Cuando Anarelys Rodríguez llegó a Guatemala proveniente de Venezuela, hace seis años, se reunió con su hermana y otra amiga para pensar en qué podían hacer para generar ingresos. Juntas crearon Icoa Pastrys, una empresa de comida venezolana con la cual también ofrecían el servicio de catering.
Por tres años se dedicaron a llevar el sabor de su país a varios hogares guatemaltecos, hasta que, con sus parejas, pensaron en hacer algo más grande para la comunidad que radica en Guatemala. Así nación la Casa Club Veneguate, que fue inaugurada en diciembre del 2020.
“Es un espacio más o menos de 4 mil metros en donde tenemos restaurante, bar, contamos con parque infantil, cancha de bolas criollas que es un juego típico venezolano” mencionó Anarelys Rodríguez, socia de la Casa Club Veneguate.
La idea es que la comunidad venezolana se afilie al club, aunque no es requisito para poder ingresar. La diferencia es en los precios, pues los afiliados tienen comida y juegos a costos más bajos.
Además, quieren convertirse en un espacio para apoyar a emprendedores.
“La idea también es que diferentes emprendedores, sean venezolanos o de otras nacionalidades, puedan ir algunos fines de semana al club a ofrecer sus productos o servicios” agregó Rodríguez.
La Casa Club Veneguate brinda también clases de bailes, de karate, de inglés, entre otros. Es un espacio para que los venezolanos, sobre todo, puedan disfrutar de sus tiempos libres en familia, olvidando un poco lo difícil que ha sido para la mayoría dejar su país de origen.
Para los socios y fundadores de la casa club el proceso para hacer realidad este sueño no ha sido nada fácil.
“Los retos han sido económicos, enfrentar la pandemia, en diciembre también acabábamos de hacer las canchas de bolas criollas y hubo aquel temporal de lluvia que nos lavó un poco lo que habíamos hecho” dijo Rodríguez.
A pesar de eso, la Casa Club Veneguate ha superado los obstáculos y, poco a poco, logra su objetivo que es acercar a los venezolanos a sus raíces.