No obstante, en este caso y como lo mencionó el presidente Alejandro Giammattei se trata de preservar la vida de las personas, y ese es el enfoque.
“No es un gran cambio y prácticamente es una extensión del toque de queda este fin de semana y el próximo fin de semana con el propósito de reducir los contagios que se incrementaron en los últimos tres días y que fueron graves”, afirmó.
Es prematuro prever que por las nuevas medidas cuantificar la producción nacional, puntualizó.
“Si afecta, pero esperamos que no sea mucho, que no exista necesidad de expandirla tanto por más tiempo y que se pueda contener los contagios por estas nuevas medidas”, subrayó Recinos.
Comentó que Guatemala es uno de los países que mejor ha manejado la emergencia por el contagio de covid-19, cómo aplanar la curva, sin que se afecte tanto la producción.
Recordó que la proyección de caída de la producción en Centroamérica, Guatemala es la menor de los cinco países, y se espera que el número de contagios se reduzca, para poder liberar las medidas.
Afectación
Sin embargo comentó que en la medida que exista más horas de confinamiento el trabajo disminuye y eso impacta en la producción, “pero aquí es un término de costo-beneficio en las vidas”.
“Los contagios fueron muy altos (en esta semana) y se tuvo que restringir la movilidad, pero es solo un día hábil (viernes) y el impacto no es tan grande”, expresó.
El gobierno implementó desde el viernes 15 de mayo hasta el lunes 18 de mayo a las 5 horas el cierre total de actividades en Guatemala (excepto servicios esenciales).
A partir del lunes 18, la movilidad para particulares será únicamente de 5 de la mañana a 5 de la tarde para labores y actividades autorizadas. Además, se redujo el horario de atención de mercados y supermercados con horarios especiales solo lunes, miércoles y jueves de la próxima semana.
Pérdidas en ventas serían de más de Q50 mil millones
Ricardo Rodríguez, economista de Central American Business Intelligence (CABI), dijo que no opinaría acerca de las medidas implementadas, y que no han medido el impacto de estas nuevas medidas, pero que uno de los indicadores que ha preocupado a esa organización es la reducción en el consumo, el cual podría caer más, conforme se extiendan en tiempo o drasticidad el confinamiento. El otro indicador preocupante es caída de la economía, añadió.
Cabi efectuó el estudio del Costo económico del confinamiento en Guatemala, en el cual para el 2020 estiman que la facturación total perdida en el país sea de unos US$6 mil 800 millones, es decir alrededor de Q 52 mil millones, respecto del 2019, dijo recientemente Paulo de León, director de esa organización.
“Es una evaporación de ventas y de valor patrimonial de todos los negocios no visto hasta ahora” expresó.
Para marzo se estimó una caída en facturación de alrededor del 20%, en relación al mismo mes del 2019, pero abril sería peor, agregó, ya que se esperaban contracciones entre 35% y 45% de las ventas en relación al año pasado considerando que una época alta como la Semana Santa se perdió.
Entre los sectores más impactados están los restaurantes y hoteles, le siguen el comercio en centros comerciales, servicios profesionales de todo tipo y la industria, agregó De León recientemente.
“El primer trimestre del año fue bueno, enero y febrero no van a reflejar caídas en crecimiento económico exportaciones, pero en el segundo trimestre el impacto será muy grande. Si el confinamiento pasa de junio o julio el escenario para el país sería más caótico”, expuso Rodríguez.
Caída e incertidumbre
Por su parte Jonathan Menkos, director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) mencionó que las estimaciones sobre las potenciales pérdidas de producción, de empleo y de ingresos que han efectuado se están reforzando.
Recordó que el Icefi ha advertido que con un mes de paro total de la actividad económica, la producción podría caer 4.7%, se perderían unos 555 mil empleos y la pobreza crecería alrededor de 2 puntos porcentuales pasando de 57.15 % a 59% (unos 314 mil guatemaltecos más en pobreza).
Hablar de los seis días que se ha decretado a la fecha con cierre (del 15 al 17 y del 22 al 24 de mayo según las disposiciones presidenciales) es hablar de casi una semana de esas estimaciones, indicó.
Menkos considera que es necesario anunciar medidas con tiempos más largos, ya que considera que anunciarlas por semana genera incertidumbre para la toma de decisiones como una búsqueda de empleo, establecer niveles de producción y otros, porque no se sabría qué decisiones hay a un plazo más largo.
Estas decisiones obviamente limitan las posibilidades de producción, de empleo y generación de ingresos para las personas, por eso sería importante tener una mirada a las decisiones de gobierno de mediano plazo para visualizar hacia donde ir, dijo Menkos.
Picos y aplazamiento de compras
Respecto a las nuevas disposiciones más drásticas, Hugo Maul, analista económico del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) considera que tres días de cierre casi total del país no tendrá un mayor impacto al que ya se viene experimentando ya que se trata de solo un día hábil (viernes) y el fin de semana.
Expresó que ve “más grave” el posible impacto en la salud por las aglomeraciones en tiendas y abarroterías que se observaron este viernes que el impacto económico que puedan tener esas medidas de cierre por tres días.
A su consideración el efecto que tendrá es aplazamiento de consumo. “Lo que no puedan comprar para abastecerse hoy (ayer), sábado o domingo lo van a comprar el lunes, de todas maneras la próxima semana van a consumir. Lo que va a haber son picos de consumo, se atrasa la compra de esta semana y se adelanta la de la otra, previendo el posible cierre total del próximo fin de semana” dijo Maul.
El impacto sería diferente si en el país se aplica el cierre por dos o más semanas como ya lo hizo El Salvador, ejemplificó el analista.
Añadió que en la producción en el país, actividades como la transformación y agricultura seguirán operando igual porque son actividades no restringidas.
Indicó que para trabajar sus modelos económicos han hablado con epidemiólogos. Uno de ellos le explicó que las personas se relajan los fines de semana en horarios fuera de los estrictos controles implementados en horarios de trabajo, por lo que con base a eso el gobierno pudo haber tomado la medida de cierre total por dos fines de semana.
Sin embargo, también insistió que no son prudentes las aglomeraciones para abastecerse de insumos básicos que eso ha conllevado.