Alberto Mora, académico costarricense y coordinador de la investigación del Quinto informe Estado de la Región 2016, explicó que como parte del proceso de transición demográfica existe un período durante el cual la población productiva crece de manera sostenida y con mayor rapidez que la proporción de personas dependientes (menores de 15 años y mayores de 65) en lo que se conoce como bono demográfico.
Mora agregó que después el crecimiento se estanca y la población empieza a envejecer, lo que sucederá en Guatemala a partir del año 2050.
Variaciones
Este indicador varía. Por ejemplo, Chile llegó al final de su bono demográfico el año pasado, mientras que Costa Rica, Panamá y Uruguay llegarán a ese punto en 2020.
En los próximos tres lustros la población centroamericana mayor de 65 años crecerá del 6% actual al 8%.
Uno de cada 3 centroamericanos es originario de Guatemala.
Entre 2010 y 2013 la generación de puestos de trabajo aumentó en países como Nicaragua y el Salvador.
Entre 2004 y 2013 la tasa de creación de empleo en Guatemala pasó de 64.8% a 62.6%.
Según la Cepal, la productividad por trabajador en Guatemala ronda por US$8 mil 500.
En países como Estados Unidos o Taiwán la productividad por trabajador se calcula en más de US$50 mil.
El Salvador lo alcanzará en 2030 y para otros países como Nicaragua y Honduras se hará realidad en 2035.
El académico explicó que el bono demográfico ofrece oportunidades para impulsar el crecimiento económico como sucedió en su momento con los denominados tigres asiáticos (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) países que, entre 1960 y 1990, mantuvieron altas tasas de crecimiento e industrialización.
Sin embargo, “el hecho de que se tenga una población en edad productiva muy grande no implica que ya se logró el crecimiento automático”, subrayó Mora.
“Un país como Guatemala requiere disminuir los altos niveles de desnutrición crónica de los niños y niñas menores de cinco años y garantizar un buen nivel educativo”, afirmó.
Agregó que los índices de educación son muy bajos en relación a sus pares centroamericanos dato importante al tomar en cuenta que cerca de la mitad de la población en edad escolar de la región está en Guatemala.
El problema, según el estudio Quinto informe Estado de la Región 2016, es que los niveles de inversión pública en educación son bajos.
Mientras que en países como Costa Rica se invierten cerca de US$4 mil 440 (Q33 mil 522) por año por cada persona en edad escolar, Guatemala junto a Honduras y Nicaragua invierten menos de US$1 mil (Q7 mil 750).
País es importante
Según el estudio, el desarrollo de Centroamérica va a estar fuertemente determinado por el crecimiento de Guatemala.
El país, además de ser la economía más grande de la región con cerca de 30% del PIB regional, concentra la mayor parte de la población centroamericana pues prácticamente de los 46 millones, uno de cada tres es guatemalteco y esta relación tenderá a incrementarse en las próximas décadas debido a un aumento de la población joven.
Sin embargo, Mora insistió en que Guatemala necesita acciones por el lado del mercado laboral y de los sistemas productivos que deben apostar hacia diversificar las actividades de mayor valor agregado y productividad.
Según Mora, la baja productividad laboral podría ser un obstáculo en mediano plazo para el crecimiento económico.
Rubén Dario Narciso, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), comentó que Guatemala reduce su tasa global de fecundidad, por lo que se espera que a finales del 2050 su población se estanque en 27 millones.
“La población que no es dependiente bajará y empezarán a ganar importancia las personas mayores de 65 años, lo que ya se nota”, dijo Narciso.
Innovación
En opinión del investigador, las economías que en los últimos 50 años han crecido son aquellas que a la par de tener fuertes rubros de innovación y desarrollo, poseen una población más educada y con habilidades adecuadas.
Narciso subrayó que los datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), refleja que la escolaridad promedio de los guatemaltecos es de 5.8 años promedio.
“Es decir que el guatemalteco promedio no tiene ni siquiera primaria completa, por lo que el bono demográfico no puede aprovecharse”, dijo.
Las habilidades bajas de los guatemaltecos impiden que haya una mejor atracción de inversiones, afirmó el economista.
Como mínimo, en los próximos 10 años Guatemala debería aumentar el promedio de escolaridad del actual 5.8 a 10 años, afirma.
Agregó que de forma paralela se debe propiciar el incremento en la calidad de la educación para superar el actual 10% de jóvenes que adquieren habilidades mínimas en matemáticas y superar el otro 20% de los que lo hacen en lenguaje.
El analista comentó que también es importante la calidad de las instituciones de gobierno y que existan políticas de desarrollo de largo plazo.
“No existen en la actualidad programas de larga duración, por lo que con esa poca continuidad de políticas es imposible avanzar en el desarrollo económico sostenible”, afirmó el investigador.