Economía

De diciembre negro a enero rojo

Al principio de cada año, usualmente me invitan a dar entrevistas para distintos canales de TV, radioemisoras y medios escritos sobre qué aconsejo para poder enfrentar eficazmente la llamada cuesta de enero.

Invariablemente, debo de responder que esta famosa cuesta realmente no existe y que no debe de preocuparle a quienes antes no forman un barranco en diciembre, que haga cuesta arriba el tránsito del año que termina, al principio del año siguiente.

El fin del año se cierra con un mes de vacas gordas para quienes reciben aguinaldo, pues en ese mes tendrán dos salarios en la bolsa. Y ese dinero lo querrán tener los comercios en sus manos. Según datos del Ministerio de Economía, entre el sector público y privado se echan a circular alrededor de Q3 mil millones extras, lo cual no es poca cosa, sino un pastel bien grande del cual todos querrán sacar una tajadita al menos.

La cuesta de enero es un mito aceptado por todos y no es sino un disfraz para ocultar el despilfarro, la irresponsabilidad, el desorden y la falta de control de emociones de quienes encuentran un chivo expiatorio ad hoc en la cuesta de la que hablamos. Casi como que la cuesta en mención, tiene vida propia y es la culpable a la que hay que echarle la culpa de la falta de dinero en enero. Ella es la responsable de nuestros males económicos y no uno mismo.

Y con esa excusa se alivia el cargo de conciencia de quienes con sus decisiones equivocadas en diciembre dieron nacimiento al problema de escasez de enero. De ahí que pasan de tener un mes en números negros, a tener uno en números rojos, pero por decisión propia.

Si en las fiestas de fin de año no te excedes en el gasto y no te endeudas con las tarjetas de crédito, entonces no tendrás dificultades financieras al arrancar el año nuevo.

Para lograrlo, te aconsejo que determines una cantidad a gastar en regalos, comidas, bebidas, convivios, intercambio de regalos, pólvora y si viajas, lo que gastarás en pasajes y estancia, y apégate, ajústate, o cíñete a esa cantidad que determinaste, como límite a gastar, y así llueva, truene, o relampaguee no te salgas de ella.

De esa manera, saldrás bien librado de los gastos del mes más lindo del año. Y te aseguro que empezarás tu nuevo año en paz y tranquilidad, sin tener que sufrir escasez ni pasar penas por subir ninguna cuesta.

Si necesitas hacerte de tu primera casa, cómprala donde ahora puedes, no donde ahora quieres. Ya llegará, más adelante, el momento en el cual venderás donde ahora puedes, para irte a donde tú quieres. Toma en cuenta que lo que otros ahora tienen, les tomó hacerlo de treinta a cuarenta años, así que date tu tiempo para no presionarte en quererlo hacer ya, de la noche a la mañana.

No comas ansias, y disfruta sin presiones de ningún tipo el trayecto a conseguir tus metas de inversión. Tu día, como a todos les ha llegado, también a ti te llegará. Con tu esfuerzo y la ayuda de Dios, un día estarás, inevitablemente, en el punto al cual te diriges. Persevera, sé insistente, y no te dejes mover de tu ruta por ningún motivo que se te atraviese en el camino hasta conseguir lo que tienes planeado para ti y tu familia.

La sabiduría antigua que siempre vive actualizada y es moderna, nos advierte: “Bástele a cada día su propia carga”.

Recibe el año nuevo con la alegría de estar bien económicamente y no con la tristeza que traen el exceso de gastos y nuevas deudas. Si a tus tarjetas de crédito les metes algunos gastos en este mes, asegurate que tendrás con qué pagárselos en la fecha límite de pago que ellas te dan para pagarles, o antes. Y no les pagues solo el mínimo, sino todo el saldo.

En resumen, en este mes como en todos los meses, puedes gastar, pero, por amor de Dios, no te lo gastes todo, pues lo que al final evites gastarte en los doce meses del año lo irás juntando poco a poco, y será lo que te servirá, más adelante, para hacer realidad tus sueños y metas materiales.

Tu situación económica de enero se decide en diciembre. La plata que no gastes en diciembre será la que tendrás para comenzar el año entrante. No pases de tener números en negro a números en rojo solo por alocarte en “el mes más lindo del año”.

Tus metas de inversión son mucho más importantes que las metas económicas de quienes te invitan a comprarles esto o aquello, para poder pasar sus números de rojo a negro a costa tuya.

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