No obstante, a partir de septiembre del año pasado, estos costos han venido descendiendo, lo cual ha significado un alivio para muchas empresas y consumidores. Desafortunadamente, la disminución no ha sido generalizada y en algunos casos, principalmente en los metales, los precios se han incrementado en las últimas semanas.
Si se desglosa el índice de materias primas, se puede apreciar que la volatilidad ha sido generalizada, aunque ha sido mucho mayor en el sector energético que en los productos agrícolas y los metales, sobre todo por los efectos de la guerra en Ucrania. Ante esta volatilidad, la pregunta que surge es ¿Qué sucederá con esta variable y qué efectos tendría para la economía guatemalteca?
Los factores principales
Una de las variables que más podrían influir en los precios en los próximos meses es la trayectoria que tomarían las tasas de interés y la política monetaria en Estados Unidos. Cuando existe mucha liquidez en el mercado, ésta tiende a canalizarse en las bolsas de valores y el mercado de los insumos, provocando “burbujas”, que luego se “desinflan” cuando se retira la liquidez.
Con los últimos datos de inflación y del mercado laboral en Estados Unidos, la perspectiva es que las tasas de interés continúen subiendo en los próximos meses. La inflación descendió ligeramente en el mes de enero, pero mucho menos de lo que se esperaba, y con la tasa de desempleo más baja de los últimos cincuenta años, la Reserva Federal (Fed) puede y deberá actuar con mayor firmeza para lograr mejores resultados en su lucha por contener la inflación. Menos liquidez en dólares, provocaría presiones a la baja en los precios que nos ocupan.
El segundo factor para considerar es el desempeño de la economía china, ya que desde hace unos años se convirtió en el mayor importador de minerales, energía y alimentos. La desaceleración de la economía de ese país influyó en la estabilización de los precios de las materias primas, pero la expectativa es que, con la reapertura de hace unas semanas, la economía pueda recobrar cierta fortaleza en los próximos meses, lo cual presionaría los precios hacia el alza.
El tercer factor a evaluar es el desempeño de las economías de Estados Unidos y de la Eurozona, debido a que los temores a una posible recesión han influido en la disminución de los precios en los últimos meses. Lo más probable es que durante todo el 2023 prevalezca esta incertidumbre, en la medida en que se incrementen las tasas de interés y los efectos se hagan sentir. Esto presionaría los precios hacia la baja.
El clima fue una variable fundamental en el comportamiento del precio de los alimentos el año pasado y es muy probable que también lo sea en el 2023. Algunas predicciones indican que el clima será igualmente “errático” durante este año, lo cual implicaría sequías o tormentas, que presionarían al alza los precios del sector agrícola.
Por último, el elemento más disruptivo en la tendencia sería una escalada en la guerra entre Ucrania y Rusia. Es interesante que los mercados lograron adaptarse al shock inicial de la guerra y a las sanciones impuestas por los países occidentales, con los que los precios iniciaron una tendencia a la baja. Sin embargo, un involucramiento más directo de China en el conflicto, como algunos temen, podría incrementar las tensiones e irrumpir nuevamente el mercado de las materias primas. Este constituiría el principal riesgo de precios al alza.
Al evaluar todos los factores, lo más probable es que se tenga un escenario similar al de 2011-2014, con precios relativamente altos y una tendencia paulatina hacia la baja. Esto implicaría que los precios mostrarían relativa estabilidad en los niveles que están actualmente, con una leve tendencia hacia la disminución.
Es muy poco probable que durante el 2023 estos precios regresen a los niveles bajos que estuvieron entre 2015-2019. Solo una fuerte recesión los haría caer a esos niveles, un escenario lejano en estos momentos.
Implicación para la economía guatemalteca
Los precios altos en las materias primas tienen efectos mixtos sobre la economía de Guatemala. Por una parte, el sector exportador se ve beneficiado, sobre todo, el relacionado con productos agrícolas. Entre 2019 y 2022, las exportaciones crecieron 40%, una cifra extraordinaria, solo comparada con el período 2006-2008, cuando se vivió una situación similar en los precios. En los últimos tres años, las exportaciones del café crecieron 68%, siendo de los sectores más beneficiados, entre otros productos agrícolas. La bonanza del sector exportador ha sido fundamental en el desempeño de la economía guatemalteca en estos años turbulentos.
Sin embargo, los altos precios implican que tenemos que pagar más por los productos importados. Entre 2019 y 2022 las importaciones aumentaron 61.5%, debido, sobre todo, al encarecimiento de los productos que importamos. Durante el mismo período, las importaciones de materias primas y materiales de construcción se incrementaron 70% y las de combustibles y lubricantes en 74%. De nuevo, estos incrementos reflejan, en gran parte, el aumento de los precios de estos productos.
Al considerar ambos efectos, el resultado neto es negativo para Guatemala. Los precios de los productos que exportamos, principalmente agrícolas, aumentaron menos que el precio de los productos que importamos, principalmente combustibles y otros. A esto se le llama en economía un shock en los términos de intercambio y se refleja en un déficit más alto en la balanza comercial, debido a que las importaciones crecieron más que las exportaciones; y en la alta inflación que ha experimentado Guatemala en los últimos dos años.
Afortunadamente, para el país, este shock negativo se ve contrarrestado por el incremento extraordinario de las remesas, que brindan a muchas familias guatemaltecas los ingresos suficientes para soportar el incremento de los precios.
En conclusión
Para el 2023, se esperaría que el shock negativo en los términos de intercambio se mantenga si los precios de las materias primas se estabilizan en los niveles que se encuentran actualmente. Sin embargo, la economía ya absorbió en gran parte este shock mediante la inflación. Se mantendrían los precios altos, pero no se esperarían más incrementos, por lo que la inflación podría regresar paulatinamente al 5% para finales del año.
¿Cómo tener un negocio rentable en tiempos de inflación? Regístrese a la masterclass virtual exclusiva para suscriptores este 15 de marzo a las 18:00 horas.