Al respecto la viceministra de integración y comercio exterior del Ministerio de Economía, Edith Flores de Molina dijo que antes se debe entender que se entiende por informalidad. Una es cuando el negocio no aparece inscrito en el registro tributario y por lo tanto no es un contribuyente fiscal. La funcionaria dijo que también hay otro nivel de informalidad ya que puede estar inscrita la empresa, pero no cumple con algunas obligaciones como la presentación de declaraciones de impuestos o con estándares laborales.
A su criterio se ha facilitado la parte de trámites y procedimientos con la factura electrónica, trámites en líneas para la creación de una empresa y otros. El siguiente paso es usar la información que ya se encuentra en las bases de datos de las instituciones del Estado para evitar pedir de nuevo los mismos requisitos o papelería para evitar más costos.
¿Se pondrán impuestos a las transacciones de comercio electrónico?
“En el comercio electrónico uno tiene que ser transparente y eso también nos parece a nosotros que puede promover la informalidad”, dijo la viceministra. Sin embargo, expuso que “hay sin embargo alguna discusión sobre, por ejemplo, qué impuestos se va a aplicar a transacciones electrónicas. Hay alguna discusión entre las entidades que recaudan impuestos, que sí quieren poner, y el en caso del Ministerio de Economía que su posición ha sido que no se pueden aplicar impuestos a esas transacciones porque eso sería matar desde un inicio esa actividad”.
Diego Molano, consultor internacional en transformación digital de gobierno y empresas, ex ministro de Tecnología y Transformación Digital en Colombia y María del Mar Herrera, líder del equipo de controversia y senior manager del equipo de tecnología medios y telecomunicaciones de EY, coincidieron que en el país debe de existir legislación específica para comercio electrónico que debe ser analizada por todos los actores.
Molano dijo sin embargo que en un país no se puede promover solo el comercio electrónico sino que es importante la penetración de internet y la capacidad de la banda, pero que en Guatemala aún es muy bajo.
Guatemala “es uno de los países con menor penetración de internet, si no solucionamos eso tampoco lo va a solucionar el comercio electrónico” dijo al mencionar que también más del 85% de la gente en el país te usaba antes de la pandemia el Internet solo como una herramienta de comunicación y entretenimiento, pero pocos lo usan para ser más productivo,
Expuso que es necesario que haya políticas transversales que incluyan a los diferentes actores, por ejemplo que el sistema financiero promueva el uso del tema electrónico para medios de pago. Ejemplificó que en Colombia trabajaron una ley de inclusión financiera y pasaron de tener 35% a 75% de penetración bancaria.
Herrera y Molano coincidieron que la transformación de la educación y la capacitación son importantes en todo ese proceso.
En tanto Herrera añadió que la legislación no tiene que ser excesivamente regulatoria, además que cada empresa debe analizar y definir si el tipo de servicio o producto que ofrece necesita hacerlo por comercio electrónico.
Ahora está el reto de hacer sostenible el comercio electrónico y no solo reactivo ante la situación por la pandemia, dijo María Fernanda Quiñónez, presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, quien participó como expositora en otra de las conferencias.
El uso de comercio electrónico aún está en el 11% de la población, el promedio es de 24%, según datos de antes del covid-19.
En la actualidad Guatemala tiene acceso a ese tipo de comercio en 5.1%, según el Índice de Inclusión Financiera del Banco Mundial citados por Quinónez. Colombia está con 8%, en Latinoamérica es de 11%, del mundo 24% y los países de la OCDE, 68%.