De los 22 departamentos del país, los primeros siete acumulan un millón 532 mil 316, si se agrega a los primeros tres Quetzaltenango, San Marcos, Quiché y Chimaltenango. Además, concentran zonas urbanas.
El Bono Familia es uno de los 10 programas que el gobierno de Guatemala implementó por la emergencia sanitaria del nuevo coronavirus, como apoyo a dos millones de hogares, los cuales podrán recibir Q1 mil mensuales durante tres meses.
Los datos cambian constantemente debido a que el programa recibe nuevos beneficiarios y resta desembolsar pagos. Incluso no se ha terminado de entregar el primero. En total, este programa ejecutará Q6 mil millones y al 18 de junio se habían entregado Q1 mil 159 millones 994 mil, indicó el Mides.
Mecanismo básico
Al analizar por departamentos el alcance del programa Bono Familia se evidencia un diseño “bastante básico” del beneficio, al carecer de una base de datos que determine quiénes son y dónde se encuentran las personas o familias en situación económica precaria; por lo tanto, el mecanismo refleja la correlación en que existe una mayor cobertura de electrificación y, por otro lado, la mayor concentración de población, dijo David Casasola, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
El acceso a la electricidad y el bajo consumo fueron los indicadores que se tomaron en cuenta para determinar un perfil socioeconómico, y la manera más rápida de orientar los recursos debido a la emergencia, refirió Casasola.
Sin embargo, al observar el desglose por departamento, entre los que registran mayores índices de pobreza se encuentran Chiquimula, Alta Verapaz y Quiché, y se localizan entre los más bajos en el número de beneficiarios; por lo tanto, “es un desafío del programa, porque no hay una información completa de posibles afectados y un cruce con estos índices”, afirmó el analista del Cien.
Factor demográfico
Jorge Benavides, investigador asociado de Fundesa considera que, aunque la electrificación es alta en casi todo el país, no explica por qué unos departamentos tienen más o menos beneficiarios.
“El principal factor es demográfico”, opina el investigador, porque existen más beneficiarios donde se localiza la población económicamente activa; es decir, donde hay más afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
“Esto nos indica que los receptores del Bono Familia están muy alineados con la población trabajadora”, explicó.
Para Benavides no hay relación entre el número de usuarios con tasas de pobreza, con nivel de ingreso o con productividad. “Esto nos llevaría a pensar que los criterios de aplicación al programa están muy enfocados al mercado laboral, y no tanto a la afectación de la vida y los ingresos de los hogares”, enfatizó.
Analizar alcance
El consultor especializado en temas de energía y construcción Carlos Colom afirmó que es necesario analizar el alcance del programa Bono Familia.
Por ejemplo, señaló, Alta Verapaz se ubica en el décimo lugar del número de beneficiados y es uno de los departamentos con alta población (más de 100 mil habitantes), pero con poca cobertura de energía eléctrica. “El nivel de electrificación rural es uno de los más bajos, por la topografía. Las aldeas están muy alejadas de la cabecera departamental”, señaló.
Colom recomienda a las autoridades considerar aspectos como el caso de Alta Verapaz y reorientar los esfuerzos para que la esencia del programa no se tergiverse y este pueda llegar a los más vulnerables.
Predomina el efectivo
Los medios por los cuales los beneficiados cobran el Bono Familia es el retiro del dinero en efectivo de cajeros automáticos —72%— y bancos —27%—. Una mínima parte —1%— utiliza la compra directa en establecimientos, a través de máquinas en puntos de venta (POS, en inglés).