El proyecto, presentado el miércoles por la noche con el carácter de urgente -ante la abrupta caída de los precios del crudo- y que deberá ser tratado por los diputados hasta finales de abril, plantea gravar el impuesto de 5% al excedente de más de 1.098 dólares por viajero al exterior, así como una multa de 50% del valor no declarado para los evasores.
Ese impuesto del 5% ya se aplica desde hace años para las transferencias bancarias internacionales, con el objetivo -entre otros- de paliar la fuga de capitales.
También propuso impuestos para la telefonía empresarial (de 15%), cigarrillos, cervezas y bebidas azucaradas como gaseosas y energizantes (para garantizar el derecho a la salud), con lo que el Ejecutivo aspira a recaudar unos US$300 millones.
Ecuador dolarizó su economía en marzo de 2000, perdiendo la capacidad de adoptar políticas monetarias para contrarrestar las devaluaciones aplicadas en otros países, con miras a mantener la competitividad.
Los cambios tributarios, además, contemplan incentivos como la devolución al consumidor de hasta 2 puntos del impuesto al valor agregado (IVA, de 12%) se si realizan los pagos con dinero electrónico y tarjetas de crédito o débito bancario.
Sectores de oposición convocaron a través de las redes sociales a una protesta para el próximo jueves, frente a la sede del movimiento oficialista Alianza País en el norte de Quito, bajo la consigna “Correa no vamos a mantener a tus vagos”.
En 2015, ante la sede del partido del mandatario, se registraron protestas de grupos empresariales, de clase alta y media contra el alza de impuestos a las herencias y a la plusvalía.