Así se expresó Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat) y de la Junta Monetaria (JM) al preguntarle sobre el mensaje de esa institución a los agentes económicos nacionales, indicando que “el ciclo de tasas de interés ultrabajas está terminado en la economía mundial. Lamentablemente, ha habido alzas en los precios y entonces, la política monetaria tiene que reaccionar a escala global”.
Explicó que el tema de la pandemia ya está más controlado, que fue lo que motivó a que la política monetaria reaccionara a tasas de interés muy bajas, por ejemplo en Estados Unidos, Europa y Japón, que son economías avanzadas, “y todo apunta a que también las políticas expansivas se comenzarán a restringir, lo que podría implicar aumento en el costo del dinero a escala mundial”.
Aseguró que, en el caso de Guatemala, en la JM están atentos a no sobrerreaccionar, “pero también a reaccionar en el momento oportuno”.
En Estados Unidos, la última previsión de inflación en el 2022 es de 4.3%; y en Guatemala, se mantiene la meta de 4%, aunque a febrero, fue de 2.98%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y la tasa de interés líder de política monetaria en el país es de 1.75%, cifra que se mantiene desde el 2020.
¿Efectos para Guatemala?
Al preguntarle sobre los efectos en Guatemala de la decisión de la Fed, Recinos comentó que ello implicará que muchos de los bancos centrales (sobre todo de las economías avanzadas, emergentes y en desarrollo) también tendrán que reaccionar con alzas en sus tasas de interés.
“Ello ya ocurrió en Inglaterra, México, Brasil y Costa Rica, lo cual significa un aumento en el costo del dinero, tanto para las personas individuales, como para las empresas”. En el caso de estas últimas, tendrían menos posibilidades de apalancarse, y esto a su vez repercute en el crecimiento económico en diferentes economías.
Y en el caso de Guatemala, el tema ya ha sido abordado en la JM, pues “todo el mundo está muy consciente de que hay que ser prudentes para adoptar decisiones y definitivamente, ya que la inflación es importada y proviene de choques de oferta externa, principalmente del petróleo y el gas. Ante eso, la política monetaria, como tal, no puede reaccionar”.
Ahora bien, manifestó que si la inflación comienza a impactar en lo que se denomina “efectos de segunda vuelta”, contamina a otros productos y se empieza a reflejar en la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC), “hay que estar muy atentos para poder reaccionar, que es el papel de la política monetaria”.
Reiteró que la JM está muy prudente y habría que analizar todo el balance de riesgos de inflación, que contiene un apartado de la economía mundial y otro de la nacional. “Por el momento, no se ha reflejado algún indicador que demuestre una desaceleración en la economía guatemalteca y se sigue con la estimación de crecimiento económico de 3.5% a 5.5% con un valor central de 4.5%, que es factible. Ninguna variable está reaccionando de forma desfavorable todavía”.
Subrayó que habría que esperar lo que pasa más adelante con el conflicto entre Rusia y Ucrania, “y ojalá que no se extienda tanto, ya que si eso sucede, habrá más implicaciones para la economía mundial”.
En preparativos
Sobre la sesión que la JM sostendrá el próximo 30 de marzo para decidir sobre la tasa líder de interés en Guatemala, Recinos expresó que el 25 de marzo, el comité de ejecución del Banguat se reunirá para analizar el balance de riesgos de inflación y hará la recomendación pertinente, pero con análisis de los cuerpos técnicos.
El presidente de la banca central remarcó que en este momento no se puede anticipar, pero en términos generales, se están observando presiones inflacionarias del lado externo, ya que a nivel interno, no se presentaron fenómenos climáticos en noviembre, diciembre y enero, que pudieran afectar las cosechas (como sí ha ocurrido en otros años).
“El aumento que se dio en el precio del petróleo, el del galón de gasolinas y diésel, ha sido de alguna manera contrarrestado por bajas en alimentos, legumbres y frutas, que han actuado de forma inversa y por eso, la inflación no sobrepasó 3% en febrero”.
Pero advirtió que los incrementos en los precios del petróleo y derivados, observados en lo que va de este mes, ya empiezan afectar al transporte y otros bienes, por lo que podría darse una tasa más alta en marzo, “pero no lo estoy asegurando. Tampoco hay que asustarse, pero sí estar atentos a reaccionar en el momento oportuno”.
Sobre los subsidios
Recinos también se refirió al subsidio de Q5 al galón de diésel y de Q2.50 a la gasolina regular que aprobó esta semana el Congreso, explicando que, si en febrero no se reflejo una inflación tan alta, en marzo se ameritaba una intervención por parte del gobierno central y del Legislativo.
“Las decisiones que se han adoptado vienen a aliviar el bolsillo de los guatemaltecos de forma temporal, esperando que cuando estas medidas desaparezcan, ya se haya reducido la tensión en el exterior; sobre todo, por el conflicto internacional”.