Se trata de America Misled (Estados Unidos engañó), un informe firmado por cinco académicos de esa universidad, la de Harvard y la de Bristol que exponen cómo el sector de la energía fósil financió y organizó una “campaña de desinformación” para “suprimir la acción y proteger el statu quo en sus operaciones económicas”.
El informe pone como ejemplo la mayor petrolera de Estados Unidos, Exxon Mobil, precisamente cuando mañana 22 de octubre se enfrenta a un juicio por fraude en Nueva York, donde ha sido acusada por la Fiscalía de engañar a sus accionistas respecto al impacto que podían tener en sus cuentas las regulaciones que combaten el cambio climático.
Uno de los coautores del informe, John Cook, profesor del Centro para la Comunicación sobre Cambio Climático de la Universidad George Mason, aseguró que el documento “arroja una luz desinfectante sobre cómo la desinformación financiada por las energías fósiles ha negado el derecho del público a estar informado con exactitud”.
“Los científicos empleados en el sector del combustible fósil conocían los potenciales efectos calentadores de las emisiones de CO2 desde 1950″, señalan los académicos, que citan documentos internos de Exxon fechados entre 1977 y 1998 donde se refleja cómo “eran explícitamente conscientes” de esos riesgos de sus productos.
“Las pruebas son inequívocas: Exxon engañó al público”, sostiene el investigador Geoffrey Supran, del Departamento de Historia de la Ciencia de la Universidad de Harvard: “En lugar de advertir al público o hacer algo, se dieron la vuelta y orquestaron una campaña masiva (…) para proteger sus beneficios”.
Los académicos apuntan que la desinformación ha “tenido éxito” en EE.UU., donde las políticas para mitigar el cambio climático han sido “bloqueadas o retrasadas durante décadas” mientras se producían cambios extremos en el clima, así como daños y muertes “que seguirán empeorando si no exponemos y restamos crédito al negacionismo”.
A los estadounidenses “se les ha negado su derecho a estar informados con exactitud sobre el cambio climático, igual que les fue negado su derecho a estar informados sobre los riesgos de fumar por parte de la gran industria tabacalera (Big Tobacco)”, expone el resumen del documento.
En ese sentido, los científicos dicen que la industria petrolífera (Big Oil) es el nuevo Big Tobacco: “Siguiendo el manual de instrucciones de la industria tabacalera, las firmas de combustibles fósiles han gastado cientos de millones de dólares en confundir al público y retrasar acciones que pueden salvar vidas”.
El informe incluye estrategias para combatir esas técnicas negacionistas que “siembran la semilla de la duda en el público” y ofrece anotaciones sobre varios documentos internos de Exxon Mobil y hasta un anuncio que se publicó en The New York Times en el año 2000, con “argumentos falsos” y contradictorios.
En una de esas notas internas, de 1998, Exxon dice que “se conseguirá la victoria” cuando “el ciudadano medio reconozca que hay incertidumbres en la ciencia del clima”, que eso se convierta en “sentido común” y que “la cobertura mediática refleje” una “variedad de puntos de vista que desafían el sentido común actual”.
Los académicos apuntan en los márgenes de la nota que lo expuesto por Exxon significa “hacer que el público piense que los científicos no saben nada con seguridad” y “manipular a los medios para que presten atención a las dos partes”.
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