La referida calificadora de riesgo considera que el reciente episodio de inestabilidad política no tendrá efectos económicos adversos que pudieran poner en riesgo la estabilidad macroeconómica del país. Por el contrario, destacan que los casos de corrupción que han sido descubiertos y debidamente procesados en todos los niveles del gobierno, tendrán un efecto positivo en el desempeño de las instituciones del sector público.
Asimismo, no prevé cambios significativos en la política monetaria, dada la institucionalidad, continuidad y estabilidad que ha prevalecido en el Banco Central. No obstante, enfatiza que la recién electa administración pública tendrá el reto de mantener un crecimiento económico sostenido.
La calificación crediticia del país podría aumentar si el nuevo gobierno implementa una agenda de reformas que fortalezcan las instituciones públicas, reduzcan los niveles de inseguridad y violencia, propicien mejores perspectivas de crecimiento económico y fortalezcan los recursos fiscales para aliviar la pobreza y mejorar la infraestructura.
Además indicó que la calificación podría reducirse si el nuevo gobierno tiene dificultades en mantener la estabilidad política o si se presentan niveles más altos de déficits externo y fiscal que amenacen la estabilidad macroeconómica.