La ley extiende la zona franca de Colón, que es la más grande del hemisferio, a las 16 calles del casco antiguo, para revitalizar a la ciudad caribeña, la segunda más importante del país y una de las más deprimidas.
La iniciativa además impulsa el interés por la reforma urbana y turística de la ciudad de Colón, cuyo casco viejo tiene grandes manzanas en completo abandono, con viejos caserones en donde viven cientos de familias de escasos recursos.
La Secretaría también está encargada de la integración interinstitucional de los trámites administrativos que implica la iniciativa de Colón Puerto Libre, y creará un mecanismo de inventario de propiedades públicas y privadas que sirva de instrumento de promoción.
Zona urbana
A la par de esta iniciativa, desde 2014 el Gobierno inició el proyecto de Renovación Urbana de Colón, con una inversión de 600 millones de dólares, que incluye la construcción de 5.000 viviendas para las familias que desalojarán el casco, la restauración del centro histórico, y la adecuación de sistemas sanitarios, infraestructura vial y educativa, y áreas verdes.
La Zona Libre de Colón, fundada en 1952, alberga unas 3.000 empresas, de las que varias decenas cerraron a principios de 2016. En 2015, sus ingresos disminuyeron un 7,6%, en 2014 un 12,3% y en 2013 un 10,9%.
Asuntos como la deuda de importadores venezolano, cercana a los 600 millones de dólares según datos oficiales panameños, y un arancel extraordinario que aplica Colombia a las reexportaciones de calzados y textiles, a lo que se ha sumado la desaceleración de la economía china, afectan el desempeño de la zona franca más grande de América.
