Eso, aparte de otros 24 mil animales como verracos, hembras y abuelas para reproducción, los que se contrabandean por las fronteras del oriente del país, lo cual ha provocado que muchos porcicultores no puedan competir, ya que estos cerdos son vendidos a un menor precio, aparte de que arriesga los empleos que el sector formal aporta a la economía del país.
El valor estimado de estos animales asciende a Q540 millones de quetzales, mientras que se corre el riesgo de recibir enfermedades que actualmente no existen en Guatemala, se indicó.
Modo de operación
La red que comete este delito opera a través de dos modalidades: el comercio ilícito de cerdos gordos provenientes de México se ofrecen a comerciantes locales para venderlos en mercados municipales; y el comercio ilícito de cerdos para genética se lleva a cabo principalmente en Jutiapa, Zacapa y Chiquimula.
La Codecof ha identificado que este delito es más común en los departamentos de Huehuetenango (Nentón y La Democracia); Quiché (Franja Transversal del Norte); Quetzaltenango (San Juan Ostuncalco); Alta Verapaz (Cobán); San Marcos, Retalhuleu, Petén, Jutiapa y Chimaltenango (en Tecpán, la entrada al pueblo y el mercado municipal).
“El contrabando en este sector afecta el comercio formal porcícola, ya que propicia la caída en los precios del mercado e incluso ha logrado que muchos empresarios legalmente establecidos abandonen esta actividad por los precios desleales que se encuentran en el mercado”, explica Axel Romero, gerente de gestión de la entidad.
La red está integrada por comerciantes, transportistas y faenadores, entre otros, quienes no cuentan con los permisos sanitarios que emite el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) ni pagan impuestos por su ingreso en el país, utilizando pasos de trasiego sin controles oficiales.
Enfermedades peligrosas para el país
Dentro de las enfermedades de riesgo que pueden ingresar actualmente a la piara nacional por el contrabando se encuentran: la Peste Porcina Africana, el Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS), Ojo Azul y Aujeszky (Pseudorrabia).
En 2011, el país se vio afectado por la Peste Porcina Clásica (PPC) que dio como resultado la reducción del consumo de carne de cerdo por la desconfianza de los consumidores, así como la reducción en las exportaciones debido al cierre de fronteras y la pérdida del patrimonio nacional para controlar la enfermedad.
Históricamente en Guatemala han ingresado dos enfermedades por la falta de controles sanitarios que ocasiona el contrabando: la Peste Porcina Clásica, que ingresó de El Salvador en 1930; y la Diarrea Epidémica Porcina, proveniente de México en 2015.
“Para los porcicultores es importante que las autoridades realicen más operativos en carreteras y rastros clandestinos para el decomiso de animales vivos, productos y subproductos que ponen en riesgo el estatus sanitario del sector porcino y propician la competencia desleal para los productores”, agrega Romero.
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Y alerta sobre la atención que requiere el faenado (corte de la carne) que se realiza en rastros clandestinos, lo cual está prohibido y permite que los animales ingresados de contrabando tengan espacios para su incorporación en los mercados cantonales, vulnerando la salud pública por no tener los controles sanitarios establecidos.
Otro tema importante para el sector es que se establezcan estrategias público-privadas, se realicen los operativos de incautación y se cuente con los espacios o terrenos adecuados en los departamentos donde más se presenta este delito, para que las autoridades procedan de inmediato a la destrucción de estos productos.