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Cómo la inflación “importada” puede modificar los precios en Guatemala

Por primera vez, la inflación externa provocada por los precios del petróleo y el encarecimiento del transporte supera al indicador nacional.

Inflación en Guatemala

La división de alimentos empezó a ceder en la inflación en marzo, según el IPC. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La inflación importada ha reflejado una tendencia alcista en Guatemala explicada por el comportamiento de precios internacionales, contrario a lo que ocurrió en 2020 cuando la inflación interna prevaleció asociada a los efectos directos de la pandemia.

Para cualquier toma de decisión, la inflación —entendida como el alza generalizada de precios en la economía— es un indicador para considerar y, durante el presente año, se experimentó un alza que alcanzó un 6%, y que no se había reflejado.

Al analizar el comportamiento en los últimos meses, hay variaciones interesantes.

Por ejemplo, en 2020 predominó la inflación interna;, y en 2021, predomina la inflación importada, que disparó el indicador a principios de año, y que en los últimos meses se ha estabilizado.

En parte, según han explicado las autoridades, el aumento de la inflación importada está asociada al alza de precios del barril de petróleo que ha impactado de manera directa en la división de transporte en Guatemala, explican autoridades.

En agosto, el ritmo inflacionario fue de 3.62%, y es mucho menor al 5.24% observado en enero cuando se empezó a observar una recuperación de los precios internacionales de esta y otras materias primas.

Julio Castilla, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Centroamérica (Fecamco), advirtió recientemente que los países de la región podrían enfrentar inflación asociada al aumento de los costos logísticos del transporte marítimo, pero, las autoridades monetarias de Guatemala han aclarado que podría tratarse de un efecto temporal.

Desglose

Para Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), hay una explicación de lo observado hasta agosto al hacer un desglose de la inflación interna e importada, y la decisión de la Junta Monetaria en mantener invariable la tasa líder de interés en 1.75% el pasado 30 de septiembre.

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Recinos reafirmó que en agosto el ritmo inflacionario cerró en 3.62%, indicador que está dentro de la meta establecida por Junta Monetaria de 3% a 5%, y menor al valor central de 4%, que en términos generales lo calificó como positivo para los agentes económicos y para la población que se sitúe en esos valores.

Recordó, lo observado en el comportamiento de enero y febrero de este año cuando el ritmo inflacionario se ubicó en un 6%, en ese entonces, se habló que el indicador estaba fuera de la meta de inflación, y se expuso que sería un efecto temporal por algunos choques o shocks que se observaron asociados a la división de transporte, ya que el precio del pasaje aumentó casi un 50% debido al aforo que era necesario para contener contagios, algo que en esos meses era un componente importante.

En enero, el 3.84% era de inflación interna y la importada de 2.16%, sin embargo, en los meses siguientes el componente de inflación interna disminuyó hasta alcanzar el 1.67% del total observado.

Por el contrario, la inflación importada ha venido creciendo y en agosto se sitúo en 2.95%.

“La inflación en Guatemala en los últimos cinco meses tiene un componente importante de carácter externo que deviene del aumento en el precio del petróleo en más de un 50% a comparación de enero del 2021 y derivados de gasolina superior, regular, diésel, y el gas que tiene un origen importado”, remarcó el funcionario.

División de transporte

Abel Cruz Calderón, gerente del Instituto Nacional de Estadística (INE), afirmó que hay un seguimiento a la inflación a través del IPC en una canasta de alimentos con 441 bienes y servicios, de los cuales 279 son gastos básicos. La característica de esos gastos, que más consume la población, son en gran medida bienes nacionales.

Cruz Calderón citó como ejemplo que, para el melón, la sandía, los limones, la papaya, el chile pimiento, etcétera, el impacto por la inflación importada se refleja en el transporte.

“Si sube el precio de la gasolina impacta en el transporte, obviamente por transportar sandía, melones, limones, y otros productos. La sandía no cuesta más porque su costo de producción no ha variado, pero el costo de transportarlo a los centros de distribución es en donde está la afectación, y de esa forma es que los precios internacionales, al menos en la canasta del IPC en Guatemala, golpean”, precisó el gerente del INE.

Por otro lado, se presenta un efecto de rezago, ¿Por qué? Cruz Calderón declaró que, aunque suban los precios de la gasolina no tiene un efecto inmediato en los precios y recordó que hace algunas semanas en septiembre se reportaron alzas en el gas, pero en esa semana que se recogieron precios, todavía no se observa el impacto del alza.

“La señora que vende tortillas aún tiene el tambo de 100 libras que compró al precio anterior, y hasta que no vuelva a comprar gas no sentirá el efecto; ahí no es inmediato. Igual pasa en el combustible que está subiendo y bajando; pero ahora se niveló más o menos en Q29 el galón”, precisó.

En todo caso, Cruz Calderón dijo que esos son los costos que paulatinamente han impactado en la canasta del IPC, y mes a mes, cuando se presenta el informe, se ha confirmado que el transporte de mercadería muestra una tendencia al alza y forma parte de los factores para que Guatemala tenga una inflación mensual de 0.20% a 0.30%.

“Concretamente, en el IPC la inflación importada está afectando ahí”, reiteró el gerente, y recordó que hay alzas en otras materias primas como el hierro o cemento que no son parte del IPC, pero que sí se están moviendo.

El presidente del Banguat envió un mensaje a los agentes económicos que en términos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) la inflación está controlada con un ritmo de 3.62% y motiva a la Junta Monetaria a no variar la tasa de interés líder tratando de apoyar el crecimiento económico y en la medida que la inflación lo permitiera.

El panel de analistas privados que consulta el Banguat considera que el ritmo inflacionario para septiembre y octubre se situará en 4.34% y 4.41%, pero para diciembre 2021 en 4.59%, respectivamente.

Cabi: Habrá shock

Paulo de León, director de firma Cabi, aseguró que la inflación no es transitoria, porque la inercia psicológica de los precios requerirá de mucho esfuerzo para detener el engranaje, y a su juicio, tendría que pasar algo muy fuerte para detenerlo, como una mega crisis económica.

Por otro lado, la entrada del gobierno de Joe Biden en Estados Unidos puso a girar —en automático— el engranaje de la inflación a través de una expansión del gasto fiscal nunca visto en su historia, y se esperaría un déficit fiscal de un 20%.

Otro factor para tomar en cuenta es el problema de la disrupción en las cadenas logísticas que empeora la situación y hay una lista larga de espera en los puertos de Estados Unidos, “que es dinero parado que aumentará el costo, y puede provocar desabastecimiento, elevar más el costo del flete por estar varados”, añadió el experto.

Hay un cuello de botella que se traduce en que los inventarios de las empresas colapsaron y era algo que no se observaba en siete años y el inventario bajo de los retailers llegó a su mínimo histórico.

“Hay supermercados vacíos y esto empezará a llegar a Guatemala, el tiempo de espera se alargó”, declaró De León.

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Al corto plazo, se espera un “shock” de oferta a fin de año porque las tarifas de los fletes marítimos no bajarán, al contrario, si cuando ya se estaban normalizando no bajaban y ahora con los contenedores parados se quedan estancados. “El problema es que hay retailers que firman contratos”, señaló De León.

“Cuando hay escasez, los precios suben y no se normalizará hasta el 2023; el tema logístico y la inflación es más de largo plazo. La comida está subiendo y hay problema severo en materia de precios, el consumidor se siente agobiado”, remarcó.

A decir de De León, el impacto de los precios se percibirá en octubre y noviembre, porque se tardó seis meses, y ya hay países como República Dominicana con una inflación de un 11%, y “no hemos terminado la fase dos y después la fase tres de ajuste de cantidades, por lo tanto, pegará el próximo año”.

El consumidor cambiará de formato, lugar de compra y tamaño, cuando los precios crecen más que los salarios las personas se sienten ya castigadas en su economía familiar, concluyó.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.

Natiana Gándara

Editora de Economía en Prensa Libre, con más de 15 años de experiencia en medios radiales, televisivos, impresos y digitales.