Las principales vulnerabilidades del sistema económico actual derivan en la dependencia a las remesas familiares, el alto nivel de economía informal y la baja bancarización del país.
Para enfrentar esta crisis se han presentado numerosas iniciativas por parte de distintos sectores, entre las que se pueden identificar diferencias, pero también puntos en común como la intención de aliviar, con prórrogas, la presión de algunos pagos y la necesidad de brindar liquidez al mercado.
Es necesario que las iniciativas respondan a las características del modelo productivo que tenemos en Guatemala y busquen proteger a las personas y a los sectores más afectados.
Hay que empezar por los sectores golpeados
No es un secreto que esta pandemia ha afectado a algunos sectores más que otros. En Guatemala, las actividades económicas primarias y terciarias tienen un peso importante en materia de empleo y aportes económicos.
Según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos del 2018, los principales generadores de empleo son los sectores de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (33%) y comercio, transporte y almacenamiento, actividades de alojamiento y de servicio de comidas (27%). Esos aportaron al PIB, ese año, 11% y 28%, respectivamente, según datos de Cepal.
Las restricciones y medidas tomadas por los gobiernos para mitigar el contagio del covid-19 han impactado especialmente al sector conjunto de comercio, transporte y almacenamiento, actividades de alojamiento y de servicio de comidas.
Si a eso le sumamos las características de los trabajadores y empresas guatemaltecas —informalidad, tasas bajas de cobertura del Seguro Social y tamaño de las empresas—, nos queda un panorama sumamente preocupante.
Dentro de este conjunto, el sector turismo, que se compone de una gran variedad de empresas, incluyendo hoteles, restaurantes, artesanos, guías de turistas, líneas aéreas, etc., está operando con casi ningún ingreso, a la espera de una solución que les permita seguir trabajando.
La encuesta de empleo efectuada por el Inguat (2019) estimó que el turismo emplea a alrededor de 177 mil 600 empleos directos y cerca de medio millón de indirectos.
Esto quiere decir que no solo estamos frente a un riesgo masivo de desempleo por la gran cantidad de puestos de trabajo que concentran los sectores más afectados, sino ante un fuerte impacto económico si esas empresas se ven obligadas a cerrar.
Al momento se han tomado y planteado medidas generales tanto para las empresas como para los trabajadores. No obstante, estas son insuficientes para las industrias y trabajadores que no están teniendo ingresos.
La sostenibilidad de las empresas es imprescindible para impedir despidos masivos que se traduzcan en pobreza y la necesidad de otras medidas de atención social más difíciles de aplicar en el futuro.
Acciones propuestas
A nivel global, el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial visualizan una recesión en el muy corto plazo.
Muchos países en el mundo están recurriendo a políticas monetarias expansivas que permitan paliar los efectos adversos de la misma y pueda permitir una rápida recuperación económica. Acciones como disminuir la tasa de interés líder o brindar créditos al sector privado en general son medidas útiles, aunque no suficientes.
El impacto económico del covid-19 en Guatemala se está comenzando a visualizar. Una leve pero sensible disminución del envío de remesas, derivada de las medidas de aislamiento que se están tomando en Estados Unidos, amenaza el ingreso de divisas al país y nos llama a fortalecer nuestro mercado interno. Pero también nos recuerda la importancia de tomar medidas para reducir esta dependencia de las remesas.
Es necesario apoyar la sostenibilidad de aquellos sectores que se vieron afectados directamente por la pandemia y que además tienen potencial para generar empleo cuando esta crisis termine, tal como aquellos vinculados al turismo y comercio.
Un fondo de garantía para las empresas sin ingresos, ligadas al sector turismo, les permitiría tener la liquidez necesaria para cubrir sus necesidades inmediatas e impedir un cierre de operaciones que se traduzca en despedidos masivos.
Los incrementos en el gasto público son útiles en el corto y mediano plazo; varios países adoptan estas medidas en momentos de crisis para dinamizar el consumo en sus economías. Pero esta acción debe implicar mayor vigilancia en lo que a recursos públicos se refiere.
Es necesario que todo proceso de contratación y adjudicación sea transparente y permita optimizar el uso de los recursos públicos.
No copiar medidas de otros países
A largo plazo se debe poner un mayor esfuerzo en la bancarización de la población, para que acciones como cambios en la tasa de interés tengan un impacto más fuerte.
También es momento de comenzar a incrementar el comercio intrarregional, principalmente en Centroamérica, donde esta nueva dinámica comercial tiene posibilidades de aumentar el crecimiento económico de la región, no solo de Guatemala.
Hoy más que nunca es necesario que se tomen acciones basadas en las estadísticas e información empírica. Nuestra economía es muy particular en términos de empleo y composición productiva, por lo que copiar medidas que han tomado otros países no garantiza que vayamos a evitar los efectos económicos de esta crisis.
Las acciones que se tomen en estos días repercutirán para bien o para mal e influirán en gran medida en el modelo productivo, especialmente en los sectores que han sido más afectados.
Fabián Juárez y Luis San José son analistas económicos en ASIES