Explicó que la mayoría de las encomiendas proviene de Los Ángeles, California, en los vuelos comerciales que no están operando.
Además, dijo que no hay movilidad interna para ir a buscar los bienes, hay escasez de empleo para los migrantes y los recursos que tienen en reserva los están invirtiendo en gastos de alimentación.
El otro 30% de encomiendas que está ingresando en la terminal área las manejan las empresas de carga.
Gómez contó que el 75% de las encomiendas son artículos de uso personal, vestuario, calzado y otras prendas, y el 25% restante son equipos tecnológicos, telecomunicaciones, computadoras y otros dispositivos electrónicos nuevos o usados.
“No están ingresando encomiendas y están impactando en Guatemala a las personas más necesitadas que reciben estos artículos y que dependen de estos”, subrayó el director ejecutivo de Combex Im.
El impacto del manejo de encomiendas también afecta en el transporte terrestre y en marítimo que se caracteriza que son envíos sueltos.
El ingreso de remesas familiares en Guatemala tuvo una caída del 20% en abril y confirma las críticas condiciones laborales en los Estados Unidos por el covid-19, que está afectando a los migrantes guatemaltecos.
Guatemala recibió US$690 millones (Q5 mil 313 millones) en divisas por remesas familiares en abril y es menor en US$174.4 millones con respecto a abril del 2019, cuando el ingreso fue de US$865 millones, reportaron las autoridades monetarias.
La variación interanual -abril 2019 con 2020- es de una caída del 20.2%. Es el segundo mes consecutivo que el indicador muestra una caída interanual, ya que en marzo de este año fue de -9.7% con una diferencia de US$79 millones, pero ya empezaba a mostrarse los efectos del covid-19 en Estados Unidos.
En marzo último el ingreso fue de US$746 millones, pero en marzo del 2019 fue de US$826.7 millones.
Las cifras del Banco de Guatemala (Banguat) exponen que, en enero y febrero, el indicador tuvo un desempeño positivo -interanual- con crecimiento de 21.3% y 17% respectivamente.
Al principio del año el panorama era óptimo y en enero las transferencias sumaron US$834.6 millones y US$808 millones en febrero, sin embargo, cambio en marzo, pero se acentúo en el último mes.
En abril las autoridades también realizaron ajustes al crecimiento del indicador para este año y confirmaron que habrá un decrecimiento en el rango del -6.5 a -11.5% con un valor central de -9% o sea un ingreso de US$9 mil 562 millones es decir US$1 mil millones menos que en el 2019.
Las remesas representan el 13.7% del PIB en Guatemala, y el ingreso del 2019 fue de US$10 mil 508 millones -Q80 mil 911 millones- que benefician a 6.2 millones de personas en Guatemala.
Sin crecimiento
Además de la variación negativa en marzo, en el primer cuatrimestre del año no hubo crecimiento en el ingreso de divisas y apenas creció 0.3% en comparación con el mismo período del año pasado.
De enero a abril de este año el ingreso acumulado es de US$3 mil 080.2 millones -Q23 mil 715 millones- y en 2019 fue de US$3 mil 070.4 millones o sea US$9.8 millones más.
El ingreso promedio mensual en el 2020 es de US$770 millones.
Con respecto al comportamiento interanual es decir abril con marzo, la caída fue de 7.4% o sea US$56 millones menos, ya que en marzo el ingreso fue de US$746 millones.
Menos consumo
Luis Lara Grojec, presidente de la Asociación Bancaria de Guatemala (ABG) declaró que al haber menos ingresos de remesas en abril habrá menos consumo en los hogares que reciben las transferencias en Guatemala.
“Las familias consumen menos porque tendrán menos dinero”, afirmó el directivo, y reiteró que la caída de las transferencias era un efecto natural por la situación de desempleo en los Estados Unidos por la crisis.
Explicó que, en términos generales, se observó un menor consumo del 40% en abril en el uso de las tarjetas de crédito, indicador que está asociado al cierre de las actividades en total.
Para Edwin Matul, exgerente del Banco de Guatemala (Banguat), la caída en las remesas se debe a dos factores muy específicos en los Estados Unidos: el desempleo y las dificultades para que las personas hagan los despachos de envío de dinero por las restricciones impuestas.
“Es notoria la tasa de desempleo en los EE. UU., pero el migrante tiene una capacidad de movilización no solo geográfica sino del mercado laboral que puede emplearse en otras actividades productivas”, afirmó Matul.
Efecto temporal
Tanto Lara como Matul coinciden en que la caída de las remesas será un efecto temporal y que para el siguiente trimestre del año -junio, julio y agosto- se empezará a observar una recuperación.
“Las actividades económicas en Estados Unidos tarde o temprano se tendrán que normalizar y en estos dos siguientes meses a partir del coronavirus van a caer los envíos por temas del desempleo y el envío”, advirtió el exfuncionario de la banca central.
En todo caso en el segundo semestre del año se observará la recuperación, pero no a los niveles de años previos, pero si a un cambio de tendencia a un flujo mayor a los meses críticos.
Recalcó que para el cierre del año no habrá un crecimiento, ya que el efecto se presentó en los primeros meses y estaría en los rangos que proyectó el Banguat.
El presidente de la ABG agregó que Estados Unidos trata de abrir la economía nuevamente y va a haber una inyección de US$2.7 trillones y a partir de finales del tercer trimestre, las remesas deberán de compensarse.
“Es seguro que habrá inversión en infraestructura y ahí los hermanos lejanos se van a emplear y conforme a la economía de los Estados Unidos se habrá las remesas también. Cae ahora, pero será temporal”, manifestó Lara Grojec.