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Desesperados, y en algunos casos con la mascarilla mal puesta y sin guardar el debido distanciamiento, varios ciudadanos buscaban solucionar sus demandas.
Ivette Zambrano, vocera de la EEGSA, dijo a Prensa Libre y Guatevisión que, entre otras causas, lo que produjo largas colas fueron trámites por convenios de pago, dudas sobre el Bono Familia y la demanda de nuevos servicios.
Respecto de los convenios de pago, Zambrano explicó que “hasta el 15 de junio, la distribuidora había firmado 11 mil 500 convenios para el plazo de 12 meses”.
Agregó que normalmente la EEGSA otorgaba convenios de pago sin recargos hasta tres meses, pero que, después del anuncio del presidente Alejandro Giammattei sobre los convenios de buena voluntad, ampliaron el plazo hasta los 12 meses.
Otro de los motivos a las aglomeraciones fue que, aunque el Bono Familia está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, la EGGSA también atiende dudas y trámites sobre ese beneficio.
“Estas dudas se atienden principalmente en la oficina móvil ubicada en la 8a. calle de la zona 1 capitalina”, explicó Zambrano.
Un tercer factor de las largas filas se tuvo por los usuarios que llegaron por la solicitud de un nuevo servicio, extensión de línea o cambio de contador.
“Durante las primeras dos semanas del mes normalmente la afluencia de clientes es alta”, por lo que se ha dispuesto que se hagan varias filas según el trámite que se desee hacer, enfatizó la vocera.
Lentitud y confusión
A lo largo de la fila, y mientras las horas pasaban, se percibía la frustración de los usuarios.
“Llevo desde las 8 y media de la mañana, y son las 12. Camina muy lento la cola. Tengo que inscribirme pero el código —del Bono Familia— no está bien impreso”, dijo Eduardo Sánchez, vecino de la Avenida Bolívar y médico de 64 años.
“Mi mamá tiene 85 años, no tiene computadora ni celular. No se puede hacer el trámite. Vengo a la compañía para que me ayude, pero me acaban de decir que tampoco hacen esos trámites, que aquí es solo para pagar. Un mayor de la tercera edad no puede hacer estas colas, y se supone que ara eso está el teléfono, pero no responden. ¿Qué vamos a hacer? Deberían facilitar el cobro”, se quejó Édgar Quiñónez, de 65 años.
Víctor Martínez, de 69 años, dijo: “Vengo a la empresa eléctrica por lo del bono, a ver si me dan de nuevo mi recibo porque no me ha llegado a la casa. No sé si tengo o no tengo (código), el recibo nunca llegó. Todos tenemos la necesidad del bono. Ya no hay trabajo para mí”.