Está es la primera evaluación pública que hace una agencia externa de calificación a cinco semanas que se dieran a conocer los resultados de las investigaciones efectuadas por la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig) y el Ministerio Público, que ha tenido en jaque la institucionalidad del país.
Los casos de defraudación aduanera en la Superintendencia de Administración Tributaria y recientemente el del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), por un contrato anómalo, son los señalamientos de la Cicig.
Panorama gris
Moody’s advierte la probabilidad de que los acontecimientos políticos internos podrían afectar negativamente a la estabilidad macroeconómica, así como la solidez financiera del gobierno sigue siendo baja, pero se ha incrementado como consecuencia de la incertidumbre que rodea a la crisis política.
El escenario base que prevé Moody’s es que las elecciones generales se celebrarán en la fecha prevista, en septiembre de 2015, e incluso si el presidente Otto Pérez Molina no es capaz de terminar su mandato presidencial, que finaliza en enero de 2016, un Gobierno interino tomaría su lugar.
Moody´s dio una nota a Guatemala en 2014 de Ba1 estable, pero ahora la cambió a perspectiva negativa, lo que significa que hay riesgo para los inversionistas y agentes económicos.
Moody’s mantuvo sin cambios la perspectiva de los bonos en moneda local y depósitos a largo plazo en Baa1, a largo plazo depósitos en moneda extranjera en Ba2, y los bonos en moneda extranjera en Baa3.
No obstante, por tratarse de una perspectiva, la situación puede mantenerse o cambiar hasta que concluyan con la auditoría correspondiente.
La semana pasada la agencia Fitch Raitings realizó el levante de la información de campo; sin embargo Mario Alberto García Lara, miembro de la mesa riesgo país, expuso que esta baja es una amenaza y que la corrupción y la disfuncionalidad de las instituciones públicas son obstáculos al progreso que impacta en el desempeño económico y la capacidad de pago.