Este grupo de países africanos se comprometieron a armonizar sus sistemas para luchar juntos contra el tráfico ilegal de madera, sostuvo en una rueda de prensa Geofrey Mwanjela, responsable de la ONG conservacionista WWF, una de las organizaciones que se han involucrado para facilitar las negociaciones de la declaración.
Mwanjela precisó que antes ya se habían suscrito acuerdos bilaterales y programas similares, al tiempo que algunos países han proporcionado pruebas para perseguir esa práctica y están intentando mejorar su regulación y el control de los beneficios que genera.
No obstante, consideró que el reto está en lograr que esos países actúen contra el comercio ilegal de madera, justo cuando algunos como Madagascar están aumentando sus exportaciones a China.
Según la declaración, el aumento del tráfico ilegal de madera es resultado del desequilibrio entre la oferta y la demanda domésticas en la región.
El texto llama la atención sobre el aumento del comercio de los productos forestales entre Madagascar, Tanzania, Kenia, Uganda, Zambia, Mozambique, Malawi y la República Democrática del Congo.
Pide a los países firmantes que promuevan la cooperación, el intercambio de información, las prácticas legales y sostenibles en el comercio de madera, así como que implementen los planes de acción incluidos en los acuerdos.
Los cinco países africanos se comprometieron a respetar las leyes internacionales en cuestión de derechos humanos y a fomentar la participación de las poblaciones indígenas en el uso de los recursos forestales de forma sostenible.
Según varios informes recogidos por WWF, Kenia pierde cada año unos diez millones de dólares por el comercio ilegal de madera con Tanzania, mientras que las pérdidas contabilizadas en ese segundo país superan los ocho millones de dólares anuales.