Inquietud ante un “Brexit” duro y respaldo a Macron
El mandatario nipón irá a Biarritz con el objetivo de discutir con sus homólogos la posibilidad de que haya un Brexit sin acuerdo entre Londres y Bruselas a finales de octubre, cuyas consecuencias son temidas en la tercera economía mundial dada la gran presencia de empresas japonesas en territorio británico.
Con vistas a obtener garantías de cara a ese escenario, Abe mantendrá su primer encuentro bilateral con el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, y se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, según adelantaron los medios nipones.
Se espera asimismo que el primer ministro japonés respalde a Macron en su defensa del libre comercio, algo que podría plasmarse en una declaración conjunta similar a la aprobada en Osaka si los mandatarios del G7 logran salvar sus diferencias.
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Además, esta postura nipona contrasta con la confrontación comercial abierta en la que Tokio ha entrado recientemente con Seúl por una disputa histórica, conducta que otros líderes del G7 le podrían afear al mandatario conservador japonés.
Oportunidad para desbloquear el acuerdo Japón-EE.UU.
Abe aprovechará la cumbre para volver a reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, y tratar de dar un impulso definitivo al acuerdo comercial bilateral que negocian ambos países con la meta de cerrarlo para septiembre.
Los mayores obstáculos siguen siendo la liberalización del mercado agrícola nipón que demanda Washington y la congelación o rebaja de los aranceles estadounidenses sobre los automóviles nipones, principal petición de Tokio.
En paralelo a la asistencia de Trump y Abe al G7, los encargados de las negociaciones de ambos países, Robert Lighthizer y Toshimitsu Motegi, mantendrán una nueva ronda de conversaciones en Washington desde el día 21, lo que podría servir para desbloquear una situación sin progresos desde hace meses.
EL dilema Nipón en el Golfo Pérsico
Japón cuenta con intereses encontrados en el Golfo Pérsico, pues por un lado EEUU ha requerido su participación en la coalición para proteger petroleros que pasen por el estrecho de Ormuz ante eventuales asaltos iranís, y por otro no quiere poner en peligro las fluidas relaciones que mantiene con Teherán.
El primer ministro nipón ha tratado de utilizar esa posición para ejercer como mediador en la crisis entre Teherán y Washington, aunque sus esfuerzos, que incluyen la primera visita de un mandatario nipón a Irán desde la Revolución Islámica, por el momento no ha dado frutos.
En este escenario, es previsible que Abe opte por la cautela en Biarritz a la hora de abordar la crisis iraní, y se muestre abierto a explorar vías para contribuir a la seguridad del transporte marítimo en la región pero sin contemplar medidas como las sanciones que ya aplica EEUU sobre Teherán u otras formas de presión directa.
Apuesta por regular las Criptomonedas y por la “Tasa Digital”
En la cumbre del G20 en Osaka se acordó trabajar para la creación de un marco internacional para el registro de los operadores de criptomonedas, y mejorar la coordinación para evitar lagunas legales que permitan el lavado de dinero con este tipo de activos digitales o su uso con otros fines criminales.
Japón, un país pionero en la regulación de las divisas como el bitcóin y que ha sido además escenario de algunos de los mayores “hackeos” de casas de cambio virtuales, es partidario de que dichas iniciativas tengan continuidad bajo la presidencia francesa del G7.
En la cumbre de Osaka se alcanzó asimismo un principio de acuerdo sobre la creación de la llamada “tasa digital” para los gigantes de internet, propuesta que a su vez fue respaldada por la reunión ministerial de Finanzas del G7 en Chantilly (Francia) y que Abe también apoyará en Biarritz.
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