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Cerrar brechas de inclusión financiera en las mujeres necesita de políticas públicas

La inclusión financiera para las mujeres en Guatemala debe ser considerado como pilar para el desarrollo social y económico, pero debe ser liderado por instituciones con capital estatal, expone experto internacional.

Romy Calderón (al centro),jefe del programa de estudios económicos e información de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (Alide) en una reciente visita a Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Guatemala como el resto de los países de América Latina deben potenciar la inclusión financiera para las mujeres y que la nueva generación pueda adherirse a los diferentes sistemas tecnológicos o digitales.

El economista peruano Romy Calderón, jefe del programa de estudios económicos e información de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (Alide) en una reciente visita a Guatemala compartió la visión que se tiene en la organización en acciones efectivas para impulsar la inversión de impacto y el incentivo hacia las mujeres.       

¿Cómo se puede reducir la brecha de la inclusión financiera en Guatemala?

Es un tema de cultura; hay que cambiar la percepción de que las mujeres no puedan tener las mismas capacidades que pueda tener el hombre, por lo que hay un tema muy fuerte en nuestros países por lo que hay que modificarlo, pero eso pasa por el tema educativo.

La educación involucra las políticas públicas, por lo que hay que trabajar desde la escuela, que no puedan ser desde un carácter compulsivo, pero que pueden servir de directrices para que las instituciones financieras puedan tener los incentivos adecuados para poder trabajar en el segmento de las mujeres.

En esta perspectiva las instituciones financieras que puedan tener alguna institución pública, o con una mayor participación estatal, pueden hacer mucho, que durante las primeras etapas tienen que liderar este proceso.

¿Cuál es la importancia del sistema educativo para la inclusión?

En muchos países de la región Latinoamericana ya se está implementando en las escuelas y se está enseñando educación financiera. Cuando los niños aprenden eso, todos toman el conocimiento de la misma manera y lo explotan de acuerdo con sus capacidades; esa familiaridad con estos temas hace que les sea más fácil a la hora de afrontar algún tema de estos cuando en el futuro tengan que iniciar algún emprendimiento o requieran de alguna financiación.

En Brasil se conoció una experiencia del cambio de la mentalidad, y requerimientos de la población joven en la refinanciación, por ejemplo.

¿Hablamos de un cambio generacional?  

Es evidente; pero en todos los países ya hay estrategias nacionales de inclusión financiera, que contempla esos procedimientos que es lo que hay que profundizar. Eso es a largo plazo, pero lo inmediato es crear los incentivos que vayan dirigidos a las mujeres como se está realizando en todos los países de América Latina que marcha poco a poco, pero se está avanzando.

Hay productos específicos y garantías para mujeres; asistencia técnica; direcciones y normas que tienen un carácter específico para que las entidades puedan atender a las mujeres.

¿Qué experiencias se pueden aplicar en el contexto guatemalteco?

Esta el premio a la mujer emprendedora, por ejemplo, en la cual se identifica experiencia de financiamiento a mujeres que van en diferentes niveles que no solo van orientas a sus negocios de sobrevivencia sino para la creación de empresas tecnológicas que son mucho más avanzadas. Es decir, hay para todos los niveles, por qué la falta de inclusión financiera se observa en todos los niveles.

Todo se debe desarrollar con políticas públicas o de cooperación, ya que para eso son las entidades financieras de desarrollo que generan ese aprendizaje, esa práctica, ese conocimiento y el privado al observar esa práctica entra.

Romy Calderón, jefe de programa en Alide, durante su participación en el V Foro de Inclusión Financiera: Hacia un ecosistema integrado e innovador.

 En una estructura productiva como la de Guatemala ¿Por dónde podría dirigirse?

Con el avance de la tecnología y la educación, las mujeres están en todo, y no se puede decir que están en determinados sectores, y hoy todos los sectores productivos dependen del conocimiento.

Entonces, cualquiera de las actividades en las cuales existan emprendimientos, ideas de negocios y de proyectos pueden ser susceptibles para desarrollarse; no hay ninguna limitación ahora con el avance de la tecnología y de la educación.

Se puede hacer desde los sectores tradicionales y por ejemplo aquí se tiene la industria del café en mejorar las calidades, la promoción y la integración a mercados internacionales, por lo que se puede hacer muchas cosas en todos los sectores.

Por eso reitero que eso debe partir de las entidades estatales que tengan ese mandato de las entidades financieras vinculadas al sector público, con el apoyo de la cooperación, es lo fundamental, por qué el privado, que busca la rentabilidad pura al comienzo no lo va a ejecutar, sino cuando ya vea que hay negocio.

A su entender, ¿Por qué al privado no le interesa en esta primera fase?

Uno por los riesgos, por otro lado, porque cuenta con alternativas más rentables en lo inmediato.

¿Cómo se puede aplicar una cadena de valor?

En este ámbito se puede mirar desde el cliente o desde el banco; desde el cliente la actividad en que se desempeña, su relación con las entidades, qué procesos se demandan y a partir de ahí se identifican los productos, los canales de comercialización, cómo se atenderá digital o manual, de dónde se consiguen los recursos, todo eso para poderlo comercializar o financiar al cliente. Todas estas fases comprenden la cadena de valor en la parte financiera.

¿Cuál sería el perfil para el caso de Guatemala?

En los sectores nuevos hay una falta de conocimiento por lo que hay que buscar los mecanismos en los cuales los riesgos se disminuyan, por ejemplo, garantías. Lo segundo utilizar todo lo que es la parte de tecnología para reducir los costos y lograr un mayor alcance, por lo que se vuelve más eficiente en términos de atención.

Como pasa en muchos países, hay más celulares que personas, y el problema de eso es que exista la conectividad adecuada, y por consiguiente hay una situación de costos.

Estrategia nacional

Guatemala mantiene en vigencia la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (Enif) 2024-2027, que se fundamenta en facilitar y promover el uso de los servicios financieros, para acceder a una mayor inclusión financiera.

La expansión de los servicios financieros en línea fue como resultado de los efectos de la emergencia sanitaria en 2020, por lo que se ha propiciado un aumento en la eficiencia y reducción de costos en la prestación de los servicios financieros.

En cuanto a la oferta, la inclusión financiera ha logrado al sector financiero lograr una mayor proporción de la población más efectiva y a un menor costo. Y por el lado de la demanda, en los hogares la eficiencia de los servicios digitales.

Los agentes económicos y productivos se han transformado para migrar en sus sistemas a plataformas digitales para mantener o ampliar sus mercados, por lo que estos servicios deben ser seguros y que estén disponibles a la población a precios asequibles.

Los cuatro pilares de la Enif 2024-2027 son:

  • Inclusión financiera digital
  • Inclusión financiera para la micro, pequeña y mediana empresa
  • Inclusión financiera para los jóvenes
  • Inclusión financiera para las mujeres

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.