El Índice de Confianza de la Actividad Económica —que mide la percepción de los agentes— se ubicó en julio último en 28.6 puntos, inferior a los 33.4 puntos reportados en junio.
“El índice, que recoge las expectativas de los agentes económicos en cuanto a cómo miden la economía y cómo la proyectan para el futuro próximo, viene disminuyendo”, reconoció Recinos.
El presidente del Banguat explicó que esa tendencia de desaceleración podría continuar, pero al acercarse las elecciones también puede modificarse la tendencia y aclarar el panorama político, asuntos que ayudarían a que las expectativas puedan mejorar.
Juan Alberto González, economista independiente, subrayó que, a corto plazo, las expectativas para los agentes económicos son negativas por el trastorno político.
“Este tipo de movimientos están generando intranquilidad a los agentes que toman las decisiones”, refirió.
El especialista cree que las expectativas negativas generarán desconfianza en áreas como inversión y recaudación, así como un leve impacto en la producción nacional, el cual podría ser incluso imperceptible.
El Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) de junio reportó que la producción fue un 3.7% menor al 4.8% de junio del 2014.
Recinos expuso que el crecimiento de la economía —medido por el producto interno bruto— se mantiene en el rango del 3.6% al 4.2%, y que según las últimas evaluaciones, la producción alcanzaría ese límite superior este año.
El banquero central subrayó que el impacto por la ampliación de la crisis institucional se manifestaría en el 2016, en áreas como la inversión.
“Habrá un nuevo gobierno que, por lo general, goza de mayor credibilidad. Pero, a la vez, hay una menor ejecución del gasto”, aseguró el presidente del Banguat.
Bajo la lupa
Las firmas calificadoras de riesgo país, así como el Fondo Monetario Internacional, mantienen las alertas hacia Guatemala por la renuncia del ministro de Finanzas, Dorval Carías, el pasado lunes, en medio del proceso de la presentación del proyecto del presupuesto del 2016.