“La notable recuperación económica en 2021 y las expectativas de crecimiento para los próximos años, a pesar del desafiante contexto internacional, contribuyeron a una reducción del déficit fiscal mayor a lo esperado el año pasado”, se añadió.
Según la información oficial de S&P, “la perspectiva positiva refleja nuestra expectativa de que el crecimiento económico se podrá mantener en medio de la volatilidad global y ante las elecciones generales de 2023. Los continuos esfuerzos por promover el crecimiento de largo plazo podrían también abordar gradualmente las brechas de infraestructura y necesidades sociales que han estado presentes por largo tiempo”.
¿Cómo y a quiénes beneficia esa decisión?
A requerimiento de Prensa Libre, expertos en finanzas, economía y temas empresariales opinan de qué manera esta situación puede ser de beneficio para el país:
El ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, expone que hay tres efectos: S&P es la calificadora más relevante y el hecho de que en plena crisis mejore la perspectiva del país beneficiará principalmente en la atracción de inversiones y fortalecerá el programa que los sectores público y privado han estado impulsando al respecto.
El segundo beneficio estará en el costo de los títulos que Guatemala emite para colocar en el extranjero y en el mercado secundario, como los bonos, ya que tendrán una mejor calificación y menos riesgo.
Y el tercero está en el ámbito macroeconómico ya que ahora no solo es la opinión del Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca de un buen panorama para Guatemala, con una macroeconomía fiscal prudente y recuperación económica, sino que se suma la opinión de entes como esta agencia, lo que genera mayor confianza en los inversionistas.
El exministro y exsuperintendente de Bancos, Alejandro Arévalo, coincide al indicar que “la apreciación de S&P es consistente con la opinión favorable que también dio la misión del FMI sobre Guatemala, lo cual es positivo para el país, tanto para el mantenimiento de las líneas oficiales y privadas de crédito, como para los potenciales inversionistas, en un momento de incertidumbre global por la guerra en Ucrania, la inflación importada y el previsible aumento de tasas de interés”.
En tanto, la exministra Antonieta del Cid de Bonilla, indicó que el tema de la calificación de riesgo soberano de un país siempre es un parámetro de referencia importante para inversionistas y es importante para colocaciones de títulos que pueda colocar el gobierno en el mercado internacional o también a nivel de empresas privadas.
E indicó que el mundo está en un entorno complejo, por lo que el FMI publicó las nuevas perspectivas de crecimiento mundial y en Estados Unidos para 2022 y 2023, rebajándolas en relación con las que tenía en enero.
“Menciono esto porque hay riesgos importantes en el entorno todavía relacionados en la pandemia, la inflación, el conflicto entre Rusia y Ucrania, interrupciones en las cadenas de distribución y aumentos en los precios de materias primas y alimentos, así que hay mucha incertidumbre sobre las acciones que pueden afectar a la economía global”.
“En esta situación tan compleja, que un país tenga una mejora de la perspectiva es algo muy positivo, y esto lo ven los inversionistas que están buscando oportunidades”, comentó.
La exfuncionaria explicó que Guatemala tiene problemas estructurales importantes que abordar, sobre todo en la parte social e institucional, pero es muy fuerte en la parte macroeconómica y la prudencia fiscal.
En cuanto a los beneficios para las empresas y los guatemaltecos, son indirectos, desde que el gobierno puede salir a colocar deuda en términos favorables, lo que le da espacios presupuestarios a las finanzas del Estado para poder atender a la población vulnerable.
Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana ( Amcham) coincide en que por el lado de las empresas, una compañía grande puede ir a colocar títulos de mejor manera al mercado internacional para atraer inversión y ofrecer sus productos de una manera más favorable para el consumidor.
También coinciden ambos expertos, así como González Ricci y el analista Pedro Prado, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), en que al atraer más inversiones al país se puede generar más empleo y más crecimiento económico, lo que repercutirá en una disminución de la migración y la pobreza.
“Es de beneficio a nivel macro y eso es lo que se está viendo. Pero a nivel miro debería de reflejar resultados positivos y coadyuvar promover y fortalecer las mipymes y el empleo”, expresó Prado, agregando que se debe aprovechar la percepción que se tiene del país, en medio de la incertidumbre mundial.
Carrasco agregó que una mejora en la perspectiva es importante, porque la calificación de riesgo incide directamente en la tasa de interés internacional. “La incidencia directa es mayor acceso a financiamiento tanto para el gobierno, como empresas privadas e incluso, para los bancos porque pueden pedir créditos en el exterior. Y al tener costos financieros más bajos, pueden trasladar ese beneficio a quienes adquieran préstamos, con lo que el sistema financiero se vuelve más competitivo”, señaló el directivo.
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A consideración de Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), se están reconociendo avances importantes del país, con una agenda enfocada en atracción de la inversión, mejora de la infraestructura, aumento de capital humano y fortalecimiento de la certeza jurídica, que son ejes prioritarios de la iniciativa Guatemala no se Detiene”.
Varios escenarios
En su comunicado de prensa, S&P destacó que la perspectiva positiva refleja una posibilidad entre tres, de un alza de la calificación durante los próximos seis a 18 meses, si la resiliencia económica se mantiene en medio de la volatilidad global y de cara a las elecciones generales de 2023.
También que la economía de Guatemala creció 8 por ciento en 2021, respaldada por una reapertura temprana de la economía, un respaldo monetario y fiscal y por las remesas. Para el 2022 se espera que la economía crezca 4.5 por ciento este año y se acerque a 3.5 por ciento en los años posteriores.
En tanto el crecimiento del PIB per cápita de Guatemala revirtió la comparación negativa con sus pares de calificación, pero todavía se requieren medidas adicionales para promover el crecimiento de largo plazo y abordar las importantes necesidades sociales, con el fin de reducir de forma sustancial el elevado nivel de pobreza del país.
Y considera que la sólida posición externa de Guatemala, el moderado índice de deuda del gobierno general respecto al PIB y la sólida política monetaria son fortalezas crediticias “para manejar el desafiante y volátil entorno económico externo”.
Puntos pendientes
“Nuestras calificaciones de Guatemala reflejan nuestra opinión de sus instituciones públicas de gobierno aún en desarrollo y un entorno político desafiante que limita la efectividad de la formulación de políticas”, se detalla.
En la parte del perfil institucional y económico, la firma menciona que la estabilidad macroeconómica y la prudencia fiscal son un contrapeso a otros aspectos pendientes como que las instituciones públicas todavía están en desarrollo, hay fragilidad política y existen elevados niveles de pobreza. “Las dos primeras limitan la previsibilidad de largo plazo y la efectividad de la formulación de políticas”.
En la evaluación institucional se expone que “el legado político se refleja en las instituciones públicas todavía débiles, los pesos y contrapesos inciertos, la corrupción y los inadecuados servicios públicos. El ejercicio de la ley y el cumplimiento de los contratos sigue siendo un desafío en el país”.
En la evaluación externa, se explica que el país está expuesto a una significativa volatilidad en sus términos de intercambio, debido en parte a una base concentrada de exportaciones.
Mientras que en la parte fiscal detalla que, a pesar de los avances, principalmente en aduanas, tiene capacidad limitada para aumentar los ingresos del gobierno general en el corto plazo, en comparación con otros países en un nivel similar de desarrollo. Además, que se observan amplios niveles de economía informal y baja recaudación fiscal en relación con el PIB.
En un escenario negativo, la calificadora señala que se podría revisar la perspectiva a estable en los siguientes seis a 18 meses si el impulso económico se disipa y las proyecciones de crecimiento económico se debilitan.
También si el deterioro del perfil fiscal y de deuda de Guatemala más allá de sus expectativas, podría empeorar el perfil financiero del soberano y dar como resultado una acción de calificación negativa.
Explicación final
- Por último, la agencia explica que el análisis de S&P Global Ratings de la calidad crediticia de un soberano se basa en su evaluación y asignación de puntuaciones de cinco factores clave de calificación: evaluación institucional; evaluación económica; evaluación externa; el promedio de la flexibilidad fiscal y desempeño, y de la deuda; y evaluación monetaria. Cada factor recibe una evaluación en una escala numérica que va de ‘1’ (el más fuerte) a ‘6’ (el más débil).
- La “Metodología de Calificaciones Soberanas” de S&P Global Ratings, publicada el 18 de diciembre de 2017 detalla cómo se derivan y combinan las puntuaciones para luego determinar la calificación soberana en moneda extranjera.
- De acuerdo con la metodología de S&P Global Ratings para calificar soberanos, un cambio en la puntuación de los factores antes mencionados no lleva en todos los casos a un cambio en la calificación, tampoco un cambio en la calificación indica necesariamente cambios en una o más de las puntuaciones.