Por el momento, la declaratoria de recesión económica no es oficial, pues un anuncio de esa naturaleza debe emitirlo el National Bureau of Economic Research (Buró Nacional de Investigación Económica). No obstante, el debate ya inició, con las expectativas que ello genera.
Según la apreciación de analistas consultados por Prensa Libre, la economía guatemalteca cerrará el 2022 con cifras positivas, considerando que el envío de remesas familiares al país mostraban un aumento interanual de 25% a junio; en tanto que las exportaciones a mayo alcanzaron un incremento de 28% (US$2 mil 207 millones); y las importaciones subieron 36.6% (US$4 mil 760 millones). Además, se mantienen las previsiones de crecimiento económico entre 3% a 5% con un valor central del 4%.
Lectura e interpretación
El desempeño reportado de la economía de EE. UU., hay que verlo desde varias perspectivas.
Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, aseguró que el indicador es consistente con muchos de los datos que se están observando en la economía de los EE. UU., y la percepción/expectativas del consumidor están muy bajas, como ocurrió en 2008 y 2009 (cuando se dio la crisis financiera).
Esa situación ya se está reflejando en la disminución de las compras de bienes no duraderos, mientras que, en el mercado inmobiliario, la venta de vivienda nueva y usada está bajando, aparte de que el índice de producción industrial ya muestra signos de fatiga, lo que era un resultado esperado por muchos.
Aclaró que esto no significa que la economía de EE. UU., esté en recesión, pues antes de afirmarlo, se debe evaluar toda una serie de variables e indicadores económicos. En todo caso, se esperaría el resultado del tercer trimestre.
No obstante, el dato publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BEA) confirma un segundo descenso consecutivo del producto interno bruto (PIB), lo que tradicionalmente se considera una recesión técnica.
Esta semana, Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), participó en una reunión con empresarios de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americano (AmCham), donde informó que las opiniones sobre el tema están divididas, pues también dependerá de las decisiones que adopte la Reserva Federal (Fed), que el pasado miércoles aumentó de nuevo la tasa de interés para contener la inflación.
Cien: Hay señales
Hugo Maul, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), declaró que este indicador debe juzgarse con base en lo que expuso el Fondo Monetario Internacional (FMI), y aunque se vuelve a revisar el crecimiento de la económico global “no la tiran al escenario cataclismo” y matiza lo que está ocurriendo en EE. UU.
A su criterio, en lo que respecta a Guatemala y desde el punto de vista del empleo hispano y las remuneraciones, la situación se mantiene relativamente bien y muy por encima de lo observado hace dos años.
“Yo no miraría que una recesión de ese tipo pueda afectar gravemente el ingreso de remesas. Podría afectar las exportaciones del país, pero es un riesgo a mediano plazo. La discusión técnica es que ellos definen como recesión a dos trimestres consecutivos a la baja, pero aún es muy pronto para saber si habrá una persistencia más larga y profunda”.
Sobre las exportaciones, también afirmó que en el futuro cercano (segundo semestre) no habrá un impacto, pero es posible que cuando se revise el tercer trimestre, la situación “vaya para peor”. También habrá que ver cómo se luchará contra la inflación y si se recuperará la economía.
Escenario a corto plazo
Boteo enfatizó que aún no se está observando un impacto directo, porque las remesas (principal canal de transmisión de la economía estadounidense hacia la guatemalteca), todavía muestran el crecimiento robusto indicado, que sostiene el consumo interno.
Pero coincidió con Maul, en que el impacto se recibirá en los precios de ciertos productos de exportación, que ya han venido disminuyendo en las últimas semanas. Específicamente sobre el sector textil, la percepción es un poco negativa porque es posible que el consumidor estadounidense reduzca sus compras de ropa y eso impactará en las exportaciones del país.
Boteo es de la idea que la probabilidad de que EE. UU., entre en una recesión en 2022 es del 80% pero si así fuera, en Guatemala no se observaría un efecto muy fuerte y solo habría una desaceleración (ritmo de crecimiento menor) sin entrar a números rojos.
Para que la economía de Guatemala pueda entrar en esa zona roja (negativa), la recesión en Estados Unidos debería extenderse al 2023 y para los siguientes seis meses, el pronóstico de crecimiento del PIB guatemalteco es de 3% (positivo).
Por el momento, se esperan los efectos de las nuevas tasas de interés aprobadas por la Fed y que el enfriamiento de la economía logre desactivar las expectativas de inflación, lo que se lograría con un manejo prudente de las políticas fiscal y monetaria.
“Ya se esperaba”
Clynton Lopez Flores, director de Economía de la Universidad Francisco Marroquín, es muy enfático en el sentido de que el aumento de tasas de la Fed (aprobado el miércoles) no pudo encontrar desprevenido a nadie, por la inflación reportada de 9.1%. “Lo inesperado fue la velocidad de los aumentos, por lo que obviamente, ya sabían sobre la reducción del PIB por segundo trimestre consecutivo.
El académico también señala que el desempleo en EE. UU., sigue en niveles históricamente bajos, pero hay señales de que está cambiando porque muchas empresas detuvieron las contrataciones y otras ya anuncian recortes de personal en el segundo semestre del año.
“Uno podría esperar que la inflación continúe fuera del objetivo por varios meses más, si no se actúa más decididamente. Por ejemplo, en el periodo inflacionario de los años 80, las tasas llegaron a alrededork de 15%, mientras que hoy están en 2.5%”.
Sobre los efectos en el país, expuso que el Banguat debe tomar nota porque tiene una tasa líder menor a la de los fondos federales, lo que puede inducir a una devaluación del quetzal, aparte de que la inflación ya está fuera de la meta inicial de 4%.
“La banca central debe reducir el exceso de liquidez vía Operaciones de Mercado Abierto. La crisis ya comenzó y solo falta ver su profundidad: los mercados accionarios llevan todo el año acumulando pérdidas”.