El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este martes que suspenderá los aranceles a los alimentos importados de la canasta básica durante diez años, en busca de mitigar las alzas de precios, lo que ya fue criticado a nivel local.

Las medidas contra los incrementos de precios parecen ser una nueva cruzada de Bukele tras apaciguar el país con una “guerra” contra las pandillas iniciada en marzo de 2022, pero su nueva iniciativa generó polémica porque fomentaría la importación de alimentos en detrimento de la producción nacional.

“Hoy [martes], enviaré una propuesta [al Congreso] para suspender los aranceles a todos los productos de la canasta básica ampliada, así como a otros 70 productos alimenticios, por un período de diez años”, informó el mandatario en la red X.

"Toda iniciativa que tienda a generar un beneficio a la población, en especial ahora con el alza de precios de la canasta básica, es importante y se apoya", declaró el director de la oenegé Iniciativa Social para la Democracia, Ramón Villalta.

Sin embargo, el economista independiente Rafael Lemus, afirmó que esta es una "medida inefectiva porque la mayoría tiene tasa 0% de arancel. Bukele fomenta importar contra producir localmente".

Otro economista crítico del gobierno, César Villalona, afirmó que el gobernante vende la idea de que combate la inflación fomentando importaciones “baratas", pero hay “errores en su anuncio" porque la mayoría de los productos de la canasta básica no pagan aranceles, "pues se traen principalmente de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, México y Estados Unidos, países con los que hay tratados de libre comercio”.

En tanto, la diputada opositora Claudia Ortiz declaró que desde 2021 su partido Vamos ha solicitado eliminar el impuesto a los alimentos para “proteger a las personas más vulnerables” y afirmó que el país debe apostarle a la producción agrícola.

El Salvador importa el 90% de las legumbres, verduras y frutas, según datos oficiales. También buena parte de cereales, aceites y leches.

Lo que se le vende

Esta situación ha generado expectativas en los productores guatemaltecos, dado que El Salvador es el principal socio comercial, principalmente para el sector alimentario. De acuerdo con las cifras oficiales, solo de enero a mayo Guatemala despachado alrededor de U$220 millones en productos alimenticios al mercado salvadoreño, lo que significa una participación del 27% del total de las exportaciones al país vecino, de un total de US$803 millones.

Entre estos bienes, sobresalen las grasas y aceites comerciales; preparados de cereales y bebidas, así como de carne; legumbres y hortalizas; frutas frescas; papa y tomate.

Algunos productores agrícolas del Valle de Almolonga, Quetzaltenango, que abastecen a El Salvador, dijeron desconocer las nuevas medidas, aparte de que sus compradores no les han informado al respecto, por lo que se mantiene el despacho.

Según la temporada, desde Almolonga los productores agrícolas despachan a diario entre cinco y 10 camiones con verduras y hortalizas a varios mercados del vecino país, lo cual significa que en promedio, cada mes unos 300 vehículos entregan zanahoria, repollo, perejil, papa, espinaca, brócoli, lechuga, coliflor, cebolla y tomate.

Posibles consecuencias

Consultada la Gremial de Alimentos y Bebidas (Gremab) de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) expuso que la decisión de suspender todos los aranceles a los alimentos de la canasta básica ampliada es un movimiento significativo que puede tener múltiples implicaciones para la industria nacional.

“Guatemala es el segundo socio comercial más relevante para El Salvador con relación a las exportaciones totales, por lo que esta medida podría representar una oportunidad para fortalecer nuestras exportaciones, ya que nuestros productos alimentarios tendrían acceso preferencial a su mercado sin las barreras arancelarias, lo cual puede incrementar nuestra competitividad en la región”, expuso por escrito.

Sin embargo, sugirió considerar los desafíos que esto podría plantear: la entrada de alimentos libres de aranceles en el país vecino podría aumentar la competencia para nuestros productores nacionales, especialmente si esos productos son más económicos debido a subsidios u otras ventajas competitivas. “Esto subraya la importancia de seguir apoyando a nuestra industria alimentaria y de bebidas con políticas que fomenten la innovación, la eficiencia y la sostenibilidad, asegurando que nuestros productos continúen siendo atractivos tanto a nivel local, regional como internacional”.

Agrega que en ese contexto, es crucial trabajar de manera coordinada con las autoridades para fortalecer las capacidades de esta industria, promoviendo marcos normativos justos y equilibrados, así como estrategias que incentiven la producción nacional y el desarrollo tecnológico, para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos asociados con la liberalización de aranceles en la región.

A la pregunta ¿cómo se encuentra la internación de mercancías con aranceles en la región?, la Gremab indica que ha experimentado cambios significativos en los últimos años, transitando hacia un panorama de mayor simplicidad y armonización.

“Uno de los logros más importantes ha sido la implementación del Arancel Centroamericano de Importación (ACI), una herramienta informática que centraliza la información arancelaria, requisitos y procedimientos para importar productos en la región. Por otro lado, la consolidación de una Zona de Libre Comercio ha permitido la libre circulación de mercancías entre la mayoría de los países centroamericanos, eliminando aranceles para productos originarios de la región. Además, los acuerdos de libre comercio suscritos con diversos socios extrarregionales han ampliado el acceso a nuevos mercados y reducidos aranceles para una amplia gama de productos”.   

A pesar de lo anterior, la Gremab enumera varios desafíos que obstaculizan un comercio fluido y eficiente: existen diferencias arancelarias entre los países, lo que genera complejidad para los importadores; y barreras no arancelarias como requisitos sanitarios y fitosanitarios; así como normas y obstáculos técnicos al comercio, que dificultan el intercambio comercial.

“La infraestructura logística en la región también presenta limitaciones, aumentando los costos de transporte y almacenamiento de las mercancías. Mejorar este aspecto es fundamental para agilizar el comercio y hacerlo más competitivo.

En general, la internación de mercancías con aranceles en Centroamérica ha mejorado notablemente, pero aún queda camino por recorrer para lograr un comercio más fluido y eficiente. Superar los desafíos pendientes, como la armonización arancelaria completa, la eliminación de barreras no arancelarias y la modernización de la infraestructura logística, será crucial para el desarrollo económico y la competitividad de la región”.

En conclusión, esta gremial indica que la eliminación de aranceles puede abrir nuevas oportunidades para aumentar las exportaciones, ya que los productos guatemaltecos podrían volverse más competitivos en el mercado salvadoreño debido a la reducción de costos. Esto podría facilitar un mayor acceso a los consumidores salvadoreños, incrementando el volumen de ventas y fortaleciendo la presencia de la industria guatemalteca en ese mercado.

Pero por otro lado, la medida también podría intensificar la competencia, ya que otros países que exportan alimentos a El Salvador también se beneficiarían de la eliminación de aranceles. Esto podría poner presión sobre los productores guatemaltecos para mantener o mejorar la calidad y eficiencia de sus productos y procesos para sostener su competitividad.

“Mientras que la suspensión de aranceles en El Salvador puede ser vista como una oportunidad para expandir las exportaciones y fortalecer el comercio bilateral, existe la necesidad de que la industria nacional de alimentos continúe innovando y mejorando para mantener su ventaja competitiva en un mercado más abierto y dinámico”.

“Medida dudosa”

La Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB) también opinó al respecto, indicando que las medidas de liberalización general de aranceles es una acción que puede ayudar a que nuevos proveedores participen en el mercado, aunque no hay pruebas suficientes de que eliminar impuestos de importación mejoraría el abastecimiento o el precio de los alimentos, debido que Centroamérica ya tiene libre comercio con muchos países del mundo.  

Y coincide con la Gremab en que la industria guatemalteca compite con las importaciones de todos los orígenes con productos que por los Tratados de Libre Comercio (TLC) ya tienen cero porcentajes de arancel, así como con aquellos que ingresan incluso pagando impuestos. “Este es un tema de oferta y logística, que inciden directamente en los precios de los productos”.

Finalmente, consideró que decisiones como la de El Salvador se pueden adoptar desde un punto de vista político, pero en la práctica, la reducción de precios vía eliminación de impuestos a las importaciones debe justificar su impacto positivo en la producción nacional, la recaudación tributaria y los efectos sanitarios, entre otros.

Despachos continúan

Julio Siquiná, gerente de la cooperativa agrícola La Llave, en Almolonga, Quetzaltenango, dio a conocer que las entregas de verduras, hortalizas y frutas que se producen en esa región continúan normalmente.

Los productores, asociaciones agrícolas y cooperativas mantienen los compromisos de entrega a sus compradores; de momento no hay ninguna disposición oficial, afirmó Siquiná.

Aclaró que el mercado es el que regula los precios de los productos agrícolas y en la actualidad hay escasez de verduras, hortalizas y legumbres por los efectos del invierno, aunque se esperaría que los precios bajen en agosto y septiembre, época de la segunda cosecha.