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Crisis en la SAT afectaría la moral tributaria y la recaudación fiscal, advierten analistas
Las circunstancias al administrador tributario podrían repercutir en el corto plazo en la moral tributaria del contribuyente y de los colaboradores en sus obligaciones, sobre todo porque hay que financiar un presupuesto 2025 con un crecimiento exponencial y también de deuda.
La crisis que afronta la SAT tendrá un efecto en la moral tributaria y en los trabajadores, según analista. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El ruido repentino que se ha generado con el titular de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) Marco Livio Díaz Reyes, durante esta semana, tendrá un efecto multiplicador sobre todo en la moral tributaria o la actitud del contribuyente para el pago de sus impuestos, recursos que se destinan para financiar el presupuesto estatal.
La denuncia pública que realizó el jefe de la SAT sobre una supuesta investigación en su contra por el Ministerio Público, el pasado miércoles, derivó en la solicitud de licencia por vacaciones y su ausencia en el cargo, sumados los allanamientos que se practicaron ayer en las oficinas de una firma de consultoría y defensa tributaria propiedad de sus hermanos, nuevamente pone en crisis a la institución que tiene como objetivo la cobranza de impuestos.
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De enero a octubre último el monto de la recaudación es de Q87 mil 591 millones con una tasa de crecimiento del 7.8 % con respecto al mismo periodo del año pasado, y el escenario es cerrar el año fiscal en Q102 mil millones.
En opinión de varios analistas consultados por Prensa Libre, la SAT está entrando en una nueva crisis, y uno de los impactos puede ser en la política fiscal.
¿Cuál es el impacto directo?
Abelardo Medina Bermejo, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), declaró que es muy lamentable lo que está sucediendo y espera que se clarifique en el corto plazo, porque daña la moral tributaria de los contribuyentes y de los trabajadores e incluso la recaudación podría caer.
Recordó que el cumplimiento de las obligaciones tributarias depende de la percepción de riesgo que cause la SAT pero sobre todo de la certeza del cumplimiento de las sanciones.
Indicó que no están calificando nada, pero que si la SAT está haciendo un buen trabajo y después por alguna disposición de corte económico, político, legislativo y otros, las personas no van a pagar con multas o sanciones por el año al fisco o han tenido algún delito tributario, como el caso denominado B410 en el cual el enfoque es hacia la sanción de corte penal y la privación de libertad, entonces simplemente lo que va a pasar es que se afecta la moral tributaria, las personas no van a tener miedo de la SAT, y ya no van a pagar impuestos.
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“El primer aspecto es que hay que tener mucho cuidado, y lamentablemente aún las autoridades del gobierno no se han pronunciado, es que esta situación sí puede tener un impacto muy severo en el corto y mediano plazo en la recaudación por pérdida de moral tributaria y en la parte administrativa”, remarcó Medina.
Habrá debilitamiento
Las entidades deben trabajar de forma institucional de tal forma que, si una persona no está, los cuadros inferiores deben tener la capacidad de seguir con los esquemas que existen sin mayores sobresaltos, precisó.
Sin embargo, hay un impacto de tipo emocional sobre los colaboradores, como ha sucedido en el pasado que ante denuncias de contribuyentes que se sentían afectados el personal ya no actuaba.
Otro aspecto más preocupante, advirtió el analista del Icefi es que la SAT, a consecuencia de esta persecución vaya a cambiar sus métodos de trabajo como ya lo hizo en el pasado, “eso sería fatal porque la recaudación en el pasado se vio muy afectada por el cambio de disposición”.
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Consultado si la situación actual está creando un cisma y se está debilitando a la SAT, dijo que, si bien se debe hacer un análisis más profundo, no observa un esfuerzo sistémico por debilitar la SAT, pero que sí le va a impactar y debilitarán, pero más parece un esfuerzo por desviar la atención de la administración tributaria de estos casos revelados recientemente.
El simple hecho que el superintendente requirió una licencia sí causa un problema porque las personas comienzan a preocuparse, sobre todo los cuadros de jefaturas, de fiscalización, y lo que puede suceder es que retraen un poco sus acciones.
"Es muy lamentable lo que está sucediendo y espera que se clarifique en el corto plazo, porque daña la moral tributaria de los contribuyentes y de los trabajadores e incluso la recaudación podría caer"
Abelardo Medina Bermejo, analista del Icefi
Medina concluyó que ese efecto negativo podría empezarse a ver en la recaudación en los próximos meses, por la percepción de que se relajan los controles, y los efectos no son muy tardados y podría reflejarse en tres a seis meses y considera que el primer impacto pudiera ser grande en la declaración de impuesto sobre la renta del 2024 que vence en marzo del 2025.
Institución puede trabajar, pero está afectada
En opinión de María Antonieta del Cid de Bonilla, exministra de Finanzas y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Rafael Landívar (URL) la SAT puede seguir operando normal ya que cuenta con una estructura orgánica que se ha fortalecido en los últimos años.
Entonces, lo importante es que cualquier investigación que siga el MP sea objetiva y transparente y se respete el debido proceso.
Por aparte, explicó, que SAT es una institución legalmente organizada que, si en caso dado, un superintendente tuviera que enfrentar un proceso penal (como ya ocurrió en el pasado), la entidad puede seguir funcionando, aunque obviamente con un inconveniente por la afectación de su reputación.
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En esa misma línea, José Alejandro Arévalo, quien fue ministro de Finanzas cuando se creó la SAT en 1998, comentó que sería lamentable que se pudiera estar persiguiendo, sin tener evidencia pública y conocida, al jefe de la SAT, “porque dicho cargo puede ser mal querido por los defraudadores y evasores tributarios, pero las autoridades legalmente instituidas debieran estar llamadas a respaldar sus actuaciones”.
Considera que sería un mal precedente si la persecución penal fuera injustificada, porque tanto la SAT como el MP debieran apoyarse mutuamente y complementarse, cada uno en cumplimiento de la Ley y sus funciones.
¿Cómo solucionar la crisis?
Hugo Maul, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), considera que sería ideal que primero que se culmine el proceso de reemplazo del superintendente que ocurrirá en los próximos meses y que la persona seleccionada que llegue tenga una planificación de trabajo clara, que siga en aquellos proyectos de modernización, digitalización que se empezó en marcha desde hace algunos años.
Es importante que el camino ganado en términos de facilitación de los trámites por medio de la factura electrónica en línea (FEL) y todo ese tipo de iniciativas, se fuera perfeccionando.
El otro reto importante, es que de cara a todo esto la discusión pública del presupuesto acrecentado con alto déficit fiscal en próximo año es importante que desde la perspectiva tributaria se logre la mayor eficiencia posible para contar con los recursos para poder financiar esos déficits y ese gasto público que estaría generando mucho más alto a déficit promedio.
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Por el lado del sector público, es clave que se inviertan bien los recursos y que se reflejen esos resultados, por qué de lo contrario la moral tributaria va a estar “por los suelos”, en el sentido que solo se ve un incremento del gasto público, sin verse los resultados, y que eso dificultaría al administrador tributario.
Es importante que la SAT siga un proceso de fortalecimiento institucional de seleccionar a las mejores personas y mantenerlo alejarlo de las “épocas oscuras del pasado” como en 2015 y en 2000 que fue “un tremendo problema”.
De nuevo, falta de certeza
Sobre el mensaje para los agentes económicos y sector privado, el analista del Cien reiteró que en este momento hay bastante confusión e incertidumbre, por lo que está siendo ventilado por medio de investigaciones por redes de corrupción iniciadas desde la SAT y ahora investigadas del MP a empresas que comprendo tienen relación con el superintendente.
Desde la perspectiva del sector privado, lo que más convendría es que todo esto se finiquite, de acuerdo con lo que indica la ley, los procedimientos establecidos, con transparencia.
“Lo que estamos hablando aquí al final de cuentas es sobre certeza jurídica en materia tributaria y todos estos acontecimientos de hoy de alguna manera siempre generan duda del futuro de la institución a raíz de todas estas cuestiones. Que esto no sea un debilitamiento estructural del administrador tributario”, concluyó Maul.