El investigador Paulo de León destacó que en ese mes hubo una caída de la producción que venia del mes de abril por el confinamiento, y se acentúo aún más en mayo por la inercia de la capacidad productiva, la caída en las ventas y el desempleo.
Otro factor que incidió fuertemente en ese mes fue la incertidumbre generalizada y el temor a contagios por el covid-19.
El índice señala que, de los 14 sectores, 11 registraron desempeño negativo. El más afectado es hoteles y restaurantes con una caída de -46%, seguido de otros sectores como la industria alimenticia, la agroindustria y el sector de ropa y calzado.
“El confinamiento ha provocado que las personas no salgan, que baje la actividad, ni compras ni ventas. Hay un orden lógico, porque la pandemia provocó el confinamiento, y también la recesión como orden de las cosas”, recalcó de León, al señalar que en abril y mayo hubo mayor incertidumbre en los agentes económicos y un temor por contagiarse que conllevó a que las familias, individuos y empresas fueran más conservadoras en el sentido de esperar los impactos.
A decir del consultor, los meses más difíciles fueron abril y mayo para el sector industrial.
El indicador coincide con el reporte del Índice Mensual de la Actividad Económica (Imae), que en mayo fue de -11.3% y con el Índice de Confianza de la Actividad Económica (Icae) de 38.84 puntos por debajo de la zona de expansión que es 50 puntos, medición que hace el Banco de Guatemala (Banguat).
Regreso de la confianza
El vicepresidente de la CIG, Luis Alfonso Bosch, declaró que, si bien hay efectos como la pérdida de más de cien mil empleos y la caída de ventas para algunos sectores, se espera a partir de la apertura económica y la implementación del sistema de semáforos epidemiológicos que empiece un proceso de recuperar la confianza.
“Como CIG siempre estamos viendo hacia adelante y buscando las mejores opciones para que exista un ecosistema para propiciar el desarrollo industrial. Creemos que es un momento para que el sistema político tenga una voluntad propositiva y de cooperación; hay una agenda importante en el desarrollo de salud y económico y ambas deben coexistir con ambas agendas”, destacó Bosch.
Recordó que el sector privado ya presentó esta semana una hoja de ruta para el desarrollo.
El directivo industrial mencionó que el sistema de semáforos epidemiológicos es un paso importante para la reactivación y que hay oportunidades de mejora de este mecanismo, ya que hay muchas empresas que no puede trabajar por las restricciones impuestas.
Una herramienta económica para la recuperación de empleos es la flexibilidad laboral por medio del Convenio 175 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la contratación de tiempo parcial, que es un reto para generar inversión y fuentes de trabajo en el país, precisó.
Efecto rebote
De León expuso que para el tercer y cuarto trimestres y con el desempeño de algunos indicadores en junio y julio, podría darse un efecto rebote en la actividad económica, aunque permanecerán las cifras negativas.
Citó que a lo mejor se finalice el año en -3 o -4%, que es un mejor comportamiento que el actual, pero siempre en terreno negativo.
El ingreso de remesas familiares podría cerrar en positivo, pero todo lo demás como exportaciones, ventas, e ingresos fiscales serán negativos.
“Por la caída de ventas por efecto de la pandemia, el Gobierno va a recibir entre Q10 mil a Q12 mil millones menos de recaudación, y puede ser más por el contrabando que representa Q1 mil 500 millones de impuestos no recaudados”, afirmó de León.
Bosch explicó que se espera más oportunidades de negocios en el país, dada la situación entre Estados Unidos y la República Popular de China para que empresas extranjeras se instalen, pero insistió en que se necesitan reglas claras para los inversionistas.
Javier Zepeda, director ejecutivo de la CIG, declaró que Guatemala es uno de los países que podría salir de la crisis en un período de 14 a 16 meses; comparado con otros de Centroamérica, se hablan de que podrían salir hasta 24 meses. “Es un escenario esperanzador” dijo.
“La reapertura está siendo gradual y ordenada para evitar los contagios y observamos un panorama menos negativo y la recuperación será rápida, en unos 16 meses”, manifestó Zepeda.
