 2021 fueron años atípicos.
En ese sentido, dijo que el gasto de los hogares muestra una desaceleración “ante el shock de inflación registrado durante 2022, pues los hogares han tenido que ajustarse al cinturón y eso se ve reflejado con un crecimiento del consumo menos dinámico”.
Tanto Rodríguez como Boteo coincidieron en que el sostenimiento del gasto por consumo de los hogares se debe en gran medida a las remesas familiares que al cierre de 2022 sumaron US$18 mil 40.3 millones, equivalente a un crecimiento de 17.9% con relación a 2021.
En lo que respecta al consumo del gobierno, que registró 8.7% en el tercer trimestre de 2022, Boteo señaló una expansión del gasto público, al notar que en 2019 este rubro cerró en 2.7%. “Lo que realmente preocupa, porque apenas creció 2.2% en el tercer trimestre de 2022, es la inversión, aparte de que está por debajo del crecimiento que se tuvo en el 2019, cuando fue 8.9%. Esto da cuenta de que sí hubo un incremento muy fuerte en el precio de los bienes de capital para las empresas”, agregó.
Y expuso que otro “motor de crecimiento” que se tuvo en el tercer trimestre de 2022 son las exportaciones porque crecieron 7.1%, por encima del 0.2% registrado en 2019, “lo que tal vez se explica por un contexto internacional relativamente favorable”.
Por el lado de las importaciones, indicó que un crecimiento real de 4.7% frente a un crecimiento nominal (incluyendo el factor precio), significa que importar bienes de consumo, como de capital, resultó muy caro en el año anterior.
