Un crecimiento sostenido del PIB en los últimos 25 años, altos indicadores de desarrollo humano y esperanza de vida, y cobertura universal de salud avalan el modelo del país centroamericano, que también despunta en la región por haber mantenido durante décadas una democracia plenamente funcional.
BBC NEWS MUNDO
Elecciones en Costa Rica: las grietas en la economía de bienestar que son clave en las elecciones presidenciales
Costa Rica destaca en América Latina por su sólida estabilidad institucional y por una robusta economía del bienestar.
Pero aunque en el aspecto político Costa Rica sigue siendo todo un paradigma en la región, en el modelo económico del paísse observan grietas, más presentes que nunca en la pandemia, que ha sido especialmente dura para los jóvenes y las clases bajas.
Así, el desempleo y la economía son las mayores preocupaciones de los costarricenses (29,1% y 17,8% según una reciente encuesta de la estatal Universidad de Costa Rica, UCR), muy por encima de la corrupción (10,6%), que salpicó al actual líder Carlos Alvarado hasta reducir a mínimos su popularidad.
Este domingo están convocados a las urnas 3,5 millones de costarricenses para elegir, en segunda vuelta, al presidente del país para el período 2022-2026.
Los dos candidatos son José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (centro-izquierda), que ya presidió el país entre 1994 y 1998, y Rodrigo Chávez, economista liberal del Partido Progreso Social Democrático. Ambos fueron los más votados entre un total de 25 aspirantes en la primera vuelta el pasado 6 de febrero.
Los sondeos no señalan un claro favorito (si bien dos estudios recientes dan a Chaves una ligera ventaja) y las elecciones prometen ser reñidas, con un 16,5% de indecisos, según el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) costarricense.
A la espera de saber quién será el nuevo presidente, el panorama económico de Costa Rica asoma como asunto clave: un país conocido por liderar los índices de felicidad en la región ve ahora cómo el descontento se afianza en cada vez más sectores.
Pero, ¿cuáles son los problemas de la economía de Costa Rica, que para algunos incluso ponen en duda la eficiencia de su aplaudido modelo de bienestar?
La desigualdad
Costa Rica ha superado bien la pandemia, al menos si uno solo se fija en la evolución del PIB (Producto Interno Bruto): solo cayó un 4,5% en 2020, remontó sobradamente en 2021 con un 7,6% y para este año se estima otra subida del 3,9%.
“El problema es que se trata de una economía dual”, afirma Laura Blanco, profesora de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica.
La brecha entre los más ricos y las clases medias y bajas se ha ido profundizando en la última década, hasta el punto de que hoy Costa Rica es la 19ª economía más desigual del mundo, según datos del Banco Mundial (BM).
El índice de Gini -que mide la diferencia de ingresos- del país centroamericano es de 48,2 puntos, el quinto más alto de América Latina tras Brasil, Colombia, Panamá y Guatemala.
Ya en 2017 un informe de la OCDE advertía de que la desigualdad en Costa Rica había aumentado “a niveles altos” desde mediados de la década de 1990 y destacaba el “claro contraste con muchas otras economías latinoamericanas”, donde la tendencia es a reducir desigualdad y pobreza.
“La mayoría de la población no tiene competencias ni nivel educativo para acceso a nuevos trabajos. Mientras, alrededor de un 15% tiene acceso a una buena preparación universitaria y por tanto a trabajos de muy alta productividad y elevados salarios”, explicó la académica Blanco a BBC Mundo.
Y si bien ya antes de 2020 Costa Rica era un país muy desigual, la pandemia ha agudizado este problema.
El Informe del Estado de la Nación de 2021 corrobora que la covid-19 no golpeó por igual a todos: en 2020 y el primer semestre de 2021 se produjeron fuertes retrocesos en equidad social.
El costarricense Mariano Rojas, doctor en Economía de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), destacó que ha aumentado de forma preocupante “el deterioro en las oportunidades de acceso para los niños que nacen en hogares marginados”.
Desempleo y trabajos informales
En plena pandemia, a mediados de 2020, el desempleo en Costa Rica alcanzaba la cifra récord del 24%.
Si bien a finales de 2021 la tasa se redujo hasta el 14,4%, sigue siendo una de las más altas de Latinoamérica. Esto deja muy atrás las mediciones de un solo dígito, habituales hasta 2018.
“Hay una tendencia de largo plazo causada por la automatización, que vemos en la mayoría de los países. Ciertas ocupaciones van desapareciendo”, afirmó el economista al ser preguntado sobre la raíz del problema.
Por su parte, la académica Laura Blanco destacó que “la gente con menor preparación es la que sufre más el desempleo, y en especial la población joven, que ha llegado tener tasas de desempleo que pueden alcanzar incluso el 30%”.
A esto se suma la excepcionalmente elevada informalidad en el mercado laboral costarricense: más de 4de cada 10 personas trabajan fuera del sistema, un dato similar al de antes de la pandemia y que, según Blanco, supone un importante lastre para la economía y la sociedad de Costa Rica.
“Son empleos precarios que no cotizan y no contribuyen a los sistemas de pensiones y salud, por lo que también empieza a haber un debilitamiento en esas instituciones”, indicó.
Pobreza
Más de 2 de cada 10 hogares de Costa Rica están por debajo de la línea de pobreza, según la Encuesta Nacional de Hogares 2021 (Enaho).
Y no es cosa de ahora. Este indicador se ha mantenido prácticamente constante en las últimas dos décadas, e incluso se agravó durante la pandemia.
“Es un problema serio y estructural. Gracias a las instituciones de bienestar social se ha logrado contener en ese nivel (sin las instituciones y programas de combate a la pobreza sería muchísimo mayor), pero no se ha podido disminuir”, afirmó Blanco.
El nivel de pobreza rondaba el 21% en 2019, llegó a alcanzar el 26,2% en plena pandemia y ahora se sitúa en el 23%, lo que equivale a 383.500 núcleos familiares, la segunda cifra más alta registrada en la Enaho desde 2010.
Dentro de este segmento, la pobreza extrema es del 6,3%, una cifra que permanece casi invariable desde 2010, lo que indica que el crecimiento económico del país centroamericano no ha dejado beneficios en el escalafón más bajo de su sociedad.
BBC Mundo comprobó in situ el pasado octubre la deprimida situación de algunas de las zonas más marginadas de Costa Rica.
“No somos de cambios radicales”
Los dos candidatos a la presidencia, así como sus rivales antes de ser descartados en la primera vuelta, abordaron estos problemas en sus intervenciones.
“Hay algunas señales de retrocesos y desgaste del modelo de desarrollo del país y, en parte, la discusión se ha centrado en redefinir ese modelo de desarrollo”, dijo a BBC Mundo el politólogo Ronald Alfaro, investigador del Centro de Investigaciones Sociopolíticas de la Universidad de Costa Rica.
Sin embargo, ninguno de los aspirantes apostaba por un cambio radical en el sistema, sino por introducir reformas específicas que traten de corregir las deficiencias agravadas en los últimos años.
“No es de la cultura costarricense hacer cambios radicales. No es que la persona que llegue el domingo vaya a cambiar el modelo económico”, aseguró la economista Laura Blanco.
Por ejemplo, en uno de los debates preelectorales de la primera vuelta siete candidatos abordaron el recientemente concedido préstamo de US$1.778 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para estabilizar las finanzas públicas, lo que ha conducido a ajustes, un polémico asunto que en 2020 desató unas inusuales manifestaciones en el país.
Ninguno prometió medidas extremas, como revocar el acuerdo con el FMI; en su lugar, plantearon propuestas específicas sobre la gestión del préstamo.
Los candidatos han mantenido la misma tónica en el resto de propuestas económicas.
Sus posiciones “se enfocan a administrar la cosa pública y no a pensar como estadistas, con una visión de largo plazo y proponiendo un proyecto país”, explicó el economista Mariano Rojas.
Su colega Laura Blanco cree que, gane quien gane, “probablemente no se darán cambios radicales en las instituciones que combaten la pobreza, si bien la recuperación económica puede aliviarla un poco al reactivar el empleo”.
Este artículo se publicó el pasado 6 de febrero y se ha actualizado para la segunda vuelta de las elecciones en Costa Rica.
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