Representantes de Fundesa presentaron este martes 9 de junio el informe “¿Cuál es el beneficio económico que tendría la Ciudad de Guatemala si se reanuda el servicio del Transmetro?”, en el cual, una de las conclusiones principales es el impacto de los US$22.3 millones para la cual se emplearon modelos.
El pasado fin de semana la Municipalidad de Guatemala llevó a cabo las primeras pruebas para un posible funcionamiento con las nuevas medidas de bioseguridad para los usuarios del servicio de transporte público.
Amílcar Montejo, director de comunicación de Emetra, informó que por el momento no hay una fecha precisa para el reinicio de operaciones.
Hallazgos
El investigador Jorge Benavides explicó que por cada semana que no opera el Transmetro se proyecta una pérdida de US$22.3 millones.
“Es el costo de oportunidad de tener el transporte cerrado hoy. Con todas las medidas de protección que tendremos que convivir solo El Salvador y Guatemala en toda América son los países que han cerrado por completo el transporte público y hay una parte considerable de la población que lo utiliza para poder realizar sus actividades, aunque sea solamente las esenciales” indicó.
Su visión apunta a destacar el beneficio que esto tendría, no para eliminar todo el efecto negativo que ha tenido el covid-19 en la economía, pero sí para paliar uno de sus efectos”, destacó el investigador.
El restablecimiento del Transmetro puede contribuir a aumentar el consumo local, reducir el costo del transporte y recuperar los empleos perdidos.
Estimaciones generales
Benavides informó que se estructuraron tres supuestos al reiniciar el servicio del Transmetro.
En primer lugar, se proyectó un aumento del consumo local de US$6.17 millones (Q47.5 millones) mensual, que actualmente no se están generando.
El 17% de los viajes que hacen los usuarios del transporte público son para actividades relacionadas al consumo personal, cita la presentación, y variando según el sector económico, a la feca se han perdido entre 6.55% y 20.95% de las ventas que tenían previo a la crisis.
En el segundo tema, habrá una reducción del costo del transporte, y se estima un ahorro de US$26.05 millones (Q20 millones) mensuales.
Se determinó que el 69% de los viajes que realizan los usuarios del transporte público son para desplazarse desde su hogar hacia su lugar de trabajo y regreso. Durante el cierre del transporte público, las personas pasaron de gastar Q10 a Q40 diarios por trayecto o tramo.
Finalmente, se estimó una recuperación de la producción perdida de US$57.20 millones (Q440 millones) mensuales, que implicaría que los trabajadores recuperan su empleo, sino a que regresan a producir al mismo sector o a otra actividad.
El 66% de las personas de la ciudad emplea para su movilidad el transporte público, un 29% usan vehículo propio y 5% un medio alterno.
Se proyecta que se pierdan alrededor de 185 mil 500 empleos, asumiendo que un porcentaje de empleo formal se dirija a la informalidad, según la presentación de Fundesa.
Disposición
Montejo explicó que en un día normal el Transmetro moviliza diariamente a 400 mil usuarios, en 185 buses activos.
Reiteró que están a la espera oficial para empezar con la activación del servicio.
Menos actividades
El economista Juan Alberto González Jacobo, experto en temas territoriales, explicó que de acuerdo con encuestas empresariales el 50% de las empresas no están trabajando y las que están operando tienen limitaciones, y el impacto que tienen es por el toque de queda y la suspensión del servicio de transporte público se traduce que esas compañías no pueden operar.
Por otro lado, hay empresas que no pueden operar independientemente del servicio de transporte, por ejemplo, aquellas que constituyen alta aglomeración que su actividad es aglomerar a las personas para prestar sus servicios, y si lo prestan deberán hacer con un tercio o con la mitad.
“El Transmetro en sí mismo no es el que ocasiona la pérdida económica como tal, sino que la suspensión de las actividades empresariales, y esa es la situación que las personas no se pueden movilizar para poder comprar”, puntualizó.
La experiencia de Guatemala es que fue un cierre parcial y no drástico, y hay movilidad, salvo los fines de semana en que hubo suspensión, y lo que hay es una reducción del espacio/tiempo económico para el desarrollo de las actividades.
Añadió que las pérdidas hubieran sido mayores de haber operado los sistemas de transporte por los contagios, con una crisis generalizada e insostenibles.
“Los sistemas de transporte en Guatemala no son los adecuados para mantener ni el distanciamiento, ventilación, ni otras condiciones que puedan impedir el contagio. La forma de reactivarlo debe ser parcial con una persona por asiento”, consideró González Jacobo.
Expuso que los sistemas de afluencia de las personas para asistir a su trabajo o compras son múltiples en el sentido que son usuarios del Transmetro, Transurbano o los buses rojos u otros sistemas de movilización.
Añadió que el sector que paralizó sus actividades fue el informal.
