Los organismos independientes como el FMI (por sus siglas, Fondo Monetario Internacional) preven un crecimiento similar al cosechado durante 2018, pronosticando un crecimiento promedio en la región cercano al 3%. En un entorno donde la economía se desacelera y las tensiones geopolíticas alimentan una incertidumbre cada vez más opaca, estos crecimientos suponen, en cierta forma, un éxito para la economía centroamericana, que precisa de desarrollo económico para corregir los grandes fallos estructurales y la falta de desarrollo de la región.
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Y es que, en Centroamerica, la criminalidad, la corrupción y los desastres naturales siguen acechando el desarrollo económico y humano de los países que la integran. Pero en especial, la importancia de un desarrollo económico estable en la región parte de la erradicación de la pobreza en determinados países como Honduras, El Salvador o Guatemala, que conviven diariamente con la migración de personas en busca de una vida alejada de la criminalidad, las mafias y la pobreza extrema que viven determinados territorios.
Como digo, la situación en muchos territorios se hace insostenible. Muchos países, entre los que se encuentra, de forma más precisa, México, han activado, junto a organismos multilaterales y en pro del desarrollo como la Organización de Naciones Unidas, planes de contingencia que traten de ayudar al desarrollo en la región y, sobre todo, erradicar una situación, un contexto, que amenaza al bienestar de las familias y, en general, las personas que habitan estos países y que se encuentran en situación de exclusión.
Durante la última reunión del Foro Económico Mundial, en Davos, el Fondo Monetario Internacional, con Christine Lagarde al frente del organismo, hablaba de la importancia de un desarrollo económico inclusivo en el mundo. No podemos seguir creciendo en los países desarrollados, olvidando y excluyendo países cono los que integran América Central. Es una falta de responsabilidad olvidarnos de estos focos emergentes, concentradores de materias primas y grandes recursos naturales, de los que muchas economías desarrolladas se nutren.
* En alianza con Forbes México y Centroamérica, artículo de Francisco Coll Morales.
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