FedEx se desliga así de una de las compañías de mayor número de envíos del mundo y subraya las crecientes tensiones entre ambas empresas, en un momento en el que Amazon está desarrollando su propio departamento de entregas, con el alquiler de aviones de transporte de mercancías y la compra de camiones.
“Este cambio es consistente con nuestra estrategia de enfocarnos en un mercado de comercio electrónico más amplio”, aseguró FedEx en el comunicado, en el que agregó que está “extraordinariamente bien posicionado” para hacerlo, dados los recientes anuncios de la compañía con respecto a su red terrestre.
La decisión de FedEx conlleva que Amazon debe ahora encontrar una nueva manera de enviar millones de paquetes a la vez que intenta acelerar buena parte de sus plazos de entrega, que quiere recortar a un solo día.
Según confirmó una fuente al Wall Street Journal, el gigante del comercio en línea redistribuirá ahora los paquetes entre el resto de las compañías de mensajería con las que trabaja y su propia red, y no anticipa ninguna alteración en la entrega de sus paquetes de los clientes Prime.
La compañía de análisis SJ Consulting apuntó por su parte que Amazon ya utilizó a conductores propios para la entrega del 45 por ciento de sus entregas del pasado mes de julio, mientras que un 28 por ciento fue llevada a cabo por el servicio postal estadounidense y un 21 por ciento por United Parcel Service (UPS).
“Siento un gran respeto por FedEx, pero eran una pieza muy pequeña de nuestra red y viceversa”, dijo en un comunicado un vicepresidente de operaciones de Amazon, Dave Clark, en la red social Twitter, en la que dio a entender que el distanciamiento de ambas compañías había sido amistoso.
Sin un contrato entre ambas empresas, Amazon aún podría utilizar el servicio de FedEx, aunque sus precios serían más elevados.
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