En la actualidad para las empresas, indica, ahora hay exigencias de esos temas para acceder a créditos de parte de entes bancarios, incluso de IFC, entidad del grupo del Banco Mundial que apoya el desarrollo del sector privado.
¿Qué nuevos ejes se toman en cuenta para efectuar un análisis de riesgo crediticio?
La sostenibilidad es un aspecto que está ligado a nuestro ADN como la principal entidad multilateral de desarrollo, procuramos que cada inversión y financiamiento que damos a empresas del sector privado estas procuren implementar un conjunto de normas ambientales y sociales. Indistintamente del sector puede ser infraestructura, sector bancario, finanzas, financiero, manufactura, servicios o bienes raíces,
Son ocho normas que se han convertido en una referencia o estándar internacional para la industria bancaria, hay un gran número de bancos globales, internacionales que aplican esta norma y la toman como referencia en sus políticas ambientales y sociales.
¿Se ha generalizado la exigencia de estos estándares?
No somos la única entidad financiera que hace este tipo de requerimientos y nuestra tesis y visión es procurar que las empresas se involucren en una política de sostenibilidad amplia y robusta que logren implementar a lo largo de toda su cadena de valor, su organización y no solo para satisfacer un requisito de la banca internacional para obtener financiamiento, todo lo contrario.
Hemos observado como la implementación de estos estándares o normas robustas de gestión ambiental y social son beneficiosos para los negocios, apoyan a tener una gestión eficiente para el uso de recursos, son una herramienta poderosa para mitigar los riesgos ambientales y sociales.
Además, promueve, ayuda o fuerza a las empresas a buscar formas innovadoras de cómo gestionar sus soluciones, servicios o productos y también ayuda a gestionar financiamiento de una forma sostenible.
¿Han comprobado que impactos tienen esas exigencias en las empresas?
Hemos hechos evaluaciones de nuestro portafolio, se han revisado unas 660 empresas, y detectamos que las empresas que tienen acciones de sostenibilidad ambiental y social tienen mucho mejor desempeño financiero, cerca de 2.2% de su retorno de patrimonio superior a las empresas que no tienen ese manejo.
También se detectó que tienen 1.15% superior en retorno sobre los activos. Hay evidencia que muestra que ser sostenible es también financieramente atractivo para las empresas.
Es necesario que se vuelva una cultura, una cultura de sostenibilidad.
¿Cuáles son las ocho normas que menciona?
El conjunto de normas aborda ocho dimensiones.
- La base que forma el conjunto de normas es la implementación de un sistema integral de gestión de los riesgos e impactos ambiental y social.
- Dimensión sobre aspectos laborales, estándares ocupacionales, que se cumpla con la regulación local e internacional.
- Un sistema robusto de involucramiento con las comunidades, de una forma simplista se puede decir que la empresa sea un buen vecino, pero eso tiene mucha connotación. Que escuche y aborde las quejas de las comunidades. Incluye salud y seguridad de la comunidad.
- Se relaciona a la gestión eficiente de recursos, agua, desechos sólidos y líquidos, energía y prevención de la contaminación.
- El tratamiento a aspectos ligados a comunidades indígenas que es un tema muy importante y ligado al contexto de Guatemala.
- La otra es relacionada a temas ligados a reasentamiento de comunidades. Cuando hay proyectos, por ejemplo, que hacen uso extensivo de recursos como la tierra y requieran reasentar comunidades hay protocolos internacionales que pautan como podrían llevarse a cabo.
- Protección de patrimonio cultural.
- Conservación de la biodiversidad y gestión sostenible de los recursos naturales vivos.
¿Cuántas empresas han logrado acceder a los recursos de IFC basado en estas normas?
A nivel global nuestro porfolio de inversión tiene cerca de US$73 mil millones. En la actualidad somos la entidad multilateral de desarrollo más grande.
En Centroamérica nuestro portafolio es alrededor de US$2 mil 500 millones, que incluye unos US$500 millones que movilizamos de otros inversionistas institucionales.
En Guatemala nuestra cartera activa es alrededor de US$350 millones incluyendo también fondos movilizados de inversionistas institucionales.
¿Qué tipos de brindan y que monto tienen disponible para el 2019?
Es para distintas índoles, van desde financiamientos de largo plazo para apoyar la expansión o crecimiento de las empresas, financiamiento de capital de trabajo. Además, líneas de corto plazo, trabajamos con múltiples sectores como la generación de energía renovable, en Centroamérica se ha financiado más un gigavatio, y hemos acompañado la transición de las tecnologías como solares, eólicas, hidroeléctricas, y últimamente energía a base de gas natural licuado.
Últimamente estamos trabajando con servicios financieros, microfinanzas.
¿En Guatemala cuáles son los sectores que más han cubierto?
Nuestro portafolio la mayor parte está en servicios financieros, hemos otorgado líneas de fondeo para banca comercial, para propósitos especiales como financiamiento de la pequeñas y medianas empresas, financiamiento de vivienda, microfinanzas y también en el sector de infraestructura para proyectos ligados a transporte y logística.
¿Para este año que tienen previsto?
Estamos comprometidos con el desarrollo económico de Guatemala, tenemos buena relación con el sector privado, y estamos con la intención de seguir financiando para que se disminuya la brecha de infraestructura en el país, además con los sectores financieros y agroindustria.
No se tiene un techo específico sino depende de la demanda de los distintos sectores.
Posas participó esta semana en la presentación de la Estrategia para el 2019 del Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial en Guatemala (Centrarse).
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