Según el sector licorero, el consumo no ha bajado, y la razón de aquella baja es el creciente ingreso ilegal de este tipo de bebidas.
Un estudio efectuado por la firma Euromonitor, por solicitud de Ambev, arroja que la pérdida anual de ventas por mercado ilegal de bebidas alcohólicas en general en el país, debido al contrabando y falsificaciones, suma US$92 millones anuales y el fisco deja de percibir US$25 millones en diferentes impuestos.
Segmento
Uno de cada tres productos del segmento de alimentos y bebidas que se comercializan en el el país proviene del contrabando y representa alrededor de una incidencia de un 30% del mercado nacional, refirió Roberto Herrarte, presidente de la gremial de ese sector.
El ejecutivo dijo que el contrabando afecta no solo la recaudación tributaria, sino también a las empresas.
Roberto Batres, gerente Jurídico y de Relaciones Institucionales de Ambev Centroamérica refiere que del monto que no percibe el fisco, US$15 millones son efecto del contrabando y US$10 millones, de falsificación de bebidas.
El estancamiento de distribución del sector, según el reporte de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), es para las cervezas (-0.2%), bebidas alcohólicas destiladas (-0.5%) y vinos (-3.72%). Contrario a estas, otras clasificaciones aumentaron 8%.
El análisis, a cargo de Euromonitor, se efectuó en 2016 y contiene datos de 2015. Esta es la primera vez que se divulga.
Mercado ilegal
Batres informó que en el mercado ilegal se mueven 20 mil hectolitros —dos millones de litros— de alcohol puro.
El porcentaje de alcohol varía según el tipo de bebida.
De acuerdo con el estudio, el 48% del mercado de bebidas alcohólicas proviene del contrabando, 44% de falsificaciones de bebidas y 8% de otras vías, añadió.
La cerveza es el producto que más ha sufrido el impacto del contrabando. Bebidas destiladas como wisky, vodka, ron y tequila también se ven afectadas por las falsificaciones, añadió Batres.
El ejecutivo de Ambev afirmó que las cervezas que llegan de contrabando son marcas reconocidas en México.
Señaló que el contrabando de esta última bebida representó en el 2015, 1.2 millones de cajas, y cada cerveza contiene 4.6% de alcohol.
Batres comentó que esas acciones ilegales desincentivan a las empresas productoras o distribuidoras en el país, debido a la competencia desleal, además de que los productos de contrabando o falsificados no cuentan con un registro sanitario, por lo que pueden ser riesgosos para la salud.
Al ser consultado respecto del tema, Luis Gómez, de la oficina de Relaciones Públicas de Cervecería Centroamericana, dijo que en esta ocasión no brindarían declaraciones.
Ambev maneja varias marcas entre ellas Brahva, mientras que Gallo es la marca emblemática de Cervecería Centroamericana.
Tendencia sigue
Para el 2016, según el comportamiento, se calcula que aumentó el mercado ilegal de bebidas alcohólicas y la tendencia es que se mantenga así si el país no logra fortalecer las medidas para detener esas actividades, advirtió Batres.
El comportamiento de este producto ha sido influenciado por varios factores, según el ejecutivo; entre estos la devaluación del peso mexicano, el crimen organizado que se dedica al contrabando desde México y los múltiples pasos ciegos existentes, por lo que, a pesar los esfuerzos para contrarrestar estas actividades, se mantienen.
También se reportan pérdidas en bebidas no alcohólicas.
Rosa María de Frade, directora de Relaciones Corporativas de CBC, denunció que en el segmento de bebidas no alcohólicas y de marcas que ellos comercializan también han detectado contrabando, lo que causa unos Q13 millones mensuales en pérdidas al fisco —US$21 millones anuales—.
Érick Coyoy, consultor de la Fundación Economía para el Desarrollo (Fedes) y quien participó en el estudio Fortalecimiento de la recaudación tributaria, transparencia aduanera y reducción del comercio exterior ilícito en Guatemala, para Asíes, dijo que los productos de contenido alcohólico como las bebidas destiladas, el ron, wisky, vino, tequila y la cerveza son sensibles al contrabando.
Explicó que los costos de estas son más altos y se distribuyen en muchos departamentos del país, mientras que las bebidas no alcohólicas, que cuestan menos, se quedan en los municipios fronterizos con México.
