El tema cobró relevancia después de casi seis años de que se publicó el Acuerdo Gubernativo 229-2014 que contiene el Reglamento de Salud y Seguridad Ocupacional, puntualizó Rodrigo Valdeavellano, especialista en salud y seguridad ocupacional.
Actualmente existen dos tipos de guías: la del Ministerio de Salud, que es inherente al ramo, y la que recientemente publicó el Ministerio de Trabajo (Mintrab), en torno a la seguridad y salud ocupacional dentro de las empresas, con el fin de resguardar la vida de los trabajadores.
Valdeavellano comentó que la publicación de las guías es importante para la reactivación económica.
“Con las guías de salud y seguridad ocupacional en tres sectores, agrícola, industrial y construcción, se debe implementar la estrategia en gestión de riesgos laborales, pero es necesario contar con la asesoría profesional para ejecutarla correctamente, porque no se debe poner en juego la integridad y seguridad de las personas”, recomendó el profesional.
Los ministerios deberán ejercer más controles, porque de nada sirve que haya una política pública si no está acompañada de una laboral. “Es difícil contrarrestarlos si no es así”, resaltó Valdeavellano.
Carácter de legalidad
Javier Zepeda, director ejecutivo de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), indicó que las guías reflejan las obligaciones legales, que también establecen los protocolos internos de la CIG.
Zepeda indicó que las disposiciones sí contienen obligaciones que representan una mayor inversión para las empresas, desde los insumos de protección que deben proporcionarse, temas de transporte y la obligación de contratar médicos expertos en salud y seguridad, así como de contar con monitores capacitados por el IGSS o por Salud.
El directivo agregó que, adicional a los costos existen otros retos en la implementación, por ejemplo, no hay suficientes personas capacitadas para ejercer como monitores por las instituciones mencionadas y, por el momento, las mismas no están capacitando personal pues enfocan sus actividades en la atención de la pandemia.
Erwin Deger, presidente de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), dijo que hace dos meses dicha instancia elaboró un protocolo de bioseguridad y lo compartió con sus agremiados. A su parecer, las guías del Mintrab condensan los protocolos efectuados a lo interno y le otorgan un carácter de legalidad.
“Es positivo que los hayan publicado, porque dan un fundamento legal a los protocolos que habían desarrollado los sectores”, expresó Deger.
Los decretos de salud y seguridad ocupacional requieren de la presencia de monitores en los centros de trabajo y, según indicó el titular de la CGC, las obras han sido visitadas por supervisores de las carteras de Trabajo y de Salud, y hasta a la fecha no han emitido sanciones, aunque sí hecho recomendaciones sobre algunos aspectos que se deben mejorar, porque aún están en una fase de adaptación.
“Son sugerencias de mejora y es parte de lo que se está haciendo”, expresó Deger.
Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Cámara del Agro (Camagro), hizo ver que ese sector implementó los protocolos de bioseguridad para prevenir el covid-19 desde su irrupción en el país, para lo cual tomó en cuenta la normativa laboral en la materia.
“Esta guía publicada por Mintrab básicamente resume lo que ya está contenido en las normas de los acuerdos ministeriales de salud, trabajo y agricultura”, enfatizó Caballeros.
Unidad de riesgo
Rodrigo Valdeavellano, especialista en salud y seguridad ocupacional, manifestó que esta es una oportunidad para las empresas de crear una unidad que se encargue de ejecutar las guías de salud y seguridad ocupacional. “Así como tenemos gerencias administrativas, ahora debería haber una de riesgo que esté en constante comunicación con Recursos Humanos”, sugirió.
Otro aspecto por considerar, según Valdeavellano, es asignar un presupuesto para las acciones que deben implementar.