Santos Latín, pequeño productor de Jumaytepeque, dijo que tiene seis manzanas para sembrar, pero no ocupa toda el área, ya que se encuentra en la tarea de sustituir las plantas dañadas por la roya.
Latín comentó que tratan de recuperarse de ese efecto, pero que si no tienen plantaciones no les brindan crédito en los bancos, porque no tienen garantía que ofrecer.
Jumaytepeque es una comunidad de pequeños cafetaleros donde entre ocho mil y 10 mil familias se dedican a ese cultivo, pero entre el 95% y el 98% se han visto afectadas por diversas causas.
Para todo gusto
Respecto de los precios y la baja rentabilidad, agregó que en la cosecha pasada les pagaron Q150 por quintal y que los costos de producción rondaban los Q60, pero este año los precios están más bajos y los costos aumentaron.
Sin embargo, los gastos de producción que menciona Latín no incluyen la mano de obra, pues las familias realizan el trabajo, y los pequeños productores acostumbran a que no les fijen costo. Los medianos y grandes caficultores sí lo suman, porque contratan personal.
La Asociación Nacional del Café (Anacafé) aseguró el martes que el grano de calidad ya no es sostenible económicamente por la baja de precios, altos costos de producción y poco apoyo estatal. Ejecutivos de esa entidad expusieron que los costos de producción en el país oscilan entre US$3 y US$3.50 por libra —entre Q21.95 y Q25.61—, mientras que los precios en la bolsa de valores rondan los US$1.25 —Q9.14—.
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Sin cosecha
En Mataquescuintla, Jalapa, la situación podría calificarse de crítica, ya que aparte de la falta de rentabilidad, muchas áreas productoras no tendrían cosecha para el 2018, o habrá merma del 80% por la suma de varias condiciones adversas, explicó Eddie Mendoza, de la finca Cataguana, un mediano productor.
Aparte de la roya, el área registró siete meses de sequía entre septiembre del 2016 y abril del 2017, y debido a ello el fruto no se desarrolló bien. Generó poca miel, lo que conlleva que tuviera menos peso y se necesitara más para lograr llegar al quintal, comentaron Mendoza, Lionel Morales, comercializador, y José Luis Quilo Coronado, productor de Agroforestal La Colina.
Las claves de la crisis
Añadido a eso, a inicios de enero de este año se registró una helada en la región que dañó las plantas, lo que prácticamente las mató y ahora no producen en altos niveles, indicó Mendoza.
Los productores optaron por podar las plantaciones o renovar un porcentaje no solo por la roya, sino también por “la helada que acabó con las plantas y aún se ven sus efectos”, refirió Mendoza al indicar que él renovó el 30% de las plantas de la finca. Estas no darán cosecha en los primeros tres años, hasta el 2020.
Aun así se generan costos, ya que en el primer año entre cambio de plantas, fertilizantes y limpias invierten entre Q20 mil y Q25 mil por manzana y el segundo año unos Q12 mil, en ambos casos sin tener cosecha, y el tercer año unos Q10 mil, con lo que se obtendría una pequeña cosecha.
La oferta de mano de obra también es afectada. Quilo refirió que hace ocho años la firma a la que pertenece contrataba 300 personas, y ahora solo 70.
Gonzalo González, de la finca Rincón de los Planes, ve un futuro incierto y que las condiciones expuestas por el resto de productores también pueden afectar la calidad del café y que se pierdan compradores.
Mario Méndez, ministro de Agricultura, explicó que los caficultores tienen doble impacto, sobre todo pequeños y medianos. Primero, debido a los daños ocasionados por la roya, que implica aumento de costos, y segundo, los bajos precios en el mercado internacional.
Afirmó que coordinan esfuerzos con la Asociación Nacional del Café para apoyar a pequeños y medianos productores.
Johny Gramajo, gerente económico del Banguat, explicó que en el primer semestre del año el precio promedio del quintal de café fue de US$130, y en el mismo período del 2016, US$150.