Mientras que en Guatemala se han lanzado varios proyectos de prueba y diagnóstico, pero a la fecha no sea aprobado una ley o una política nacional referente al tema, aunque la mezcla de ese aditivo con los combustibles comunes es parte de la estrategia que el país ha anunciado y analizado en varias oportunidades para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, se ha planteado el objetivo de reducir en 11% las emisiones de CO2 para el 2030, y con el uso de solo un 10% etanol en las gasolinas, ese contaminante disminuiría en 250 mil toneladas.
El más reciente es el plan piloto denominado Movilidad Verde que se llevó a cabo en el 2020 y a finales de ese año, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) anunció que en el primer trimestre el 2021 presentaría un marco legal que regulara su uso en todo el país. A la fecha no se ha presentado ningún reglamento, iniciativa de ley o política nacional al respecto.
Con el fin de aprovechar la experiencia de Brasil, del 3 al 5 de mayo se llevar a cabo en Guatemala el primer seminario de movilidad sostenible “Ethanol Talks”, con el objetivo de que funcionarios públicos, legisladores, reguladores y representantes de la industria de biocombustibles de ambos países dialoguen sobre el uso del etanol como alternativa de movilidad baja en carbono, aparte de verlo como una solución que contribuya al cuidado del ambiente, fortalecer la economía y favorecer la salud.
Entre los 9 expositores también participará el ministro de energía de Brasil, expertos visitantes y locales y se presentará un vehículo accionado con etanol, por medio de celdas eléctricas.
Mitos y realidades
Sérgio Barreiros de S. Azevedo, ministro consejero de la embajada de Brasil en Guatemala, expuso que esta es una oportunidad para realizar un diálogo profundo y sustantivo, pues la mezcla de etanol en la gasolina ya se usa en 60 países y es muy importante en naciones como Guatemala, donde la producción de caña de azúcar tiene condiciones muy favorables.
El diplomático indicó que el país tiene una producción de alta calidad que es exportada a varios mercados, por lo que se derriba el mito de que no hay una producción adecuada y que se requiere de mucha inversión para su fabricación, adecuación de gasolineras, logística portuaria y distribución.
Otro mito es que aún es un producto en fase de experimentación, cuando en realidad, está suficientemente probado. Al compartir la experiencia de su país, indicó que iniciaron la mezcla con 5% diluido en la gasolina y en la actualidad, el mínimo es 27%; además, Brasil importa el 33% de vehículos que operan con etanol, algunos que usan mezcla y otros solo el aditivo. “Estamos muy enfocados en la estrategia para aumentar la participación de etanol en toda la cadena productiva, ya que también tenemos biodiésel”.
El diplomático brasileños añadió que en Guatemala aún se mantienen otros mitos, como que los vehículos no funcionan bien con esa mezcla, pero se ha comprobado que también es un sustituto para varios aditivos tóxicos y que con ese porcentaje (10%) no es necesario ningún cambio en los automotores.
Otro es que en Guatemala no hay oferta suficiente. Sin embargo, el país tiene una capacidad instalada de 65 millones de galones, lo que se exportan, mientras que el país requeriría 31.6 millones si establece una mezcla de 5% y 63 millones si es de 10%.
Barreiros enfatizó que la intención de esta visita de funcionarios y empresarios brasileños no es vender etanol a Guatemala, sino crear un mercado mundial de productores y consumidores. “El objetivo es ampliar las cadenas productivas, impulsar un nuevo y próspero sector de actividades económicas, que en Guatemala ya tiene condiciones y está preparado. Basta con ampliarlo para crear más empleo, industrias y ensanchar la cadena productiva”.